Imágenes de páginas
PDF
EPUB

gobierno ú residencia, una pesquisa exâcta de las personas de ambos sexôs que hubiesen ido á refugiarse, prendiesen é hiciesen conducir todos con seguridad á las cárceles de la Inquisición de Sevilla, seqüestrando sus bienes y depositándolos en sujeto abonado, con inventario á disposicion de los inquisidores y de sus altezas, y nadie fuera osado en adelante de acoger á fugitivo alguno, sino que antes bien lo prendiesen, haciendo lo demas referido, baxo pena de excomunion mayor y de otras establecidas por derecho contra los fautores de heregès, y entre ellas la de confiscacion de sus dignidades y oficios, relevando á sus vasallos y subditos de la obediencia y vasallage, no obstante qualesquiera promesas que les tuviesen hechas con juramento y pleyto homenage, y reservando á sí mismos y á sus superiores la absolucion de las censuras eclesiásticas en que incurriesen los que no cumplieran este despacho (2).

[ocr errors]

Tal fue la primera provision del tribunal de la Inquisicion, y basta por sí

(2) Cantolla: resúmen de breves de la Inquis. tit. I. 1. 59.

sola para conocer el espíritu de dominacion, orgullo y crueldad con que comenzaba, porque calificó de crímen en los cristianos nuevos el mudar de domicilio antes que nadie lo prohibiese. ¿Y qué mutacion? á pueblos tan cercanos como los pertenecientes al marques de Cádiz, conde de Arcos, y otros inmediatos de Sevilla, circunstancia demostrativa de que no huían ni se ocultaban. El imponer á estos dos grandes de Castilla y demas señores de vasallos la pena de confiscacion de dignidades y oficios, relevar á los subditos de la obligacion de vasallage, y reservarse absolucion de las censuras eran actos de un poder tan arbitrario como injusto.

Pero ¿qué habian de hacer aquellos Grandes y demas caballeros? ¿Se determiૐ narian á resistir, con prevision de que puestos en el concepto de fautores de hereges tendrian que sufrir sus penas? ¿Se quejarian á los reyes, cuya voluntad estaba ya declarada definitivamente á favor del nuevo establecimiento? Todo seria inutil y aun perjudicial. Era forzoso cumplir lo que se mandaba y disimular la opinion que se tuviese.

[ocr errors]

Comenzáron, pues, los inquisidores á prender personas como sospechosas de heregía, y en poco tiempo creció tanto el número de los presos que no bastando el convento para su mansion pidieron á los reyes el castillo de Triana, donde aquel mismo año de 81 exîstió el tribunal con sus carceles , segun la inscripcion que publicó Diego Ortiz en los anales de Sevilla (3), en conseqüencia de lo qual el coetáneo Bernaldez, autor muy preocupa do á favor de la Inquisicion escribió: » que los inquisidores en muy pocos dias, »por diversos modos é maneras supie"ron la verdad de la herética pravedad » malvada, é comenzaron de prender hom»bres é mugeres de los mas culpados, é » metieronlos en San Pablo. Prendieron luego algunos de los mas honrados, é de »los mas ricos veinti-quatros, é jurados, »é bachilleres, é letrados, é hombres de » mucho favor. (Á estos prendia el asis»tente.) É desque esto vieron fuyeron » de Sevilla muchos hombres é mugeres. »É viendo que era menester demanda

(3) Ortiz de Zúñiga: anales de Sevilla lib. 17. año 1481.

D

»ron los inquisidores el castillo de Tria,,na, donde se pasaron, é pasaron los » presos; é allí ficieron su audiencia, é »tenian su fiscal, é alguacil é escribanos, »é quanto era menester, é facian su pro»ceso segun la culpa de cada uno; é lla"maban letrados de la ciudad, seglares, "é al provisor al ver de los procesos é » ordenar de las sentencias , porque viesen "como se hacia la justicia é no otra cosa. » É comenzaron de sentenciar para que"mar en fuego. É sacaron á quemar la

[ocr errors]

primera vez á Tablada seis hombres é » mugeres que quemaron. É predicó Fray » Alonso Hojeda de San Pablo, zeloso de » la fe de Jesu Cristo, el que mas procuró » en Sevilla esta Inquisicion. É él no vio » mas de esta quema, que luego desde "alli á pocos dias murió de pestilencia que » estonce en la ciudad comenzaba de an

dar. Y dende á pocos dias quemaron » tres de los principales de la ciudad, é » de los mas ricos, los quales eran Die"go de Susan, que decian que valia lo »suyo diez cuentos, é era gran rabí, é » segun pareció murió como cristiano; é "el otro era Manuel Sauli, é el otro »Bartolomé Torralva. É prendieron á

é

"Pedro Fernandez Benedeba, que era ma"yordomo de la iglesia de los señores "dean é cabildo, que era de los mas » principales de ellos, é tenia en su ca"sa armas para armar cient homes » Juan Fernandez Abalasia, que habia si»do muchos tiempos alcalde de la justi»cia, é era gran letrado; é á otros mu"chos, é muy principales, é muy ricos, á »los quales tambien quemaron é nunca » les valieron los favores ni las riquezas. » É con esto todos los confesos fueron

"muy espantados, é habian gran miedo, „é huían de la ciudad é del arzobispado; "é pusieronles en Sevilla pena que no fu"yesen so pena de muerte; é pusieron » guardas á las puertas de la ciudad. É »prendieron tantos que no habia donde » los toviesen, é muchos huyeron á las tier»ras de los señores, é á Portugal, é á tier"ra de moros (4).”

Esta narracion del cura de los palacios influye á que formemos un concepto poco favorable de los primeros inquisidores, porque si gustaban de pasar plaza de verdaderos cristianos los que ha

(4) Bernaldez: hist. de los reyes católicos cap. 44.

« AnteriorContinuar »