riaba con las circunstancias i ocurrencias locales, resulta que no se puede comprobar la relacion exacta de aquellas dos partidas jenerales. Lo único que aparece es la diferencia entre ambas, i aun esta por la misma causa no puede ser esacta. Esto esplica por qué en algunos años figura como gastada una cantidad doble o triple de la percibida, i por qué en jeneral la data no esta conforme con el cargo, II Por ser Chile un pais recien conquistado, bien se comprende que el conquistador tuvo que principiar por la provicion de los elementos materiales con que debia atender a las necesidades de la nueva colonia. Por esta razon el movimiento de la hacienda pública se redujo en los primeros tiempos a la distribucion de los materiales que se necesitaban, i a la organizacion de todos aqueIlos trabajos que podian crear recursos transitorios o permanentes. La hacienda real se componia en su mayor parte de las especies que servian a los habitantes para atender a sus necesidades, de modo que ellas representaban los valores efectivos circulantes con que se remuneraban los servicios i se atendia a muchos otros gastos, sin perjuicio de emitir bonos del tesoro a pagar del real situado, siempre que era necesario. Mas tarde, cuando la conquista se dió por concluida i se echaron las bases de la organizacion económica que debia rejir de un modo permanente, se estableció el sistema creado por los códigos i leyes españolas i que a la sazon se encontraba ya implantado en las otras colonias de América. Como se sabe, ese sistema consistia en la formacion de los diversos ramos de entradas, i en la administracion independiente de cada uno de ellos por un cuerpo de empleados especiales que eran nombrados por el rei i cuya responsabilidad estaba asegurada por fianzas. Cada uno de esos ramos se aplicaba a objetos determinados, i cuando alguno de ellos no bastaba para su objeto se tomaba prestado de otros lo necesario con cargo de devolucion. En las circunstancias estraordinarias en que era preciso acudir a los gastos de la guerra con recursos considerables, todos los ramos entraban a contribuir con préstamos a pagar del real situado, i se suspendian por el momento los gastos, afectos a ellos hasta que llegaba el dinero enviado por el virrei. Así, por ejemplo, si era preciso echar mano de los diezmos para proveer al ejército o para aumentarlo con nuevos reclutamientos, tenian que sufrir las consecuencias de esta medida las siete partidas en que los diezmos estaban distribuidos i que eran la cuarta episcopal, cuarta capitular, dos novenos reales, noveno i medio de fábrica, noveno i medio de hospitales, cuatro novenos beneficiales i tres por ciento del seminario. De este sistema nace la confusion que se ob serva en los libros de la Tesorería jeneral, confusion que en muchos casos llega hasta hacer inintelijibles los balances de caja i exijir un prolijio i laborioso estudio para comprenderlos. A esto se agrega tambien la circunstancia de no encontrarse espresado el precio de las especies que figuran en las diversas partidas, pues es probable que esos valores se llevasen por separado en otros libros. Asi es que el historiador o el economista que necesite recurrir a esa preciosa fuente de no. ticias antiguas, tiene que tomarse un trabajo im probo por no existir un índice razonado i metódico que suministre las esplicaciones necesarias. Pero estudiados el mecanismo i sus variadas aplicaciones en relacion con las necesidades de las épocas, se ve que las contradicciones son solo aparentes; i si fuera posible determinar el precio de las especies, desapareceria toda dificultad para reducir los balances a valores de nuestra moneda completamente exactos. Una de esas contradicciones que mas llaman la atencion al examinar el resúmen jeneral de cargo i data, es el hecho de aparecer en gran nú mero de años un fuerte saldo a favor del año siguiente. Por este dato se podria creer desde luego que la hacienda pública de Chile estuvo siempre floreciente durante el coloniaje i que produjo bastantes utilidades para la metrópoli. Mientras tanto sucede todo lo contrario: Chile no solo no produjo sobrantes, sino que su administracion financiera dejó siempre un déficit mas o ménos considerable de un año para otro; i en las épocas de alzamiento de indios la autoridad se veia obligada a echar mano de las fortunas particulares para poder hacer frente a los gastos de la guerra. La causa de esta aparente contradiccion es el figurar como valores de caja especies que solo tenian un valor de contabilidad, como eran las bulas i el papel sellado cuyo valor