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El ejército mejicano acampado en Matamoros bajo las órdenes del general Arista, que recibia todos los dias nuevos refuerzos, parecia que debia triunfar del ejército americano debilitado por numerosas deserciones. El general mejicano Torrejon habia atravesado el rio Bravo sin disparar un tiro, á la cabeza de un cuerpo de tropas, y colocándose entre el cuartel general americaeo, y la punta de Santa Isabel, habia interceptado las comunicaciones del ejército enemigo con el mar, y privádole de este modo de los socorros de la escuadra. La posicion del ejército americano se hacia cada vez mas crítica. Separado en dos cuerpos y cercado por fuerzas superiores, estaba perdido si Arista la hubiese atacado con vigor, como parecia deber hacerlo y lo exigian las circunstancias.

no habia desechado por primera vez en 8 dera del rio Bravo. La segunda division bajo las junio de 1844 el tratado de anexion, no lo es órdenes del general Worth, se apostó cerca de menos que el 25 de enero siguiente fué adop- Matamoros delante de uno de los vados del rio tado este tratado, aunque bajo otra forma, de- Bravo, llamado el Paso Real. El general Worth cidiendo el congreso de Washington que el y el de las tropas mejicanas don Romulo de la territorio que pertenecia legitimamente a la Vega, tuvieron delante de los muros de Matarepública de Tejas y estaba comprendido en moros, una entrevista que no produjo ningun sus limites formaria un nuevo estado. No resultado. En fin, en los últimos dias de abril sin fundamento habia empleado el congreso de 1846, pidió y recibió sus pasaportes Mr. americano estas palabras: el territorio que Sildell, encargado de negocios de los Espertenecia legitimamente á la república de tados Unidos en Méjico, y la guerra comenTejas estaba comprendido en sus límites, etc., zada de hecho por los movimientos del genepues en 1836, á consecuencia de la exaltacion ral Taylor, fué oficialmente declarada. causada por la victoria de San Jacinto, Tejas quiso ensanchar sus fronteras, y el congreso dió un decreto declarando que la república tenia por limites al Oeste, en lugar del rio de las Nueces, el rio Bravo del Norte, desde la embocadura hasta su origen, y que desde alli su territorio se estendia hacia el Norte hasta el 42o de latitud. Méjico, protestó contra esta estension de territorio, y la cuestion que se habia suscitado con este motivo, estaba lejos de terminarse cuando fué acordada la incorporacion de Tejas á la Union. Todo esto acontecia en los momentos en que Paredes acababa de ser nombrado presidente; subió al poder con buenas intenciones; pero los disturbios que continuaban agitando á Méjico, no le dejaron tiempo para realizarlas. Por otra parte tenia que habérselas con un enemigo de los mas activos, pues desde el 28 de mayo de 1845, aun En efecto, el estado deplorable de Méjico antes que la convencion popular de Tejas hu- no permitia retroceder mas tiempo ante una biera ratificado el tratado de anexion, querien- accion decisiva. El tesoro público estaba exhausde el gabinete de Washington sostener sus de- to, porque el bloqueo del golfo por la escuarechos sobre el territorio disputado, habia da- dra americana absorbia las únicas rentas del do órden al general Taylor que reuniese un pais. Asi es que Paredes se habia visto obligapequeño ejército de 4,000 hombres, y se man-do á reducir á una cuarta parte todos los sueltuviera en los límites de aquel territorio. Verdad es que al mismo tiempo un cuerpo de tropas mejicanas tomaba posicion en el estado de Tamaulipas, amenazado por la invasion. Los dos ejércitos permanecieron enfrente el uno del otro durante el otoño de 1845 y primavera de 1846, los americanos acampados en Corpus-Christi en las márgenes del rio de las Nueces, y los mejicanos en Matamoros en las orillas del rio Bravo del Norte. Las negociaciones continuaban, y no parecia sino que cada uno de los dos ejércitos queria espiar á su adversario á fin de sorprender en él un movimiento hostil, é imputarle de este modo el rompimiento de la guerra. Los americanos fueron los primeros que perdieron la paciencia; el general Taylor recibió órden de ponerse en marcha, y el 22 de marzo de 1846 su ejército dividido en dos cuerpos avanzaba al través del territorio disputado sobre la orilla izquierda del rio Bravo del Norte. La menor de las dos divisiones americanas, mandadas por Taylor, fué à acampar á la orilla del mar cerca de un promontorio llamado la punta de Santa Isabel, y de este modo se puso en comunicacion con Los americanos ocuparon en seguida á Mauna escuadra que estacionaba en la embocadu- I tamoros, Cimola y Camargo. Entretanto se ve

