En tal manera, á mí Flerida mia Viniendo, reverdece mi alegría.
Ves el furor del animo80 viento Embravecido en la fragosa sierra, Que los antiguos robles ciento á ciento, Y los pinos altísimos atierra,
Y de tanto destrozo aun no contento, Al espantoso mar mueve la guerra? Pequeña es esta furia comparada A la de Filis con Alcino airada.
El blanco trigo multiplica y crece: Produce el campo en abundancia tierno Pasto al ganado: el verde monte ofrece A las fieras selvages su gobierno: A do quiera que miro me parece Que derrama la copia todo el cuerno: Mas todo se convertirá en abrojos, Si dello aparta Flérida sus ojos.
De la esterilidad es oprimido El monte, el campo, el soto, y el ganado La malicia del ayre corrompido Hace morir la hierba mal su grado: Las aves ven su descubierto nido, Que ya de verdes hojas fué cercado; Pero si Filis por aquí tornáre, Hará reverdecer quanto miráre.
El álamo de Alcides escogido Fué siempre, y el laurel del roxo Apolo : De la hermosa Venus fué tenido
En precio y en estima el mirto solo: El verde sauz de Flérida es querido, Y por suyo entre todos escogiólo: Do quiera que de hoy mas sauces se hallen, El álamo, el laurel, y el mirto callen.
El fresno por la selva en hermosura Sabemos ya que sobre todos vaya, Y en aspereza y monte de espesura Se aventaja la verde y alta haya; Mas el que la beldad de tu figura, Donde quiera mirado, Filis, haya, Al fresno y á la haya en su aspereza Confesará que vence tu belleza.
Esto cantó Tirreno, y esto Alcino Le respondió; y habiendo ya acabade El dulce son, siguiéron su camino Con paso un poco mas apresurado.. Siendo á las Ninfas ya el rumor vecino, Juntas se arrojan por el agua á nado;
Y de la blanca espuma que moviéron,
Las cristalinas ondas se cubriéron.
por un autor no conocido.
,,Aquí gozaba Medoro
,,De su bella deseada ,,A pesar del Paladino
,,Y de los Moros, de España. Aquí sus hermosos brazos,
,,Como yedra que se enlaza, ,,Ciñeron su cuello y pecho, ,,Haciendo un cuerpo, dos almas. Estas palabras de fuego
Escritas con una daga
En el mármol de una puerta El Conde Orlando miraba.
Y apénas leyó el renglon
De las postreras palabras, Quando con voces de loco Echó mano à Durindana; *)
Y dando sobre las letras
Una y otra cuchillada
Con el encantado acero,
Piedras y centellas saltan.
Que de palabras de amor
No solamente en las almas,
Que en las piedras entra el fuego,
Y dellas sale la llama.
La coluna dexa entera,
Como lo está su esperanza,
Que confiesa ser mas firme Que no el valor de sus armas. Entrando la casa adentro,
Vió pintada en una quadra La amarilla y fiera Muerte Que á los pies de un niño estaba. Conoció que era el Amor
En las flechas y la aljaba,
Y unas letras que salian
De las manos de una Dama.
Lo que decian repite
Como quien no entiende nađa, Que en males que vienen ciertos El gloria engañar el alma.
Las letras dicen:,, Medoro,
,,El grande amor de tu esclava ,Ha de vencer á la muerte, ,,Que muerto vive quien ama. No tiene el Conde paciencia, Que alborotando la sala Despedaza quanto mira, (De amor injusta venganza.) Lo que dice y lo que siente
Entiéndalo quien bien ama, Si sabe el mal que son zelos, Que llaman muerte de rabia.
Varias cosas discurriendo; Quando, sin pedir licencia, Se entró por la sala adentro Una gallarda doncella
De amable y hermoso gesto, Vestida toda de blanco
A quien el rubio cabello Bordaba de oro los hombros, A causa de venir suelto.
Ponen los ojos en ella,
Y poniéndolos en ellos Ella comenzó á hablar, Y ellos á darle silencio. ,,Perdoname," dice,,Rey ,,Si tu consejo atropello; ,,Aunque, si te le dan malo,' ,,Antes soy digna de premio. ,,No sé, si de Rey christiano
,,Te dé nombre, porque entiendo ,,Que con fingida apariencia ,,Debes ser Moro encubierto.
Que quien da á los que lo son, ,,Las doncellas ciento á ciento,
,,Si ya no es Moro, con ellas ,,Los soborna para serlo. por darle muerte oculta ,,Vas desangrando tu Reyno, ,,Por harto mejor tuviera ,,De una vez pegarle fuego; ,, sino en tributo y parias
,,Dieras hombres alomenos,
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