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año dirigió al supremo gobierno pidiendo en una la reforma del arancel é informando en la otra sobre los derechos que deberia seguir pagando el papel estranjero para impresiones, y por fin, en la memoria de aquella direccion correspondiente al año de 45, en cuyos impresos se encuentran datos bastante exactos, noticias curiosas y reflexiones juiciosas y oportunas.

Conociendo Alaman la necesidad de abrir á nuestra juventud, dedicada hoy casi esclusivamente al foro y á la medicina, nuevas carreras en las ciencias y en las artes que tienden mas directamente al cultivo y fomento de los ramos productivos, trabajó con empeño por plantear escuelas de artes y de agricultura teórica y práctica, llegando á comprar para este fin la hacienda de la Ascension y el hospicio de San Jacinto, aunque hubo de deshacer el contrato de aquella cuando el gobierno general suspendió las cuotas con que algunas aduanas marítimas acudian al fondo de la direccion.

Convertido en federal por la revolucion de 46 el sistema central que habia regido y para el cual estaban calculadas las bases que Alaman habia dado á la direccion de industria, quedó ésta desorganizada, y un decreto del gobierno trasmitió sus restos á la nueva direccion de colonizacion é industria; y reinstalados en su preponderancia los enemigos de Alaman, creyendo estos sorprenderle en mal manejo, diputaron una rigurosa visita para las oficinas de la direccion, la que contra lo que ellos se habian propuesto, sirvió para producir un solemne testimonio de su escelente conducta en ella, segun lo atestiguó en el informe que elevó al gobierno el visitador D. Bernardo González Angulo.

Desde aquel tiempo no tuvo Alaman empleo público hasta el año de 49, en que renovado el Ayuntamiento de México fué nombrado presidente de este cuerpo por eleccion popular, que en esta vez ganó la parte granada de la poblacion. En los pocos meses que duró este Ayuntamiento, restableció el órden en las cuantiosas rentas que forman su hacienda, teniendo en ello mucha parte su presidente por serlo de la comision del ramo: mejoró el servicio de las cárceles y hospitales, y se ocupaba en varios proyectos de conocida utilidad, cuando el general Arista, ministro de la guerra, que aspiraba á la presidencia en la próxima eleccion, apoyado por el presidente D. J. J. Herrera, conociendo que no obtendria el voto de México mientras permaneciese aquel Ayuntamiento, suscitó una asonada con la gente mas desacreditada y perdida, que tumultuosamente recorrió las calles de la ciudad con gritos de "mueran los monarquis

tas," rompiendo los vidrios de alguno ó algunos de los capitulares, los cuales, en vista de esto, y de su difícil posicion por falta de apoyo en el gobierno superior, hubieron de renunciar sus puestos; dejándolos para que fuesen ocupados por los candidatos de aquel, que de tal modo disgustaron despues á todos, incluso el autor de su existencia, que merecieron ser suspensos ó removidos, y México estuvo por la primera vez en la duracion de la suya sin cuerpo municipal por algun tiempo.

Faltando al órden cronológico que con pocas transgresiones hemos seguido en nuestra narracion, no hemos comenzado en su tiempo la de las obras históricas del Sr. Alaman, que son las que perpetuarán su nombre, así como fueron las que mas odiosidad le concitaron, para hacerlo con mas desembarazo en este lugar, concluida ya la de la mayor parte de los sucesos que forman la materia de esta biografía.

La historia de nuestros dias, la historia de los importantes y memorables sucesos ocurridos en el país desde 1808 hasta 1821, la historia en suma de la independencia de la Nueva-España, era una mentira convencional, creada por el interes personal de algunos y tolerada por la pusilanimidad de muchos á pesar de lo que contra ella deponia el testimonio de los sentidos y el íntimo convencimiento de todos los contemporáneos.