dos y todas las pensiones que estaban á cargo del tesoro, esceptuándose solamente de esta medida los militares en activo servicio. Al mismo tiempo el estado de Yucatan se separaba de Méjico; el general Alvarez encendia una guerra de castas en el estado de Acapulco, cuyos puertos desarmaba vendiendo los cañones á los americanos, y los indios salvages rompiendo sus treguas salian en masa de sus desiertos para invadir los estados de Zacatecas y de Sonora, que talaban á sangre y fuego.

Arista cometió la falta grave de dejar al general Taylor todo el tiempo necesario para restablecer la disciplina de sus tropas, y la de retirar el cuerpo que ocupaba á Torrejon y la punta de Santa Isabel. El 7 de mayo, los dos ejercitos vinieron á las manos en las márgenes del rio Bravo, y llanura de Palo Alto, y despues de una accion de dos dias consecutivos, el ejército mejicano se vió forzado á repasar el rio Bravo, y dirigirse en el mayor desórden á Matamoros, que evacuó con precipitacion el 18 de mayo para retirarse sobre Monterey y Linares.

de 12,000 hombres, restos de sus fuerzas; pero al volver à Méjico fué recibido á silbidos por el populacho, que pocos meses antes le habia saludado con sus aclamaciones. En dos ocasiones hizo dimision de los cargos de presidente y general en gefe, y otras tantas la rehusó el congreso.

Sin embargo, despues de la toma de Puebla pareció al fin triunfar en Méjico el partido de la paz. Se nombraron comisionados para convenir en los términos de un tratado con el plenipotenciario americano, Mr. Tristt, celebrándose la primera conferencia el 8 de julio de 1847; pero no pudieron entenderse, y volvieron á romperse las hostilidades.

rificaba en Méjico otra revolucion. Sublevábase | tiempo, se habia vuelto á poner á la cabeza de nuevo el partido democrático, y Paredes que marchaba sobre el enemigo, fué abandonado por sus soldados y obligado á tomar otra vez el camino del destierro, al cabo de siete meses de poder. Entonces los mejicanos volvieron á llamar á Santa Ana, y lo pusieron á la cabeza del ejército y del gobierno. Durante estas revueltas continuó haciendo la invasion progresos terribles. Cierto que el gabinete de Washington habia hecho algunas proposiciones de paz; pero como Mejico hubiere aplazado las negociaciones hasta la apertura del nuevo Congreso fijada para el 6 de diciembre de 1846, los americanos no quisieron perder tiempo; invadieron á Nuevo Méjico, bloquearon el puerto de San Blas, en el Océano Pacífico, atacaron la California, y dejando guarnicion en Camargo, se dirigieron sobre Monterey con fuerza de 6,000 hombres. Aunque defendia esta ciudad el general Ampudia á la cabeza de una guarnicion numerosa, fué ocupada el 23 de setiembre, firmándose un armisticio de dos meses, y permitiéndose salir á la guarnicion con todos los honores de la guerra.

El 8 de agosto, despues de haber salvado los americanos los obstáculos del camino, marchaban sobre Mejico, y el 19 se empeña el combate con las tropas mejicanas, mandadas por el general Valencia: quedó la ventaja por el general Scott, y al dia siguiente perdió Santa Ana otra batalla mas decisiva, y se retiró antes de concluir la lucha.

