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bieran cometido un crímen, es una cuestion interior que habria dado a los chilenos el derecho de juzgar o de ecsijir la responsabilidad a sus mandatarios que de ese modo abandonaban al primer ocupante una porcion del territorio nacional; pero esa declaracion solemne debia producir un efecto esterior, es decir, la presuncion de los otros estados de un abandono, o de una declaracion de que el territorio del desierto no le pertenecia.

La ocupacion, por parte de Bolivia, de ese territorio habria tenido el apoyo de ese abandono. Mas no insistiremos en este punto, pues que tenemos en nuestro favor otros títulos de mas valor.

SEGUNDA PARTE.

Titulos de Chile a la soberanía í dominio del Desierto de

Atacama.--Impugnacion.

I.

Introduccion.-La autoridad de escritores privados es mui débil argumento en favor de los derechos de Bolivia.-El rio Salado considerado como límite entre los dos paises, no existe o es difícil determinar el lugar que ocupa.Impugnacion de estos asertos.

Espuestos como han sido en la primera parte de este trabajo, los incuestionables derechos de Bolivia a la soberanía i dominio del desierto de Atacama; cúmplenos ocuparnos de los títulos que, por parte de Chile, se han presentado en apoyo de sus pretensiones a la propiedad de aquel territorio. Estos títulos han sido largamente espuestos por el Sr. Ministro de Relaciones Exteriores de dicha República, D. Jerónimo de Urmeneta, en la nota de 9 de Julio de 1859, dirijida al Ministro Plenipotenciario de Bolivia, Dr. Manuel Macedonio Salinas, en contestacion a la reclamacion interpuesta por este ajente diplomático en noviembre del año anterior.

El documento oficial a que acabamos de hacer referencia, contiene tres partes bien distintas: 1a refutacion de las pruebas aducidas por el Sr. Salinas en apoyo de su reclamacion; 2° esposicion de los derechos de Chile al territorio disputado; i 3a la defensa i justificacion de la política que el gobierno de Santiago ha observado en el largo curso de la presente cuestion.

Será la discusion de las dos primeras el asunto de

esta 2a parte, reservando para una seccion especial la faz diplomática de la cuestion.

Procuraremos tratar las materias en el mismo órden en que han sido presentadas en la nota del Sr. Ministro.

Refutando el Sr. Urmeneta los comprobantes en que el Sr. Salinas apoya los derechos de Bolivia, observa que "consistiendo estos, en su mayor parte, en el testimonio u opinion de historiadores, jeógrafos i en jeneral de autores privados, son mui débiles i merecen mui poca consideracion."

"Si las opiniones de escritores privados que describen paises poco conocidos, dice, como eran las colonias españolas de Sur América, no son dignas, por lo jeneral, de gran fé, esta se debilita totalmente i la desconfianza se aumenta, cuando señalan los límites de paises en que para nada importaba una circunscripcion rigurosa, i mucho mas cuando se advierte contradiccion entre ellos, que arguye el poco conocimiento del asunto de que tra tan. I esto es cabalmente lo que sucede en el caso ac tual, en que a ningun fin judicial o administrativo podia conducir el trazar una raya que deslindase dos provincias de un mismo Estado en un vasto desierto no pa sado, sinó por uno que otro audaz aventurero i en que las opiniones de los autores son contradictorias i vagas (1)."

Convenimos con el Sr. Ministro en que las opiniones de autores privados carecen de valor, cuando se ha llan en contradiccion con las disposiciones del Soberano que demarcó los limites de sus diferentes provincias coloniales; pero no podrá negarse que esas opiniones son de un gran peso, si están conformes con aquellas: conformidad que, respecto a muchos autores, hemos procurado ha cer notar en varios lugares de este escrito.

Esa disconformidad, por otra parte, no depende precisamente de la ignorancia de los escritores, como se supone, sinó de que en sus investigaciones para deter

(2) Aun a riesgo de alargar demasiado nuestro trabajo, procuraremos trascribir testualmente casi siempre los argumentos del Sr. Urmeneta para no desvirtuar tal vez su fuerza en un estracto que de ellos hicieramos.

minar el límite de los dos paises, han partido de diferentes disposiciones legales, como lo hemos manifestado en otra parte de este escrito.

El Sr. Urmeneta procura hacer resaltar la discordancia que se nota entre los autores respecto al límite de los dos paises, en especial a cerca de la posición jeográfica del rio Salado; i no solo deduce un argumento de esta discordancia, sinó que llega al punto de negar la ecsístencia misma de aquel rio.

