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gacion, hoi que ella debe llegar a una solucion cualquiera, prestar un continjente, aunque débil, para alcanzar el triunfo de una causa en que se hallan comprometidos los mas caros intereses de la nacion.

Por otra parte, algunos amigos nuestros impuestos de los estudios que habiamos dedicado a este asunto, nos habian dicho: Todo cuanto pueda procurar, no diremos una prueba mas, sinó un dato siquiera, sobre esta importante cuestion, debe ser puesto en la balanza del juicio que debemos provocar ante los estrados de la justicia universal.

A la influencia de tan poderosos móviles, no podiamos trepidar ya; pero una dificultad nos inspiraba vacilaciones de distinto linaje.

En la investigacion de los títulos de nuestra patria a la soberania i dominio del territorio que le disputa su vecina i simpática hermana Chile; habiamos seguido casi los mismos rumbos i bebido en las mismas fuentes que nuestros ilustres predecesores. El ecsámen de estos títulos nos habia sujerido iguales apreciaciones; i habiamos empleado finalmente en el ataque i la defensa las mismas armas.

Este acuerdo, si bien nos era satisfactorio, i confortaba nuestras convicciones sobre los justos derechos de Bolivia; hacia no obstante supérflua una gran parte de nuestro trabajo quitándole el interes de la novedad.

En medio de tales vacilaciones, habiamos pensado dar a luz tan solo aquello que ofreciese un nuevo interes al lector, alguna nueva prueba al juez: mas en este caso nuestro plan completamente truncado, habria perdido su unidad i se habria roto el enlase lójico de las ideas i el encadenamiento de las pruebas.

En la necesidad, pues, de cumplir un deber sagrado para nosotros, nos hemos decidido a publicar este escrito tal cual se hallaba bosquejado.

Al rastrear los títulos de Bolivia a la soberania del territorio que se la disputa, hemos debido subir necesariamente al orijen del dominio español en el vasto imperio de los Incas, i determinar las demarcaciones que se trazaron a los reinos que brotaban bajo la espada de los audaces aventureros de Castilla. Una vez determinadas las circunscripciones territoriales en la primera época de la conquista, era necesario seseguir las manifestaciones de la voluntad soberana sobre esta materia, en las leyes, cédulas, órdenes i otras disposiciones de la época colonial, para tratar de verificarlas en el momento de la emancipacion de las colonias; ya que las repúblicas Sud-Americanas han adoptado en el deslinde de sus respectivos territorios el principio, de que sus límites son los mismos que los de las secciones coloniales de que se formaron.

Tal era la marcha natural i lójica que, aceptado el principio, debimos seguir en este trabajo, a ejemplo de tantos ilustres publicistas que nos han precedido en esta noble tarea.

En nuestras investigaciones para resolver una cuestion que interesa a la paz de dos repúblicas hermanas, hemos procurado buscar todos los datos que pudieran ilustrarla; i al ecsaminar los títulos presentados por una i otra parte, hemos obrado con la imparcialidad i buena fé que debe guiar a todos,-hombres, pueblos i gobiernos. La justicia i la verdad han sido nuestro norte; i con igual franqueza hemos espresado nuestras dudas, como nuestras convicciones; i bien habriamos podido dar a este trabajo el título de INVESTIGACIONES.

Tal vez el amor patrio haya podido estraviarnos i ocultarnos la verdad; manifiéstese nuestro error i entónces no trepidaremos, los bolivianos todos, en otorgar a nuestros hermanos de Chile la justicia en que creen apoyadas sus pretensiones.

Entre tanto, permítasenos espresar un voto sincero i ardiente para que esta cuestion que amenaza dividir a dos pueblos americanos, llegue pronto a una solucion pacífica que concilie las encontradas pretensiones i sea igualmente conveniente a los intereses de los dos paises. I sin embargo de la inflecsible política que hasta hoi ha usado el gabinete de Santiago, tenemos confianza en los sentimientos de probidad del pueblo chileno i en la buena fé i lealtad de los distinguidos hombres de estado que forman el personal de su gobierno.-Confiámos ante todo en los sentimientos de UNION que jerminan hoi en el continente de Colon ,para esperar que los próceres de la América que han aceptado el apostolado de la confraternidad continental, empleen sus influencias, ora en la prensa, ora en la tribuna, ora en la esfera de sus relaciones personales, para que se haga a Bolivia la justicia que demanda, i no se vierta una sola gota de sangre en aras de mezquinos intereses.