A consecuencia de estos dos combates se Al romper de nuevo Santa Ana las hostili- celebró el siguiente armisticio con objeto de dades, investido de una verdadera dictadura, to- dar á los comisionados de una y otra parte el mó en persona el mando del ejército mejicano. tiempo necesario para reanudar las negociaLento é indeciso dejó á los americanos reparar ciones: ninguno de los dos ejércitos podria ser sus pérdidas y fortificar sus posiciones. En reforzado, ni levantar nuevas obras de defensa, fin, en el mes de febrero de 1847, dejó á San ni traspasar la linea actual; no duró mucho Luis de Potosí para marchar contra el enemi- esta tregua, puesto que se rompió el 6 de sego, acampado en Buena Vista cerca del Salti-tiembre, y el general Scott entró el 14 en llo. El ejército mejicano tenia mas de 15,000 hombres, al paso que el americano solo contaba 7,000. Trabóse el combate el 22 de febrero; duró dos dias y los mejicanos fueron derrotados y obligados á la retirada.

Méjico.

Los americanos habian vencido; pero no por eso estaba terminada la lucha. El gobierno mejicano se habia trasladado á Querétaro, y el poder ejecutivo se invistió de la dictadura para continuar la guerra. Santa Ana, que habia renunciado á defender la capital, se dirigió á Puebla, cuya ciudadela ocupaban los americanos. Despues de haber intimado la rendicion á su comandante, le atacó, pero inútilmente, y pronto se vió abandonado por sus tropas, que le acusaban sin reserva de ser el autor de todos sus males, llegando la irritacion hasta el punto de liamarle traidor á la patria.

El gobierno americano tenia resuelto hacer la guerra con mas actividad que hasta entonces, asi se vió en los primeros dias de marzo arribar á las playas de Veracruz una escuadra y desembarcar un ejército de 42,000 hombres á las órdenes del general Scott. Empezó el sitio el 22 de marzo, y la ciudad fué ocupada el 29. Despues de algunas proposiciones que fueron rechazadas, los americanos se pusieron en marcha para Méjico. Santa Ana En medio de todos estos acontecimientos al frente de 18,000 hombres habia tomado el general Scott seguia protestando sobre los posicion sobre las alturas de Cerro Gordo de- buenos sentimientos, que segun él, animaban lante de Jalapa. El ataque se verificó el 18 de al gabinete de Washington en favor de la abril, y despues de alguna resistencia, volvió paz, y de hecho los americanos esperimentala espalda y huyó, dejando á su ejército des-ban mayor embarazo para conservar su conalentado, por lo que una gran parte de él que-quista que dificultades habian hallado en hadó prisionera de guerra, se dispersó y cedió cerla. Por otro lado el gobierno mejicano acael camino á los americanos. El 20 de abril | baba de modificarse con la agregacion de nueentró el general Scott como vencedor en Jalapa; y pocos dias despues se estableció en Puebla, de que hizo un centro de accion y de abastecimiento de víveres.

Entretando, parecia reinar en Méjico el misino espíritu de obcecacion que tantos desastres habia ya causado. Santa Ana, derrotado dos veces, despues de haber vacilado largo

vos individuos, animados de intenciones mas pacificas. Las hostilidades no fueron interrumpidas; pero continuaron y siguieron con perseverancia las negociaciones. En fin, el 2 de febrero de 1848 firmaron un tratado de paz en Guadalupe, Hidalgo, el general Scott, el comisionado americano Tristt y los de Méjico, Por este tratado se hizo cesion, no solo de Te

nisima. Al aceptarla el presidente de la república en 17 de diciembre del año pasado, dirigió á sus conciudadanos un manifiesto, en el que despues de esplicar el uso que hasta entonces habia hecho de la dictadura y los esfuerzos empleados para promover el bien У la prosperidad pública, protesta una y otra vez

