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se aparejaban, y con que las demas provincias poco despues se alteraron; dado del cielo, que sin duda no bastara consejo ni prudencia de hombres para prevenir y acudir á peligros tan grandes como se han experimentado y se padecen en otras = partes.

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Capítulo XVIII.

De la muerte del Rey Don Juan de Aragon.

PARTIERON de Sevilla los Reyes Don Fernando y Doña Isabel. Antes de la partida dexaron mandado al duque de Medina y al marqués de Cádiz que no pudiesen entrar en aquella ciudad: con tanto quitadas las cabezas de las parcialidades, todo quedó apaciguado. Por otra parte Lope Vasco portugués de nacion se apoderó en nombre del Rey Don Fernando del castillo de Mora, cuyo alcalde era: está situada esta fuerza en Portugal á la raya de Castilla. Hecho esto, dió aviso para que le enviasen socorro. Tenia el Rey Don Fernando gran deseo de hacer en persona guerra á Portugal por parecelle que con esto ganaba reputacion, pues mostraba en ello tener tantas fuerzas y ánimo que no solo defendia su reyno sino acometia las tierras de sus contrarios: intento que ni al Rey de Aragon su padre, ni á los mas prudentes pareció bien; ; porqué á qué propósito sin gran esperanza poner á riesgo su persona ? á qué fin aventurar su estado, de que tenia pacífica posesion, y ponello todo al trance de una batalla? Encargó pues el cuydado de = aquella guerra al maestre de Santiago Don Alonso de Cárdenas: dióle mil y quinientos caballos y quince mil infantes, esto por el mes de agosto. El ruido fué mayor que el provecho, mayormente que Don Juan príncipe de Portugal recobró á Mora, con que todos aquellos intentos se desbarataron. Importaba mas confirmar en su servicio á Truxillo : á esta causa despues por Córdoba los Reyes pasaron allá. En este tiempo en Francia en un pueblo llamado Laudo en la comarca de Cahors, á once de setiembre por medio de embaxadores que ́se enviaron sobre el caso, se concertó casamiento entre Don Fadrique hijo segundo del Rey de Nápoles y madama Ana hija

de Amadeo duque de Saboya. El Rey de Francia á la desposada por ser hija de su hermana señaló en dote un estado principal en Francia, y entretanto que no se le daba, y hasta que el Rey de Aragon pagase el dinero sobre que tenian diferencias, ofreció de dalle en prendas lo de Ruysellon y Cerdania. Dió este negocio gran desabrimiento á los Reyes padre y hijo: sobre todo se ofendieron del Rey de Nápoles, que sin respeto de ser tan parientes parecia hacer mas caso de la amistad de Francia que de la de España, y sentian mucho aceptase, aunque se los ofreciesen, aquellos estados sobre que ellos traian pleyto y guerra, mayormente que el tiempo de las treguas que tenian con el Rey de Francia, espiraba, y corria peligro no volviesen á las armas en sazon muy poco á propósito para la una nacion y la otra. El Francés ocupado en apoderarse de Flandes pare; cia no hacer caso de todo lo demas. En Castilla aun no esta: ban del todo las cosas apaciguadas á causa que el Rey de Portugal se apercebia de nuevo para la guerra, y la condesa dẹ Medellin Doña Beatriz Pacheco muger de ánimo varonil juntamente con el clavero de Alcántara Alonso de Monroy andaban alborotados. Por esto Juan de Gamboa gobernador de Fuente: Rabía, y el arcediano de Almazan por mandado del Rey Don Fernando trataron con los embaxadores de Francia que vinieron á Bayona, de asentar una nueva confederacion. Diéronse tan buena maña en ello, y apretaron el tratado de suerte que á diez de octubre concertaron que las treguas se mudasen en paces con las mismas condiciones que antes de aquella guerra de tiempo antiguo hobo entre aquellas dos casas Reales: comprehendieron tambien en las paces al Rey de Aragon; lo qual ¿qué otra cosa era sino hacer burla dél, pues no le restituian el estado sobre que era el debate? Asentaron empero que se nombrasen por cada parte dos jueces para componer esta diferencia y las demas que quedasen por determinar. El alegría que toda Castilla recibió por esta causa, se aumentó con otras dos ocasiones: la una fué que Don Enrique conde de Alba de Liste y tio del Rey vino á Truxillo puesto en libertad de la prision en que le tenian desde la batalla de Toro; la otra que el arzobispo de Toledo forzado de la necesidad, ca le tenian embargadas todas sus rentas y tomados los mas de sus lugares, se reduxo últimamente al servicio del Rey Don Fernando, y