Que pronto Chile i Bolivia se den un abrazo fraternal, i que este sea la primicia de los hermosos frutos que debe producir el grande i fecundo pesamiento de la UNION AMERICANA.

El autor.

PRIMERA PARTE.

Titulos de Bolivia a la soberania i dominio del Desierto de Atacama hasta el paralelo 25 grados 88 minutos.

I.

Imperio peruano-Conquista de Chile por el Inca Tupac Yupanqui-El De sierto de Atacama constituia parte integrante del imperio.-Uso que los antiguos peruanos hacian del huano de las costas de Atacama-Esplotacion de esmeraldas del Desierto.

Bajo la administracion templada, benévola i patriarcal de los Incas; bajo la influencia de su política sagaz i el ascendiente de sus armas siempre victoriosas; el pequeño imperio de Manco Capac llegó, como se sabe, a un alto grado de prosperidad i de grandeza, i en el corto período de doce jeneraciones, se estendió a una gran parte del continente Sud-Americano.

Fué en el siglo XV que el imperio peruano ensancho su territorio, bastante dilatado ya, con una de las mas importantes conquistas. El Inca Topa o Tupac Yupanquí, emprendió hacia los años de 1400 a 1475 la conquista del pais situado al sur del continente. Un ejército de cincuenta mil hombres al mando de uno de sus jenerales, atravesó el Desierto de Atacama, penetró en Chile, i despues de una guerra de seis años, en que los naturales, especialmente los promaucaes, opusieron una obstinada resistencia a los invasores, Yupanqui logró subyugar la par

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te septemtrional del pais i "fijar los límites permanentes de sus dominios en el rio Maulle."

"El imperio del Perú," dice Prescott, "en la época de la dominacion española, se estendía por la parte del Pacífico, desde el segundo grado, poco mas o menos, de latitud Norte, hasta el 37 latitud Sur (1); línea que describen actualmente las repúblicas modernas del Ecuador, Perú, Bolivia i Chile. Su anchura no puede ser determinada con ecsactitud, porque aunque totalmente limitada al Oeste por el Grande Océano, hacia el Este se dilataba en varias partes mas allá de los montes cuya exacta situacion no nos es conocida, i cuyos nombres han sido borrados del mapa de la historia.'

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El Desierto de Atacama que se estiende entre los 22° i 27° latitud sur, constituia, pues, una parte integrante del vasto territorio que de las costas del Pacífico estaba sujeto a la dominacion de los Incas.

Estéril i desierta como era esta parte del territorio peruano, fué, no obstante, esplotada con ventaja para la industria, bajo la intelijente administracion del Imperio. Sabido es que en tiempo de los Incas, llegó la agricultura a un tan alto grado de perfeccion que, segun espresion de Prescott, se fundaba en principios que realmente pueden llamarse científicos. Entre los varios abonos de que hacian uso, uno de los principales, especialmente en el cultivo de los terrenos áridos de la costa, era el huano cuyo empleo se ha jeneralizado tanto hoi en Europa. "Los Incas adoptaron sus acostumbradas precauciones para que el agricultor pudiese disfrutar de este abono importante. Destinaron las pequeñas islas de la costa para uso de los respectivos distritos, i se señalaba ecsactamente los límites de cada division. Toda usurpacion de derechos ajenos se castigaba severamente i aseguraban la conservacion de las aves con penas tan severas, como las que fulminaron en Inglaterra los tiranos normandos para conservar su caza.

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Entre las riquezas que los españoles encontraron en el Perú, las piedras preciosas exitaron la admiracion i la codicia de los conquistadores; i esas piedras preciosas eran sacadas, en especial las esmeraldas, del desierto de Ata

(1) El rio Maulle está a la altura de 39° 19′ 15. Hasta esa latitud debió pues haberse estendido el imperio peruano.

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