Si no son murmuradores. Los campos les dan alfombras, Los árboles pabellones, La apacible fuente sueño, Música los ruiseñores. Los troncos les dan cortezas No hay verde fresno sin letra Cuevas dó el silencio apénas Choza pues, talamo, y lecho, Don Juan Boscan. Canci o n. La ausencia de la persona amada. Claros y frescos rios Que mansamente vais Siguiendo vuestro natural camino : Desiertos montes mios, De soledad muy triste de contino: De descansar cantando: Arboles, que vivis, Y enfin tambien moris Y estais perdiendo á tiempos y ganando; Mi voz amarga, ronca y tan doliente. Que hubiese de apartarme De quien jamas osé pensar partirme, En tanta desventura Conviene consolarme, Que no es agora tiempo de morirmę. El alma ha de estar firme, Si acabo en mal tan fuerte, Y quien tan bien amó, No es bien que digan, que tan mal murió. Hé de querer la vida, Fingiéndome esperanza, Y engañar mal que tanto deseñgaña. Fortuna tan perdida Ha de traer bonanza; No durará dolor que tanto daña. Un mal, que así se ensaña!, Amansará: si espero. t Adonde voy, iré; Y enfin yo volveré A ver mi bien, si triste no me muero. Pero quien pasará Este tiempo, que mucho durará ? Si en hombre tan revuelto Puede el imaginar hacer su oficio. Pensaré, como y quando Podré verme ya vuelto, Do hizo Amor de mi su sacrificio; Y tomaré por vicio Figurar la que quiero, Hablándole en ausencia Harto mas que en presencia. Contarle he desde acá, como allá muero; Y mi voluntad mucha Me hará parecer, que ella me escucha. Agora ya imagino Lo que estará haciendo: Pensando estoy, quizá si piensa en mí. El gesto determino, Con que estará riendo De qual estuve quando me partí; Aunque segun senti Cuitado la partida, No cabe en su valor, Que no sienta dolor De tan amarga y cruda despedida. Tan triste parti yo, Que aunque no quiera, ella lo sintió. Las horas estoy viendo Y cada cosa pongo en su sazon. Pienso sus pensamientos, Por mi saco los suyos quales son. Diceme el corazon, Y pienso yo que acierta: Ya está alegre, ya triste, Agora duerme, agora está despierta. El seso y el amor Andan por quien la pintará mejor. Viéneme á la memoria Donde la ví primero, Y aquel lugar do comencé de amalla; Y náceme tal gloria De ver como la quiero Qué es ya mejor, que el vella, el contemplalla, En el contemplar halla Mi alma un gozo estraño: Pienso estalla mirando: Despues en mi tornando, Pésame que duró poco el engaño. Ni pido otra alegría, Sino engañar, mi triste fantasía. Mas esto no es posible: Vuélvome á la verdad, Y hállome muy solo, y no la veo.. Paréceme imposible, Que ya mi voluntad Traiga mas en palabras mi deseo. Mil negocios rodéo Por descansar un poco; Y en toda cosa pierdo Sino en el desacuerdo: Libro mucho mejor, quando estoy loco. Mira que gentil cura, Que es forzado valerme con locura! El vano imaginar En yéndoseme, cayo En como para vella no hay remedio. Allí empiezo á pensar, Y en el pensar desmayo De ver quantos lugares dexo en medio. Rasgo mas la herida; Los presentes enojos, Y los gozos de la pasada vida. Cada palmo de tierra Para mi triste es ora una gran sierra. Tengo en el alma puesto Su gesto tan hermoso, Y aquel saber estar, adonde quiera; El recoger honesto, El, alegre reposo, El no sé que de no sé que manera; Y con llaneza entera El saber descansado, El dulce trato hablando, El acudir callando, |