jas con toda la estension que se habia pre-brarse sucesor y con el título de alteza seretendido darle, sino tambien de Nuevo Méjico y alta California en toda su totalidad, y de parte considerable de los estados de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, formando todo el territorio cedido una estension de 109,944 leguas cuadradas, que, como dice el señor Alaman, equivale á la mitad del que la república poseia al hacerse la independencia, 1,938 le-su firme propósito de no escusar peligro ni guas cuadra las mas, por indemnizacion, y to- sacrificio alguno para asegurar la integridad do esto por la suma de 15,000,000 de pesos. del territorio nacional, la consolidacion del Tal fué el término de aquella guerra que dejó órden público y el completo arreglo de los á Mejico en un estado de desorganizacion mu- ramos de la administracion. Por lo demas esas cho mayor que al romperse las hostilidades. protestas eran tanto mas oportunas y necesaLa guerra civil, el honor nacional humillado, rias, cuanto que en la fecha en que las hacia la pérdida de dos vastas provincias, empeña- el presidente, se conocia ya en Méjico el madas las rentas públicas, desorganizada la ha- | nifiesto dirigido al pueblo de los Estados Unicienda, con un déficit de mas de 1.370,000 dos por Mr. William Walker, gefe de la espesos fuertes, he aqui la situacion de aquel pedicion filibustera que habia invadido la pais desventurado. Los mejicanos, naturalmen- Baja California. Para disculpar tamaño atente apáticos é indolentes, no han sabido aprove-tado, se alegan las siguientes razones que char los tesoros que el cielo ha prodigado à su pais, y ven hoy una raza mas activa y emprendedora, la de los anglo-americanos, sacar partido de las riquezas que ellos desdeñaron por tanto tiempo cuando las tenian en sus manos. Queremos hablar de las Californias y de esas minas de oro, tan abundantes, que llaman hoy la atencion de los aventureros de todas las naciones. Los sabios y los viageros habian reconocido la existencia de riquezas mineralógicas en la Alta California; pero ninguno sospechó esos vastisimos lechos auriferos que han sido descubiertos en las orillas del Sacramento.

Cuando en 1850 escribiamos la biografía del general Santa Ana, publicada en el Suplemento del Diccionario universal de historia y de geografia, decíamos á su conclusion: *En el dia vive, al parecer, retirado de las contiendas que traen todavía agitados y revueltos á nuestros antiguos hermanos de América; pero indudablemente sin renunciar á la esperanza de que vuelvan á elevarle al mando supremo de la república los mismos que despues de haber erigido un monumento á su mutilada pierna, la arrastraron por las calles, luego que pasó su dominacion y se olvidaron sus servicios.» Veamos ahora cuanto tiempo ha pasado sin cumplirse este pronóstico. En el año de 1852 estalló un movimiento en el estado de Jalisco, que dió por resultado llamar otra vez al general Santa Ana para que se encargara del gobierno de la república. Apresuróse aquel á dejar su retiro, á donde le habian conducido, dice él mismo, la ingratitud y la perfidia, para acometer, añade, la grandiosa empresa de restablecer el órden social y plantear la administraciou pública, para lo cual se consideraba suficiente el plazo de un año que debia terminar el 6 de febrero del corriente; pero antes de llegar ese dia, el pueblo mejicano quiso prorogarle la dictadura por tiempo ilimitado, con la facultad de nom

copiamos de dicho documento: «El gobierno mejicano no ha podido durante mucho tiempo cumplir sus obligaciones para con la Baja California. Privado como quedó este territorio por el tratado de Guadalupe Hidalgo de toda comunicacion directa con el resto de Méjico, las autoridades centrales han manifestado poco ó ningun interés en los negocios de la península de California. Su posicion geográfica es tal, que sus intereses son, á no dudarlo, separados y distintos de los del resto de la república mejicana. Pero los lazos morales y sociales que la unen con Méjico, han sido todavía mas débiles y deplorables que los físicos. De aqui resulta que para desarrollar los recursos de la Baja California y efectuar en ella una organizacion social conveniente, era necesario hacerla independiente. La riqueza de las minas y de los pastos es naturalmente muy considerable; pero para desarrollarla de un modo oportuno, debe haber un buen gobierno y proteccion segura para el trabajo y la propiedad. Méjico no puede proporcionar estos requisitos para el crecimiento y prosperidad de la peninsula. El territorio, bajo el poder mejicano, permaneceria por siempre desierto, medio salvage é inculto, habitado por un pueblo indolente y medio civilizado, deseoso de impedir la entrada de los estrangeros en los límites del estado. Cuando la poblacion de un territorio deja de desarrollar casi enteramente los recursos que la naturaleza ha puesto á su disposicion, el interés de la civilizacion requiere que otros vayan y se apoderen del territorio. Ella no puede ni se la debe permitir que represente al perro del hortelano é impida que otros posean lo que ella ha dejado de ocupar y apropiarse. Méjico no ha cumplido con ninguno de los deberes ordinarios del gobierno para con el pueblo de la Baja California. No ha establecido medios prontos y seguros de comunicacion para los habitantes entre sí, ni con el resto del mundo, ni ha procurado protegerlo contra los

