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tranjera, hacia marchar de México una gruesa division al mando del Conde de la Cadena.

Esta clase de auxilio, no implorado, y que tenia por objeto extender los dominios de México hasta el istmo de Panamá, revelaba claramente cuáles eran los proyectos del futuro Emperador.

La nobleza y el clero recibieron con gusto la noticia; y favorecidos por el carácter débil y voluble de Gainza; de Gainza, que en todas aquellas cuestiones no atendia más

que

á su interés personal; de Gainza, que no queriendo caer en el desagrado de Fernando VII, habia publicado pocos dias ántes un manifiesto contra el plan de Iguala, pintando á Iturbide con los más negros colores, lograron que él mismo diese cuenta á la Junta con el oficio del Regente, haciendo el panegírico de S. A. S., y que á los dos dias expidiese la convocatoria, que dió por resultado el pacto de 5 de Enero de 1822, obra todo del funesto Marqués D. Juan José de Aycinena.

Gainza, que dos meses antes habia reprobado como ilegal, en Honduras, el sistema de cabildos abiertos para explorar la opinion del Estado; que habia declarado que solamente un Congreso instalado, de conformidad con lo prevenido en el acta de 15 de Setiembre, podia resolver sobre la futura suerte de la nacion, arenga, entónces, á la Junta consultiva, invitándola á que proceda al escrutinio; y trata en seguida de convencerla de que no debia esperarse la resolucion de setenta y siete ayuntamientos que no habian votado, bastando las opiniones recogidas para declarar la anexion al Imperio Mexicano. (1)

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(1) Oficio del Sr. Gainza á la Diputacion Provincial de Comayagua, de 11 de Noviembre de 1821.-Actas de la J. C. de 2 y 5 de Enero de 1822.-Marure, Hist. de las Rev. de la A. C., tomo 1o, lib. 10, cap, 20

"Es concebible, se pregunta Marure, que dos millones de habitantes, esparcidos en una área de más de 25,000 leguas cuadradas, hubieran podido, en el período de 30 dias, expresar reflexivamente su sentir sobre tan delicado asunto? ¿Podrá creerse que se obró con libertad... ?" Y téngase presente que las vías de comunicacion eran entónces mucho más difíciles que ahora.

Hasta qué grado estaba apoyada en la opinion pública la célebre declaratoria de que nos venimos ocupando, lo demuestra claramente la resistencia heróica que hizo la provincia de San Salvador, á las fuerzas imperiales mandada por el General Don Vicente Filisola, que solo pudo ocupar la capital unos cuantos dias antes de que se declarase disuelta la union de Guatemala, y cuando Costa→ Rica desconocia la anexion.

Probarémos esto, además, con una autoridad irrecu

sable:

la mayo

"Excelentísimo Sr.-Desde el dia en que por ría de votos resolvieron estas provincias su adhesion al Imperio Mexicano, hubo un número de pueblos, que queriendo su independencia absoluta, disintieron de la opinion general, y algunos de ellos, como la capital de la provincia de San Salvador, de acuerdo con algunos pueblos de su distrito, sostuvieron con las armas su particular opinion, de una manera que ha sido necesaria la fuerza para atraerlos al partido del Imperio.

Desde la fecha de su agregacion por estas provincias, han proseguido la opinion particular en continuo choque con la general de la adhesion; y aunque por mi parte he sostenido por cuantos medios han estado á mi alcance el partido de la primera, no dejaba de percibir el terreno que ganaba la segunda, á favor de la irresistible fuerza moral de la opinion, que se propagaba en razón del pábulo que recibia de algunos decretos del Gobierno de la metrópoli.

La órden reglamentaria Imperial de 21 de Diciembre, sobre el modo de enjuiciar, aboliendo las formas constitucionales, é introduciéndose á perturbar los principios del derecho comun: el arancel general de aduanas del Imperio, inadaptable á los elementos que constituyen la agricultura y comercio de este suelo; y la providencia de incomunicacion de estos puertos, con los de la nacion española, que destruye por su raíz ambos ramos con la ruina general de los habitantes de estas provincias, han sido los apuntes de los progresos de la independencia.

Es constante que la situacion y calidades heterogéneas en que ellas están constituidas respecto á las del Imperio, no pueden jamás hacer regla comun con ellas; y aunque se quiera conceder que las provincias citadas, y otras que en lo sucesivo pudiera adoptar el gobierno, tuvieran el sello de la pública conveniencia, siempre Guatemala habria de resentirse por el principio de heterogeneidad indicada, á ménos que una política, atenta siempre á remover este inconveniente, dispusiese leyes peculiares á este país; operacion que no era fácil desempeñar, atendida la separacion que este reino ha tenido del de México en el gobierno español, y la falta de datos y conocimientos que proceden de su desunion.