desaparecia al cabo de cierto tiempo. I es de observar que estas dos especies forman las dos partidas mas considerables del cargo, pues eran enviadas a Chile del en número diez o doce veces mayor que se necesitaba. Sobre todo la bula de carne estaba siempre de mas, porque las prácticas relijiosas de la época hacian que la abstinencia en la cuaresma fuese jeneral i casi sin escepcion. Sin embargo, en los datos incompletos que nos quedan relativos al siglo XVI no aparecen esas dos partidas, o por escepcion figuran con cantidades insignifi cantes, III Al hacer la enumeracion de las contribuciones i demas rubros de cuentas que figuran en los libros, debemos advertir que aunque su número alcanza a noventa i uno, no hubo ningun año en que aparezcan al mismo tiempo todos ellos. Como se verá por los cuadros que insertamos mas adelante, el número de las entradas era al principio tan reducido como pequeñas eran las cantidades que producian. I ello se esplica naturalmente por cuanto no existia la produccion nacional sino en lo mui necesario para el consumo, i los gravámenes que pesaban sobre la agricultura i la minería debian guardar proporcion con los escasos rendimientos de ámbas. El real situado, es decir el auxilio pecuniario que se remitia del Perú, es la única partida de alguna consideracion que se encuentra por aquellos años, pues la de diezmos, como lo diremos en su lugar, no aparece completa sino hasta mucho mas tarde. Muchas de esas contribuciones eran de carácter transitorio, de modo que solo aparecen en los pocos años en que permanecian vijentes. De este número son todas aquellas destinadas a la construccion de obras públicas, al pago de deudas i a los gastos de la guerra. Ni debe olvidarse tampoco que la apurada situacion del erario español, siempre tan exhausto como ávido, obligaba a los reyes de España a crear una multitud de derechos i privilejios que figuran como ramos de entradas aunque no debieran producir forzosamente ninguna. Tal era, entre otros, el derecho de redencion de lanzas, del que solo conservan nuestros libros un ejem plo i que era completamente voluntario para la nobleza española, Hechas estas deducciones, puede calcularse que el número de las contribuciones i derechos permanentes de importancia queda reducido cuando mas al tercio de las partidas jenerales que aparecen en los libros i que anotamos en la lista siguiente: Real situado 2/9 reales de diezmos Derechos de ensaye i 1/5 real Diezmos Alcabala Almojarifazgos Bulas de cruzada, producto, Id. de tierras. Id. de minas. Id. de especies. Mesada eclesiástica. Empréstitos. Derecho de Cobos i diezmo de plata. Espolios. Caja de Coquimbo. Id. de Mendoza. Comiso. Depósitos i consignaciones. 1/9 i 1/2 de hospitales. Montepio militar. Id. de ministros de justicia. 3% de oro. Fondo de inválidos. Bienes de difuntos. Orden de Cárlos III. Pontazgo de Aconcagua. Contribucion de caminos, Redencion de cautivos. Real hacienda en comun. Bulas de cruzada, en especie. Azogue, en id. 1/9 i 1/2 de fábrica. Señoreaje de la Moneda. Prest i paga del ejército. Fábrica de la Moneda. Bulas cuadrajesimales, producto. Canal de Maipo. 10% para el palacio. 1 1/2% sobre efectos de comercio. Composiciones de estranjeros. Id. de capillas. Contribucion de herencias. 1/9 decimal. Almirantazgo. Fundicion de metales. Reñidero de gallos. Cancha de bolas. Derechos de consulado. 2 millones de ducados. Lotería. Gracias al sacar. Redencion de lanzas. Aumento de bulas. Santos lugares de Jerusalen. Fondo de misiones. Arrendamientos. Remesas para compras. IV Seria casi imposible formarse una idea cabal del movimiento de la hacienda pública en los primeros tiempos i de su desarrollo ulterior, sino apelásemos a la comparacion de los datos oficiales referentes a esas diversas épocas. Ella nos manifiesta la esaotitud de las observaciones que dejamos hechas sobre la nulidad casi completa de ese movimiento durante los primeros años i aun durante la mayor parte del siglo XVII, pues solo a fines de éste se encuentra esa acumulacion de recursos que permitia emprender obras costosas, de utilidad o de defensa, i atender a los gastos de la guerra sin imponer nuevos gravámenes a los habitantes. Con este objeto insertamos en seguida un cuadro que manifiesta el cargo i data del primer decenio de que se conservan libros en el archivo de la tesorería jeneral, i el balance de caja de 1810, tal como existe en el libro correspondiente, advirtiendo que las fracciones de pesos en el balance son las mismas del libro, es decir, reales, medios i cuartillos. Hé aquí esos nú meros: |