salteadores que infestan su territorio. Abando- terés mencionado de 5 por 100 anual si no se nando de este modo la península y dejándola | hubiese estipulado otro menor en sus instrucomo si fuese bienes mostrencos en las aguas, mentos respectivos. La liquidacion de estos Méjico no puede quejarse si otros la toman y la créditos se hará bajo la base de no imputar hacen valiosa.» interés sino al capital primitivo, y solo hasta Ignoramos en los momentos de escribir es-el 47 de julio de 1847 en que se celebró el te artículo las medidas que habrá adoptado el primer convenio entre Méjico y España para el presidente de la república para castigar el arreglo de las reclamaciones. El gobierno meatentado y el nuevo insulto que acaban de ha-jicano se compromete á pagar á los acreedocer los aventureros norte-americanos á la nacionalidad de Méjico; pero si podemos decir que nos parece mal modo de defender la integridad del territorio mejicano el hacer cesiones como la que recientemente ha hecho á los Estados Unidos, cualquiera que sea el pretesto y el motivo porque se haga y la indemnizacion que por ella se reciba. En el Universal, periódico que goza el favor del gabinete mejicano, se lee la noticia de que el valle de la Mesilla será cedido por el gobierno del general Santa Ana al de los Estados Unidos, mediante una fuerte indemnizacion, que proporcionará al pais, dice dicho periódico, muchos mayores elementos de adelanto de los que pueden resultarle de la posesion inútil de una faja de terreno. Segun las últimas noticias, este proyecto se ha llevado á cabo por medio de un convenio firmado por Santa Ana y el gabinete de Washington.

res españoles comprendidos en el presente convenio 3 por 100 de interés anual, calculado sobre la disminucion progresiva que ocasione la amortizacion, y 5 por 100 de amortizaɔion del fondo ó capital consolidado. Estos intereses se computarán desde el dia 14 de febrero y 14 de agosto de 1852, segun estaba estipulado para la ejecucion del convenio de 14 de noviembre de 1851. El pago se verificará por semestres vencidos, y para hacerlo efectivo se consigna sobre el producto de los derechos de importacion que se cobren en las aduanas establecidas en los puertos de la república un 8 por 100 para cubrir el 3 por 100 de interés y el 5 por 100 de amortizacion. Si al fin del año no estuviesen cubiertos los intereses y el 5 por 100 de amortizacion, la tesoreria general cubrirá el déficit con las primeras libranzas que perciba de las aduanas marítimas. La amortizacion del 5 por 100 se hará en almoneda Para terminar este artículo, vamos á tras- que se celebrará solo entre los acreedores de cribir sustancialmente las bases principales del títulos de la convencion española, y se adjuconvenio para el pago de las reclamaciones es- dicará al mejor postor, es decir, à aquel que pañolas firmado en Méjico el 2 de noviembre ofrezca sus bonos con mayor ventaja para el de 1853, y ratificado por el presidente de la gobierno; debiendo ser el minimum de la quirepública mejicana con fecha 22 del mismo ta el dar por 100 pesos en efectivo 130 en mes y año y por S. M. C. con la de 24 de ene- bonos. Se nombrará una junta de cinco indiviro de 1854, cuyas ratificaciones han sido can- duos que examine y liquide los créditos pengeadas en Madrid el 6 de febrero por don An- dientes á que hace referencia el artículo novegel Calderon de la Barca y don Buenaventura no siguiente, compuesta de dos empleados meRivó, plenipotenciarios autorizados al efecto.jicanos versados en la glosa de cuentas, de El gobierno mejicano reconoce como deuda le- dos personas nombradas por los mismos acreegitima contra su erario todas las cantidades re-dores, y de una quinta, nombrada de comun clamadas por súbditos de S. M. C. que presen- acuerdo por los ministros de relaciones y de tadas en el término hábil señalado en la con- S. M. C. Esta junta quedará instalada dentro de vencion de 14 de noviembre de 1851, han si- los ocho dias siguientes al de la fecha de este do ya liquidadas ó están desde entonces pen-convenio, y sus decisiones, despues de oir á los dientes de liquidacion, siempre que al efectuarse esta liquidacion, por lo que de ella falta, resulten legitimos los créditos que la representan, sin admitir otros nuevos. Todas las reclamaciones procedentes de préstamos y legalmente exigidos ó de ocupacion forzada de propiedades hechas por el gobierno ó por sus agentes y de sumas impuestas sobre obras públicas, se considerarán con derecho al interés de 3 por 100 anual desde 27 de setiembre de 1821. Sino tuvieren rédito igualmente convenido ó señalado, ni dia prefijado para el pago, se considerarán con derecho al interés del 5 por 100 anual desde el dia de su señalamiento ó desde el inmediato siguiente al con que debió verificarse el pago. Las reclamaciones que procedan de empréstitos voluntarios ó de otros contratos, solo tendrán derecho al in

