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ños quanto del tártaro, para condenar »á nadie é infamar toda la España? El

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» consejo está indagando el origen del mal: »los consejeros leen todos los procesos, "y reveen con trabajo continuo las sen»tencias de tantos quemados y multa"dos (16)."

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El reconocimiento de las causas hizo creer al cardenal Cisneros que el asunto merecia por su gravedad ser exâminado con quanta circunspeccion fuese posible, y en su conseqüencia, precedido el asenso real, formó una junta extraordinaria de personas respetables é imparciales, á la que se dió título de Congregacion católica, cuyas sesiones comenzaron dia de la Ascension. Gomez Bravo, refiere los nombres de los individuos. Don Fray Melchor Prieto, obispo electo de Paraguay, en su historia inédita de Burgos añade que se congregaban en la posada del cardenal, sita en las casas de Martin de Soria, calle de San Lorenzo, y que presidiendo en medio el cardenal, estaban en dos filas `los individuos en esta forma.

Á la derecha: 1.° Don Juan de Silva,

(16) Pedro Mártir, epist. 375.

conde de Cifuentes, alférez mayor de Castilla, presidente del consejo real: 2.o Don Valentin Ordoñez de Villaquiran, obispo de Ciudad-Rodrigo: 3.o Don Fray Juan Enguera, obispo de Vique, confesor del rey, inquisidor general de Aragon : 4.o Licenciado Luis Zapata, consejero. de CastiHa (como los siete que siguen): 5.o Licenciado Garci-Ibañez de Muxica: 6.° Doc tor Lorenzo Galindez de Carbajal: 7.o Licenciado Toribio de Santiago: 8.0 Licenciado Luis de Polanco: 9.o Licenciado Alonso de Vargas: 10.° Licenciado Francisco de Sosa: 11.o Licenciado Hortuño Ibañez de Aguirre.

Á la izquierda: 1.o Don Fadrique de Portugal, obispo de Calahorra: 2.o Don Juan de Velasco, obispo de Cartagena: 3.o Doctor Tomas de Malferit, vicecanciller de Aragon: 4.o Don Antonio de Agustin, presidente de la cancillería de Aragon: 5.o Doctor Martin de Azpeitia, protonotario apostólico, y consejero de la Suprema 6.0 Licenciado Francisco Mazuecos, canónigo, de Toledo, consejero tambien de la Suprema: 7.° Diego Perez de Villamuriel, oidor de Valladolid: 8.° Fray Pedro de Náxera, abad benedictino

del monasterio de Valladolid: 9o. Licenciado Andres Sanchez de Torquemada, arcediano de Aza en Osma, inquisidor de Córdoba: 10.° Doctor Pedro Gonzalez Manso, catedrático de cánones de Valladolid, é inquisidor de Castilla la Vieja.

Todos juraron exercer bien su comision en testimonio de Lope Diaz de Zárate, secretario del consejo de la Suprema; y habiendo celebrado muchas sesiones, pronunciaron sentencia en 9 de Julio, declarando por fingida la exîstencia de sinagogas, predicacion de sermones en aparato, concurso de forasteros, y demas que tenia relacion con esto, mandando castigar como perjuros y testigos falsos á los que habian manifestado tales especies, y pronunciando que ninguna de ellas contenia méritos para proceder contra las personas nombradas en las deposiciones de tales declarantes; en conseqüencia de lo qual mandaron tambien que se tildase y borrase de los libros de Inquisicion, y de todas partes, lo es crito en conformidad de los supuestos crímenes.

Esta sentencia fué publicada con apro. bacion real en Valladolid dia primero de

Agosto á presencia de su magestad, y de todos los grandes y prelados que seguian la corte; del presidente y oidores de la chancillería, y otros muchos caballeros, y damas á quienes se convidó, para dar toda la publicidad posible al acto solemne de reintegracion de buena fama de las Castillas y Andalucía; y el rey católico añadió, que se reedificasen las casas de Córdoba derruidas por orden del inquisidor Lucero, en virtud del supuesto falso de haber servido de sinagogas (17).

Quatro dias despues escribia Pedro Mártir al conde de Tendilla entre otras cosas: Poco á poco va sobresaliendo la ,, inocencia de los oprimidos. Ya es no"torio por todas partes que la acusacion » contra el difunto arzobispo, mitad de tu » alma, fué inventada por una rabia infer»nal. Se conocen los testigos de cuyos dichos ya vanos ó fátuos, ya iniquos ó » perniciosos se valió Tenebrero para tener ocasion de atormentar tantos cuerpos, › perturbar tantas almas, y llenar de in

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(17) Gomez Bravo: catálogo de los obispos de Córdoba tom. 1. cap. 16. Prieto : hist. ms. de Burgos tom. 2. cap. 26. párrafo 37.

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famia inumerables familias. ¡O desdichada España, madre de tantos varones » ilustres, ahora injustamente infamada con ,, tan horrible mancha! Tenebrero está preso en el castillo de Burgos, y se ha mandado al alcayde guardarlo con mu"cha diligencia. Pero ¿qué hacemos con ,, eso? ¿Podrá por ventura este Tersítes sa»tisfacer con una muerte tantas calamidades de los Héctores? En fin, el hacerse "público que los infelices fueron condenados sin razon por un juez iniquo, servirá » de algun alivio y consuelo á los interesados (18)."

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No obstante este anuncio de Pedro Mártir, escribia entonces en Salamanca el colegial Pedro de Torres, que uno de los capítulos de la sentencia era declarar por justamente condenados á los que habian sido quemados en Córdoba (19); y es evidente que reconocida la causa particular formada contra Lucero, no se hallaron méritos para mas que privarle del oficio de inquisidor, y mandari

(18) Pedro Mártir, epist. 393.

(19) Pedro Torres: apuntamientos ms. de noticias particulares fol. 61. de mi copia.

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