D. Cárlos María Bustamante, careciendo de las dotes necesarias para historiador, porque en estremo apasionado y falto de crítica ni narraba con veracidad ni juzgaba con acierto, de tal modo habia alterado los acontecimientos y trastornado las ideas, que no le era fácil al hombre de mejor criterio, si por sí no los conocia, descifrar el caos del tejido informe que nos daba por historia. Alaman creyó que solo la verdad es digna de los holocaustos de las almas bien formadas; que solo ella puede producir el bien, y que del error, por grato que sea á las pasiones, no pueden dimanar mas que males, cuyo principio veia plenamente confirmado en los que á este país se habian seguido de canonizar tantas imposturas; creia ademas que un silencio mas prolongado acusaria á la crítica de los contemporáneos, ó de muy poco ilustrada, ó de tímida en demasía.

No se le ocultaba, sin embargo, cuántas censuras apasionadas y cuántas malignas diatribas habian de caer sobre el primero que se atreviese á derribar el fantástico castillo que la prensa tiránica é intolerante para los entendimientos libres, al par que aduladora de las preocupaciones dominantes, habia levantado,

á favor del dominio ejercido sin rival ni contradiccion por el largo espacio de veinticuatro años; y por esto aunque se decidió á escribir la historia de la insurreccion, ó sea de la guerra del año de 10 al de 20 con toda verdad é imparcialidad, sin miramiento ni contemplacion alguna respecto de personas ni preocupaciones, y en efecto, comenzó á escribirla en el año de 42 6 43, no era su ánimo publicarla durante sus dias, como lo significaba el mismo lema que inscribió en la portada de su manuscrito.

Con motivo de habérsele nombrado socio del Ateneo y miembro de la seccion de historia, ofreció dar en él lecturas de este ramo, y de aquí tomó ocasion para dar principio á su atrevido y noble proyecto de barrer toda la basura y errores de la época, comenzando por los que habian dominado todavía se profesaban respecto de la conquista y de su héroe D. Fernando Cortés.

y

Publicó, pues, en 1844, su primer tomo de las Disertaciones sobre la historia de la República mexicana, cuyo lema, tomado de una oda de Horacio en elogio de Augusto

Y la gloria llevaron

Del alto imperio y el blason potente

Del reino de la aurora

A las remotas playas de Occidente,

anunciaba desde luego en qué diverso sentido y con cuán diverso tono del que habia usado la prensa de México independiente iba á tratar de su asunto; y desde la primera disertacion que se versa sobre las causas y medios de la conquista, anuncia tambien el móvil y objeto de sus trabajos históricos, así como prueba que, como ya hemos indicado, no se atrevia á publicar las referentes á la época transcurrida del año de 10 al de 20.

"En México, dice, no han podido tratarse hasta ahora libremente estas materias, pues durante el dominio español no podian escribirse mas que loores de la autoridad existente; y cuando ésta cayó, pasando las cosas al estremo opuesto, como sucede siempre en las oscilaciones políticas, el único objeto de casi todos los escritores ha sido deprimir al poder que existió, sacar á luz todos los males que pudo causar, ocultar ó disminuir los bienes que hizo, y empleando estas declamaciones como una arma permitida, durante la guerra, servirse de la odiosidad que ellas causaban como de medio muy oportuno de defensa.

De aquí ha resultado tal confusion y estravío en las ideas, que hoy es ya necesario hacer conocer á los mas de los habitantes de la República, y esto aun á hombres que por su instruccion en otras líneas, no debieran haber participado de los errores del vulgo, que cosa es y ha sido la nacion de que forman parte; conocimiento necesario, pues que los errores á que ha inducido el perderlo de vista, han sido ya causa de grandes males y pudieran serlo todavía de otros mayores. Hoy que las pasiones han calmado, que se deja escuchar ya la voz tranquila de la razon, ha llegado la época de examinar libremente estas cuestiones y de juzgar con imparcialidad de todos los sucesos de nuestra historia, desde la conquista hasta la independencia, sin poder pasar todavía mas adelante, pues que para el periodo muy importante que comprende desde la independencia hasta nuestros dias, existen aún los mismos inconvenientes que antes habia para hablar de la época del gobierno español: todavía el fuego de las pasiones se halla encubierto bajo una ceniza engañadora, y así es menester dejar esta parte de nuestra historia para que de ella se ocupen los escritores de la siguiente generacion, contentándonos con prepararles acopio de hechos bien averiguados sobre los que puedan fundar su juicio."