interesados ó sus representantes, serán sin recurso y por lo tanto irrevocables. Se procederá dentro de los quince dias contados desde la fecha de este convenio al exámen y liquidacion de las reclamaciones españolas contra el gobierno mejicano que aun estén pendientes de aquellas operaciones, las cuales deberán quedar concluidas en el término de los dos meses siguientes. Los créditos que ya hayan sido examinados y liquidados, con arreglo á la convencion de 1851, aun cuando nada hayan percibido del tesoro de la república en virtud de las convenciones anteriores, quedan legalmente reconocidos y no podrán ser objeto de nuevas investigaciones. El gobierno mejicano se reserva proponer á los acreedores en junto ó separadamente, el entrar en arreglos especiales con los interesados que se avengan á

ello en los términos que estipulen, con la obli- | cuarterones y quinterones, procedentes del gacion de informar al gobierno de S. M. C. por cruzamiento en diversos grados de la raza conducto de su legacion en Méjico de las tran- blanca con la raza negra, los mestizos salidos sacciones que tengan lugar. El importe de las del comercio de los blancos con la raza de los reclamaciones españolas que se liquiden, y el aborigenes ó indios, los zambos, salidos de la de las ya liquidadas, se entregará á los comi- mezcla de los negros y de los indios, y en fin, sionados nombrados por los acreedores para estos mismos indios sin mezcla, es decir, la poverificar el pago en bonos del tesoro mejicano blacion mejicana propia y primitiva. A pesar de al portador, pagaderos por semestres venci- los cruzamientos que señalamos entre las tres dos. Se escluyen de este convenio, como lo divisiones principales de la poblacion, ó mas fueron en el de 1851, las reclamaciones pro- bien à causa de estos mismos cruzamientos, cedentes del saqueo y demolicion del Parian, existieron largo tiempo en Nueva España nuelas comprendidas en el fondo llamado del 26 vas castas, y se necesitaba nada menos que un por 100, y las del cobre, que ya han sido li- decreto de la audiencia para pasar de la una quidadas, quedando sin embargo á los porta- ó la otra, ó á lo menos para gozar de los pridores españoles de créditos de esta especie, vilegios de la mas favorecida que era la de los espeditos los derechos que puedan hacer valer blancos. Que se tenga por blanco, era la escontra el tesoro mejicano, sin que se les siga pecie de fórmula sacramental con que se veriningun perjuicio de esta esclusion. Las recla- ficaba esta trasformacion en el estado civil de maciones españolas comprendidas en este conun individuo. La preocupacion de la raza llegavenio, son únicamente las de origen y propie-ba entre los españoles hasta el punto de negar dad españolas, mas no aquellas que, aunque de el título de seres racionales ó gente de razon, origen español, han pasado á ser propiedad de á los individuos de razas distintas de la suya. ciudadanos de otra nacion.