para mas seguridad entregó todos sus castillos, que se tuviesen por el Rey. Achacábanle que de nuevo traia inteligencias con el Rey de Portugal, y que le atizaba para que entrase en Castilla (1); todavía el arcediano de Toledo llamado Tello de Buendía, hombre docto y grave, y que adelante murió obispo de Córdoba, enviado para descargar al arzobispo su amo, con su buena diligencia alcanzó de los Reyes que le diesen perdon, quier fuese verdadero, quier falso aquel cargo. Demas desto en Roma el Pontífice Sixto revocó la dispensacion que dió al Rey de Portugal para casar con su sobrina Doña Juana, en que al parecer de algunos se tuvo mas cuenta con dar gusto al Rey de Nápoles que hacia sobre esto grande instancia, que con la constancia y autoridad pontifical; asi por el mes de diciembre envió un breve á España en este propósito. Para dar órden en todo, y sobre todo para asentar las paces con Francia trataban los Reyes padre y hijo de tener habla entre sí, y á este fin ir á Molina y á Daroca, quando al Rey de Aragon sobrevino en Barcelona una dolencia de que murió un mártes á diez y nueve de enero, principio del año de nuestra salvacion de mil y quatrocientos y setenta y nueve: su cuerpo enterra, 1479. ron en Poblete. Su pobreza era tal que para el gasto del enterramiento fué menester empeñar las alhajas de la casa Real, Vivió ochenta y un años, siete meses y veinte dias: tuvo siem, pre el cuerpo recio y á propósito para los trabaxos de la guerra ■ y de la caza, el ánimo vivo y despierto, y que por la grandeza y variedad de las cosas que hizo, junto con los muchos años que reyno, se puede igualar con los grandes Reyes; verdad es que afeó lo postrero de su edad con el apetito que tenia mas que fuerzas para la deshonestidad, ca puso los ojos y su aficion en una moza de buen parecer llamada Francisca Rosa, que trató el tiempo pasado de casarla con Don Jayme de Aragon, aquel de quien se dixo que hizo justiciar en Barcelona, En su testamento que tenia hecho diez años antes deste, dió órden se hiciesen muchas obras pias, muestra de su christiandad, en particular que se edificasen dos templos y monasterios de la órden de San Geronimo, que son al presente muy señalados en santidad y devocion, el uno de Santa Engracia en

(1) Hern. de Pulgar, en șus Claros varones.

Zaragoza, que está pegado con el muro de la ciudad, el otro en Cataluña, su advocacion de Santa María de Belpuche; su hijo cumplió enteramente lo que en esta parte dexó ordenado. Mandó otrosí que heredasen el reyno de Aragon los nietos del Rey Don Fernando su hijo, aunque fuesen de parte de hija, en caso que no tuviese hijo varon. Item que los tales nietos fuesen preferidos á las hijas del mismo: ordenacion bien estraña. Asi ruedan, y muchas veces por voluntad de los Reyes se mudan y truecan los derechos de reynar y de la sucesion Real.

Capítulo XIX.

De Doña Leonor Reyna de Navarra.

