Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Con mi dolor templado;

Mirad, que el monte, el soto, el valle, el rio Sin aguardar mis labios,

Saber de vos pretenden mis agravios,

Coridon.

Baxe la noche triste

Del monte al valle con dormido paso,
Quando el silencio víste

De negras sombras el mortal ocaso;
Que el sol, que ver no espero,
A mi tristeza anocheció primero、

Alcido.

Si velan las estrellas

Guardando el sueño al trabajado dia,'

Otras luces mas bellas

En medio de mi noche oscura y fria

Guardan el sueño ahora

Al sol que duerme en brazos de mi aurora.

Coridon.

No esperen ver mis ojos

El cielo de sus lágrimas sereno,

Pues tienen mis enojos

Mis propios bienes en poder ageno,

Y que cobrar no esperan,

Si no es que el dueño ó la desdicha mueran.

Alcido.

Engáñase mi pena,

Si humilde y ciega su remedio aguarda

De voluntad agena;

Y aunque la propia en aplicarle tarda,
Es ignorancia, o miedo,

Que aguarde de otro, lo que darme puedo.

Coridon.

Aves, que en este rio

Pedis á voces, que despierte el alba,

Y su valle sombrio

Primero sabe por mi triste salva,

Que alegre el horizonte

La calla al prado, y la descubre al monte!

Alcido.

Sonora y clara fuente,

Que el agua triste que ofendido lloro,

Quando dá tu corriente

Pasos de plata por caminos de oro,

Las del Tajo acompaña

Hasta morir en las del mar de España.

Garcilaso de la Vega.

1

Egloga.

Salicio. Nemoroso.

Dedicatoria á Albano, esto es á Don Pedro de Toledo, Marques de Villa franca, Virrey de Napoles.

El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,

Hé de cantar, sus quexas imitando ;
Cuyas ovejas al cantar sabroso
Estaban muy atentas, los amores
(De pacer olvidadas) escuchando.
Tú, que ganaste obrando

Un nombre en todo el mundo,
Y un grado sin segundo;
Agora estés atento, solo, y dado
Al inclito gobierno del Estado,
Albano; agora vuelto á la otra parte,
Resplandeciente, armado,

Representando en tierra el fiero Marte;
Agora de cuidados enojosos

Y de negocios libre, por ventura
Andes á caza, el monte fatigando
En ardiente ginete, que apresura
El curso tras los ciervos temerosos,
Que en vano su morir van dilatando;
Espera, que en tornando
A ser restituido

Al ocio ya perdido,

Luego verás exercitar mi pluma
Por la infinita inumerable suma
De tus virtudes y famosas obras;
Antes que me consuma,

Faltando á ti, que á todo el mundo sobras.
En tanto que este tiempo, que adivino,
Viene a sacarme de la deuda un dia,
Que se debe á tu fama, y á tu gloria;
Que es deuda general, no solo mia,
Mas de qualquier ingenio peregrino,

Que celebra lo digno de memoria;
El arbol de vitoria,

Que ciñe estrechamente
Tu gloriosa frente,

Dé lugar á la yedra, que se planta
Debaxo de tu sombra, y se levanta
Poco a poco arrimada á tus loores;
Y en quanto esto se canta,
Escucha tu el cantar de mis pastores.

Poeta,

Saliendo de las ondas encendido
Rayaba de los montes el altura
El sol, quando Salicio recostado
Al pié de una alta haya en la verdura,
Por donde una agua clara con sonido
Atravesaba el fresco y verde prado;
El, con canto acordado
Al rumor, que sonaba

Del agua, que pasaba,

Se quexaba tan dulce y blandamente,
Como si non estuviera de allí ausente
La que de su dolor culpa tenia;
Y así como presente,

Razonando con ella le decia:

Salicio.

O mas dura que mármol á mis quexas, Y al encendido fuego, en que me quemo, Mas he da que nieve, Galatea;

Estoy muriendo, y aun la vida temo;

Témola con razon, pues tu me dexas;
Que no hay, sin tí, el vivir para que sea.
Vergüenza hé, que me vea
Ninguno en tal estado,

De ti desamparado,

Y de mí mismo yo me corro agora.
De un alma te desdeñas ser señora,
Donde siempre moraste, no pudiendo
Della salir un hora?

Salid sin duelo lágrimas corriendo.

El sol tiende los rayos de su lumbre
Por montes y por valles, despertando
Las aves, y animales, y la gente:
Qual por el aire claro va volando;
Qual por el verde valle, ó alta cumbre

Paciendo 'va segura, y

libremente :

Qual con el sol presente

Va de nuevo al oficio,

Y al usado exercicio

Dó su natura, ó menester le inclina.

Siempre está en llanto esta ánima mezquina,
Quando la sombra el mundo va cubriendo
O la luz se avecina.

Salid sin duelo lágrimas corriendo.

Y tú, desta mi vida ya olvidada,
Sin mostrar un pequeño sentimiento`
De que por tí Salicio triste muera,
Dexas llevar, desconocida, al viento
El amor y la fe, que ser guardada
Eternamente solo á mí debiera?
O Dios! porqué siquiera

« AnteriorContinuar »