Clavijero: Storia antica del Messico, Cesene, 1780 -1754, 4 vol. en 8."

Veitia: Historia antigua de Méjico, Méjico, 1836,

3 vol. in 8.°

Antiquites mexicaines: 1834, 2 vol. in fol. Historia de los chichimecos o antiguos reyes de Tezcuco, por Fernando de Alba Ixtilxochitl. Prescott: Historia de la conquista de Méjico, con un cuadro preliminar de la antigua civilizacion mejicana, y la vida de Hernan Cortés, Paris, 1847, 3

vol. in 8.°

Diaz: Historia de la conquista de la Nueva España, Madrid, 1632, in fol. y 4793, 4 vol. en 8.o

Alej. de Humboldt: Essai politique sur le royaume de la Nouvelle Espagne, París, 1825, 4 vol. en 8.° Fr. Frejus: Historia breve de la conquista de los estudos independientes del imperio mejicano, Zacatecas, 1838 in 4.°

La Renaudiere: Mexique, Texas et Guatimala, en el Univers pittoresqué, Paris, 1843 in 8."

Vill-Kennedy: Texas: the rise, progress, ana prospects of the republic of Texas, London, 1841,

2 vol. in 8."

Conquista de Mejico por Solis, un tomo en fólio. Encyclopedie moderne, tomo XIV, Paris. Diccionario de Historia y de Geografia universal, publicado por don F. de P. Mellado, Madrid, 1850, 8

Empero si las distinciones de derecho han podido desaparecer primeramente por un favor escepcional del poder monárquico, y despues por completo ante el principio general de la igualdad republicana, no ha sucedido lo mismo con las distinciones de hecho, por no permitir su indole que fueran eliminadas como aquellas, y entre estas la diferencia de los idiomas es tal vez la que ha permanecido mas intacta. Sin embargo, las grandes clases entre las cuales se divide bajo este punto de vista la poblacion actual de Méjico, se limitan á dos. En una de estas divisiones con los blancos, tenemos tambien todas las sub-razas que ligan por medio de las diversas gradaciones del color el blanco con el negro, pasando por los infinitos matices de amarillo y de moreno. Esta parte de la poblacion que forma, segun Alejandro de Humboldt (1), menos de la mitad de la poblacion total, habla la lengua de los compañeros de Cortés; pero este castellano mejicano no deja de presentar algunas particularidades que se encuentran especialmente en los términos mas usuales. Gran número de espresiones de esta categoría, pertenecientes á la lengua de la madre patria, cesaron de usarse desde muy MEJICO. (Lingüística.) Parece que hasta la al principio en la de la colonia, y fueron reemrevolucion que segregó á Méjico de la monar-plazadas en el lenguaje de todas las clases por quía española, fué uno de los objetos de la po- términos tomados de la lengua de los indigelitica de la metrópoli, sostener intacta todo lo nas. En cuanto á los hombres de color, como posible la línea de demarcacion que la diferen- durante el período de la esclavitud no se hacia de origen establecia entre las diversas par-llaron casi nunca en contacto con los compates de la poblacion de su inmensa y rica colo-ñeros de servidumbre oriundos de las mismas nia. Distinguíanse alli con nombres particula- tribus africanas, no tuvieron otro medio comun res los blancos nacidos en Europa de los que habian nacido en América, pues los primeros cran llamados cachupines y los segundos criollos; venian despues los negros, al principio todos esclavos, y despues casi todos sucesivamente emancipados, los descendientes negros de los esclavos africanos, con los mulatos, los 1792 BIBLIOTECA POPULAR.

tomos en 4.o

Historia de la revolucion de Méjico, por don Lucas Alaman, Méjico, 5 vol. en 4.°

de comunicacion en sus nuevas moradas que la lengua de sus señores; pero en las poblaciones negras ó mulatas que viven con cierta independencia política en el litoral del Océano

(1) Ensayo politico acerca de Nueva España, primera edicion, 1808. T. XXVII. 30

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