"Ahora bien, dice, el rio denominado Salado no ecsiste en la actualidad, i si alguna vez ha ecsistido, el punto donde nacia, su curso i el lugar donde desembocaba son completamente ignorados, i determinarlos con ecsactitud i fijeza es poco menos que imposible, pues ya se ha hecho notar la gran variedad de opiniones que respecto a su desembocadura ecsiste, que por lo tocante a su orijen i curso, el infrascrito no reconoce ningun autor de respetabilidad que lo señale."

El Sr. Urmeneta no ha podido aventurar una aserción tan atrevida, sinó en vista del informe que debió presentarle el Sr. Philippi a cerca de este rio, despues de su esploracion del Desierto en los años 53 i 54. El Sr. Philippi, en efecto, al hacer en su obra, tantas veces citada, algunas apreciaciones críticas de diferentes cartas del desierto de Atacama, niega la ecsistencia del valle del Salado en la latitud que a este valle da el coronel de injenieros D. Felipe Bertres en su mapa de Bolivia.

Vamos a trascribir testualmente lo que a este respecto nos dice el Sr. Philipi.

En el "Mapa corográfico de la República de Bolivia, mandado levantar por el Excmo. Sr. Presidente José Ballivian, i formado por el coronel de injenieros Felipe Bertres, director de la mesa topográfica,-1843," se halla dibujado un rio, denominado Rio Salado, que desemboca en la mar inmediato al Paposo. Un tal rio o valle no ecsiste en la naturaleza. El único valle mayor que hai en esta rejion es el Cajon de Guanillo por el cual conduce el camino de Paposo para el interior del Desierto; es situado una legua al sur de Paposo......(1)"

Como se vé, Mr. Philippi niega la ecsistencia del valle o rio que desemboca junto al Paposo. A la autoridad

(1) Obra citada, páj. 22.

de este viajero, podemos oponer otra, la del Sr. Llerena, que en su interesante artículo "El desierto de Atacama i sus riquezas minerales," publicado en "El Comercio" de Valparaiso (núms. 523--525) describe precisamente el rio o Valle cuya ecsistencia niega el Sr. Philippi, i que es el mismo trazado en el Mapa del Sr. Bertres.

"Las quebradas que de distancia en distancia, dice, sulcan la superficie desolada del Desierto, sirviendo de núcleos a las escasas aguas i pastos que hacen transitable esa desolada rejion, son mui numerosas, i nosotros solo señalaremos las principales. Todas ellas descienden a manera de cauces de rios corrientes en la época primitiva de la formacion de esas rejiones, pero que despues se han secado i esterilizado, merced a la accion de la sequedad admosférica, sequedad que nada interrumpe en e sa rejion, sinó es por uno que otro aguacero que cae en periodos mui largos de dos o tres años. Todos descienden de oriente a occidente viniendo a humedecerse en las olas del Pacífico la embocadura de un sauce que ya no da tributo.”

"Estas quebradas no son de una naturaleza contínua ni uniforme, sinó que como los rios, a medida que se estienden, ellas bifurcan o ramifican, dividiéndose al infinito i enviando brazos i ramales en todas direcciones. Las principales de estas quebradas son, a partir de Caldera: 1° La quebrada del Flamenco, la cual nace de la cordillera inmediata a Tres Puntas; 2° la quebrada de chañaral, la cual toma su oríjen de la Sierra de la Vicuña, al norte de Tres Puntas; 3° La quebrada de Pan de azucar, la cual nace de las cumbres i lagos de las cordilleras de la Encantada, Doña Ines i el Bolson; 4 la quebrada de Taltal la cual nace en los cerros o cordillera del Chaco i se prolonga por Cachiyuyal hasta el mar; 5° la quebrada de la Estancia Vieja i del Paposo, de las cuales la primera nace al pié de los cerros de Varas i la 2a de las Vaquillas; 6° la quebrada del Cobre, de la Chimba i de Mejillones que nacen de las faldas del Alto Osandon, del Cachigra í de la quebrada de la Zorra. Tales son las principales quebradas que sulcan de Oriente a Occidente, de mar a Cordillera, el Atacama chileno. Todas estas quebraas se hallan a distancias regulares de 20 a 40 leguas unas de otras."

La 5a. de las quebradas descritas por el Sr. Llerena es precisamente aquella que en la carta de Bertres des

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