Por la muerte del Rey de Aragon (como era necesario, y como él lo dexó proveido en su testamento) se dividieron sus estados: lo de Aragon quedó por el Rey Don Fernando la princesa Doña Leonor por parte de su madre heredó el reyno de Navarra. Estaba viuda de siete años antes, y por el mismo caso sugeta á continuas y muy grandes desgracias: aquella gente andaba como furiosa, dividida en sus antiguas parcialidades, que parece era castigo y pena de la muerte impía dada á Don Nicolás obispo de Pamplona, y no castigada como fuera justo; llevaban lo mejor los Biamonteses, contrarios á la nueva Reyna. Demas de la culpa ya dicha castigaba Dios á aquella familia y generacion destos Príncipes, y congoxaba sus ánimos en venganza de las injustas muertes que se dieron á Don Carlos Príncipe de Viana y á Doña Blanca su hermana, sin dexar reposar á los culpados, ni quedar alguno que no fuese castigado. El reynado de Doña Leonor fué muy breve, que aun no duró mes entero. En hijos y sucesion fué mas afortunada que en su vida: tuvo quatro hijos, Gaston el mayor, Juan, Pedro, bo; cinco hijas, María, Juana, Margarita, Catharina y Leonor: de todos y en particular de cada uno se dirá alguna cosa como Príncipes de quien se deducen los linages de muchas y grandes casas. Gaston murió como queda dicho: dexó dos hijos, que fueron Francisco Phebo y Catharina, Reyes el uno en pos

Jaco

del otro de Navarra. Juan fué señor de Narbona, ciudad que su padre compró con dineros: tuvo por hijos á Gaston y á Doña Germana; Gaston murió en la de Ravena en que era gene. ral por el Rey Luis Doceno de Francia, Doña Germana casó con el Rey Don Fernando el Cathólico, viudo de su primer matrimonio. Pedro se dió á las letras y á los exercicios de la piedad, y el Pontífice Sixto le hizo cardenal. Jacobo se exercitó con grande ánimo en la guerra sin casarse en toda la vida bien que tuvo algunos hijos fuera de matrimonio, ni muy se ñalados, ni tampoco de poca cuenta. María la hija mayor casó con Guillermo marqués de Monferrat. Juana con el conde de Armeñac, llamado Juan. Con Francisco duque de Bretaña casó Margarita, y deste matrimonio quedaron dos hijas llamadas Ana y Isabel: Ana como heredera de su padre juntó aquel estado con la casa de Francia, porque casó con Cárlos Octavo, y muerto este, con Luis Doceno, Reyes que fueron de Francia. Catharina, quarta hija de Doña Leonor, casó con Gaston de Fox conde de Candalla: parió dos hijos, y una hija que se llamó Ana y casó con el Rey Ladislao de Hungría. Leonor la menor de las hijas desta nueva Reyna falleció doncella en edad de casar. La cepa de toda esta generacion, que fué esta Reyna - Doña Leonor, por tener el cuerpo quebrantado con los traba Xos, y el corazon n aquexado con las penas, falleció á doce de febrero en Tudela do comenzó á reynar. Mandó en su testa, mento que en Tafalla de su hacienda se edificase una iglesia de Franciscos, y que allí fuese enterrado su cuerpo y trasladados los huesos de la Reyna Doña Blanca su madre que depositaron los años pasados en la iglesia de Nuestra Señora de Nieva, pue. blo en Castilla la Vieja no lexos de Segovia. Fué tanta su pobreza, por estar consumidas las rentas Reales á causa de los alborotos y parcialidades, que por falta de dineros era forzada para sustentar su casa á vender las joyas de su persona. Sucedióle en el reyno su nieto Francisco en edad de solos once años: por su estremada hermosura le llamaron Phebo por sobrenombre. Encargáronse del gobierno hasta tanto que fuese de edad conveniente, madama Madalena su madre y el cardenal su tio llamado Pedro: cargo que exercitaron prudentemensegun los tiempos tan estragados. Tuvo la Reyna difunta poca ayuda en sus trabaxos del Rey de Gastilla su hermano:

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