En la segunda disertacion refiere la conquista de la Nueva-España, sirviéndose mucho de la escrita por Prescott, quien habia tenido á la vista manuscritos y documentos de que no tuvieron conocimiento los que antes la habian escrito, y en la que se halla abundancia de noticias, tratando nuestro autor de aquel grande acontecimiento y de sus consecuencias con su acostumbrado juicio y sana crítica. En la tercera disertacion se ocupa en el establecimiento de la autoridad española en estas regiones, y de la formacion del gobierno que existió por sus propias fuerzas casi sin auxilios de la metrópoli por el largo espacio de tres siglos, presentando el caso, quizás único en la historia del mundo, de un pueblo

que gozase de no interrumpida paz por tan largo espacio de tiempo: y en la cuarta, con que da fin este tomo, agregándosele interesantes apéndices, tres retratos, la copia del estandarte de Cortés, y un mapa del valle de México, trata de la hazañosa empresa de aquel capitan, emprendiendo un viaje por tierra, de México á las Hibueras, con el solo fin de castigar al rebelde Cristóbal de Olid; marcha, dice el historiador, de mas de 500 leguas, que habia de hacer por paises enteramente desconocidos é incultos, por donde nadie habia pasado hasta entonces, cubiertos de bosques y pantanos intransitables y atravesados por cau

dalosos rios, sin mas derrotero para dirigirse que un mapa pintado en un lienzo de algodon que dieron á Cortés los indios en Guazacoalco, en que estaban señalados los rios y sierras que habia que atravesar y los lugares por donde habia de transitar con la brújula en la mano, por entre aquellas espesuras como el navegante en la inmensidad de los mares.

En el mismo año de 44 dió á luz el segundo tomo de las Disertaciones, que contiene cinco, dos apéndices con varias estampas y los retratos de Zumarraga, Torquemada y Gante, tratándose en aquellas de varias noticias particulares concernientes á Cortés, de sus empresas privadas, fundaciones y familia, del establecimiento y propagacion de la religion cristiana en la Nueva-España y de la formacion de la ciudad de México.

Para que nuestros lectores, y especialmente los futuros, puedan penetrarse del estravío á que habian llegado las ideas que Alaman se propuso rectificar, porque andando el tiempo ha de ser dificil creerle, debemos hacer notar que en el segundo apéndice de este tomo de las Disertaciones, se halla la copia del espediente formado por la junta de gobierno del estado y marquesado del valle de Oajaca para la exhumacion de los huesos de Cortés y demolicion de su sepulcro, habida en esta ciudad á 30 de Setiembre de 1823. A ella concurrieron el conde D. Fernando Lucchesi, apoderado del duque de Terranova, el gobernador de su estado D. Manuel de Fuica, el contador D. Juan Manuel Ramirez y el Lic. D. Mariano Tamariz, los cuales dijeron que teniendo presentes las proposiciones hechas en el soberano congreso por varios diputados en los dias 6 de Mayo, 3 de Junio y 12 de Agosto del año anterior, para que se quitasen de la iglesia del hospital de Jesus el guion, escudo de armas, busto y osamenta de D. Fernando Cortés y su sepulcro, para olvidar el ominoso recuerdo de conquista, así como los impresos que habian corrido en el público en Agosto de aquel año con título uno "El pendon se acabó y la memoria de Cortés quedó," el otro "Muerte y entierro de D. Pendon," en los que se satirizan el sepulcro de Cortés y sus cenizas, los que se habian dado al público desde el 16 al 26 de Setiembre del mismo año 22, con los títulos "Los curiosos quieren saber en qué paran los huesos de Cortés," "El ciudadano celoso J. I. Paz," otro "Ataque al castillo de Veracruz y prevenciones políticas contra las santas ligas," y el cuarto “Nuevas zorras de Sanson," cuyos cuatro escritos, como tambien la décima nota puesta en el Zenzontle (periódico de D. Cárlos Bustamante) de 17 del mismo

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