Por efecto de la extension que la independencia daba á la opinion, la provincia de Granada dió el grito que siguió Costa-Rica, aun despues de sujetada la de San Salvador con las armas, aunque nunca con el convencimiento, como me lo hicieron conocer muchos incidentes posteriores á su allanamiento.

Esta reunion de circunstancias acaecia en Guatemala, cuando el ejército de operaciones sobre Veracruz, al mando del Sr. General D. José Antonio de Echávarri, dió el grito de libertad en Casa-Mata. El suceso me fué comunicado por el mismo Sr. Echávarri, con una comision que apénas me dió luz del proyecto.

Además, el oficio con que me invitó, llegó á mis manos abierto, y con todas las señales de apócrifo, y con esta incertidumbre, le dí la contestacion lo mismo que al Sr. General D. Nicolás Bravo, sin que posteriormente haya recibido otro aviso, y ninguno anterior de V. E.; y para aca

barme de cegar, el Gobierno de Oajaca interceptó la correspondencia de la Corte, con quien he seguido incomunicado.

Pero en medio de esta perplejidad, algunas cartas particulares y papeles públicos de Oajaca, y tambien incitativas del Gobierno de esta ciudad, no me dejaron dudar de la realidad de la empresa de los progresos del Ejército libertador, y del intento de su plan, permitiéndome V. E. que al tocar este punto note que ni los Sres. Generales Echávarri y Bravo me repitieron la ocurrencia y su prosecucion, ni ménos V. E. se haya dignado darme aviso alguno, como pudo hacerlo dirigiéndose á mí, en lugar de haberlo hecho á varias autoridades de estas provincias, con los acuerdos de la Junta gubernativa de esta ciudad, de que es V. E. su Presidente.

En esta situacion, el público, sabedor de los hechos, dedujo consecuencias favorables á su independencia: la opinion fermentó, y una representacion de varios individuos que disfrutan la aura popular, prestando voz y caucion por el pueblo, me hicieron entender su resolucion de recobrar la libertad que a favor de la experiencia y del estado político de las provincias de México consideraban cierta, de necesidad.

La espada que desenvainé para defender la libertad de México, no podia teñirla contra la de Guatemala. Un infructuoso esfuerzo debia cubrir de luto al mismo Ejército libertador, que viéndose rechazado por la opinion de Guatemala, no hace otra cosa que pedir la propia libertad que sus compañeros solicitan para México. Con consejo y maduro exámen congregué una Junta de los gefes y oficiales de esta guarnicion: oí el voto de la tropa, y el acuerdo tuvo por resultado el plan que contiene el adjunto impreso, que mereció la aprobacion de la Diputacion Provincial y Ayuntamiento de esta Capital, y para su realizacion lo he comunicado á todas las provincias que constituían el Reino de Guatemala.

V. E. en este procedimiento no hallará más que el curso ordinario por donde la época y la naturaleza de los acontecimientos ordenan con un enlace inevitable los destinos de los pueblos; y V. E. al imponerse de esta exposicion,

considero que hará justicia á mi manejo, presentándole al Gobierno nacional como la segunda prueba de la empresa de la Casa-Mata, persuadiéndose al mismo tiempo, que la division de mi mando no ha hecho más que seguir las huellas que el Ejército libertador, de que es parte, le ha demarcado con leccion del respeto con que debe reconocerse la opinion pública, sin que este paso que yo contemplo de la aprobacion del Gobierno y de V. E. mismo, haga desmerecer ni á mí, ni á los oficiales de esta division, que como hermanos de los que componen el Ejército libertador, han imitado la generosidad de sus filantrópicas ideas, dando un testimonio de que somos dignos de pertenecer á la nacion mexicana.

Sírvase V. E. admitir la expresion de mi consideración, y tener la bondad de contestarme con órdenes de su agrado. Dios guarde á V. E. muchos años. Guatemala, 19 de A bril de 1823,

Excmo, Sr. Marqués de Vivanco."

Vicente Filisola.

Este distinguido cuanto honrado general, cuya memoria merecerá siempre bien de Guatemala, no pudiendo contener el torrente de la opinion en favor de la independencia de México, previendo el desenlace de los acontecimientos de su patria, y convencido de que la union de las provincias de Guatemala á la nacion mexicana, era perjudicial á uno y otro país, emitió el decreto de 29 de Marzo, á que se refiere en el despacho que hemos hecho ver á nuestros lectores, convocando á elecciones para un Congreso nacional.

Este se declaró solemnemente instalado el 24 de Junio de 1823, y el 1o del mes siguiente proclamó la INDEPENDENCIA ABSOLUTA DE LAS PROVINCIAS UNIDAS DEL CENTRO DE AMERICA, DE LA ANTIGUA ESPAÑA, DE ME

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