Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[blocks in formation]

ADVERTENCIA.

La causa de Chile acaba de recibir entre las filas de sus sostenedores, a un esforzado defensor, el Sr. Miguel Luis Amunátegui. Escritor erudito, crítico perspicaz, versado en la historia de la conquista de América, cronista él mismo del descubrimiento, poblacion i pacificacion de su patria, antiguo abogado suyo en sus cuestiones de límites; el Sr. Amunátegui era sin duda el llamado a defender con brillantez los derechos de Chile en la presente ocasion.

Le saludamos con el aprecio que le profesamos, i con la consideracion que nos merecen sus luces i su talento.

Desde que la prensa de Santiago anunció la obra del Sr. Amunátegui, grande fué la impaciencia con que esperamos su publicacion, pues nos asistia la conviccion íntima, de que ella seria digna de las distinguidas dotes del

autor.

[ocr errors]

Nuestra apreciacion anticipada sobre el mérito de su trabajo, no ha sido frustrada: el hábil escritor ha venido a esparcir nuevas luces sobre esta importante cuestion, i a ilustrar el juicio público, a cuyo fallo ha sometido Bolivia la demanda de sus justos derechos.

El Sr. Amunátegui ha usado en su libro de todos los medios de ataque i defensa que le han sujerido su injenio fecundo, i los copiosos materiales de que ha podido dispo ner en el arsenal de la rica biblioteca que posée la capitalde su patria, i, mas que todo, en los arreglados archivos de los antiguos cabildos de la capitania jeneral de Chile i de la actual cancilleria de Santiago.

Con tan abundantes recursos, ha podido hacer una brillante defensa de la causa que patrocina, mas sin haber logrado justificarla. Bien poco, a la verdad, pueden el talento i la erudicion, cuando se carece de justicia; i la obra del Sr. Amunátegui, con sus numerosos documentos, sus hábiles comentarios, i su deslumbrante argumentacion, ha venido a revelar una vez mas que la justicia no está de parte de la causa que sostiene el intelijente defensor.

Esta asercion aparecerá en el curso del presente escrito. Mas, antes de entrar en materia, se nos permitirá decir unas cuantas palabras acerca de las circunstancias en que escribimos, para implorar la induljencia del lector sobre los defectos de esta obra, i que, una vez por todas, nos sirva de escusa ante las exijencias de diferente linaje que puede suscitar su lectura; pues cada cual habria querido que ella reuniese ciertas condiciones que no nos es dado llenar en la posicion en que nos hallamos.

Ocupados de urjentes trabajos de campo, estamos privados de los elementos necesarios para llenar cumplidamente nuestro cometido. No nos es posible compulsar los archivos nacionales situados en la capital de la República, ni consultar siquiera en estos momentos los pocos libros que pudieran ofrecernos los estantes de nuestros amigos.

Tales circunstancias no son ciertamente las mas apro

piadas para trabajos que exijen comodidad, reposo i pro~ funda atencion. De buena gana hubiéramos querido aplazarlos para circunstancias mas favorables; pero hemos creido que en los momentos en que la cuestion llega a su término, era preferible la oportunidad a otras condiciones que debia tener este escrito; i hemos tenido que limitarlo por lo tanto a una simple refutacion fundada en las mismas pruebas i documentos exhibidos por nuestros adversarios.

No se crea por esto que damos mucha importancia a nuestra obra; solo queremos ahora, como antes, poner en la balanza un grano de arena, persuadidos de que un grano es siempre una cantidad ponderable.

Entremos ya en materia,

[ocr errors]
« AnteriorContinuar »