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grados mas adelante de Lisboa principio de la conquista de Portugal, aun no vendrémos á cerrar con los ciento y ochenta grados que tiene la mitad deste grande globo y mun do; cuya longitud se divide en trecientos y sesenta grados. Y consta que Fernando de Magallanes de nacion portugués por quexa que tuvo de su Rey de no le haber recompensado bastantemente los servicios hechos en la India Oriental en que estuvo largo tiempo, despues de la muerte del Rey Don Fernando el Cathólico persuadió al Rey Don Cárlos su nieto, que siguiendo la derrota entre Poniente y Mediodía, se podria pasar á las MaJucas por diferente camino. Ofreció su industria para executar este aviso, y con cinco naves que le dieron, se hizo á la vela desde Sevilla año de nuestra salvacion de mil y quinientos y diez y nueve. Aportó primero á las Canarias: desde allí á vista del Brasil, costeadas todas aquellas riberas, halló un estrecho de mar cinqüenta y tres grados mas adelante de la equinoccial el qual de su nombre llamaron el estrecho de Magallanes. A la entrada de aquel estrecho una de las naves dió en ciertos riscos y se abrió: : otra cansada de aquella tan larga y tan pesa→ da navegacion de noche alzó las velas y dió la vuelta á Sevilla. Con las otras tres naves pasó el estrecho, y despues de muchos dias en una isla que descubrieron, llamada Zubu, fué muerto alevosamente por los bárbaros con algunos otros de sus com pañeros. Los demas por falta de marineros y xarcias, puesto fuego á la una de las tres naves, con las otras dos últimamente aportaron á las Malucas. Hicieron su carga en la isla de Tidor para muestra de las riquezas que allí hallaron, y porque la una de las dos naves hacia agua, se perdió. La otra sola que quedaba, por diferente camino que habia traido, pasado el cabo de Buena Esperanza, llegó á Sevilla tres años despues que de alli partiera. La nave se llamaba Victoria, el maestre Juan Sebastian Cano Vizcayno de nacion, ó Guipuzcoano, na tural de un pueblo llamado Guetaria; que por su grande constancia y dicha nunca oida de haber rodeado todo el mundo, merece que su nombre quede inmortalizado. Probaron otros los años siguientes una segunda y tercera vez á hacer aquella navegacion; pero porque el provecho no era conforme al trabaxo, últimamente desistieron della, especial que el Rey Don Juan de Portugal prestó al Emperador Don Carlos trecientos

y cinquenta mil ducados con condicion que asi él como sus descendientes se apartasen de aquella demanda hasta en tanto que hobiesen restituido aquel emprestido. En este tiempo del todo se ha sosegado esta contienda por haber toda España reducídose debaxo del poder y mando de un Monarchâ y señor universal. Pasado aquel estrecho de tierra que diximos ácia el mar del Sur, á la mano derecha está situada la nueva España con su ciudad de México, asentada á la sazon en una laguna y cabeza de aquellas provincias. Donde y en las provincias comarcanas era muy poderoso y muy gran señor de muchos y de muy grandes reynos el Emperador Motezuma, al qual Hernan Cortés el año de mil y quinientos y veinte prendió dentro de su mismo palacio : notable resolucion. Y muerto que fué por los suyos con una piedra que acaso le tiraron á una ventana á que se asomó para apaciguallos, sugetó aquellas muy anchas provincias al Emperador Don Cárlos: para sí ganó inmortal renombre, á sus descendientes los Marqueses del Valle dexó en aquellas partes de México aquel muy rico estado. A mano izquierda del estrecho y de Panamá Francisco Pizarro el año mil y quinientos y veinte y cinco descubrió el Perú, y seis años adelante con prision y muerte que dió á Atabalipa señor de aquellas tierras, le sugetó; que es la mas rica provincia de minas de oro y de plata de cuantas se han descubierto, en tanto grado que todo el menage de las casas hasta las ollas y las calderas eran destos ricos metales. El despojo que fué muy grande, y la presa dividió Pizarro con Diego de Almagro su principal compañero en aquella conquista y con los demas no como fuera razon; y sin embargo á cada uno de los soldados ordinarios cupieron nueve mil ducados, que fué la mayor presa y botin que jamás se ganó: los soldados eran como trecientos, que en una batalla vencieron á mas de cien mil Indios. De la abundancia nació la soberbia y demásías, ca Hernando Pizarro hermano de Francisco Pizarro por entender que Almagro públicamente se quexaba del agravio, y trataba de vengarse, le dió la muerte. Un hijo de Almagro habido fuera de matrimonio en una india por nombre Don Diego acometió en Lima las casas en que Francisco Pizarro posaba; y dentro dellas le mató en venganza de su padre. Fué este atrevimiento muy grande. Por vengalle se juntaron el gobernador

Christóbal Vaca de Castro y Gonzalo Pizarro otro hermano dé Francisco, y con sus gentes vencieron en batalla y dieron la muerte al dicho Don Diego. Con esta victoria y por sus muchas riquezas quedó Gonzalo Pizarro tan ufano, que pretendió hacerse señor de aquella tierra. Acudió desde España por mandado del Emperador primero Blasco Nuñez Vela con nom. bre de virey, al qual prendieron y mataron en el Perú los mismos Españoles. Despues el licenciado Pedro de la Gasca, dado que era clérigo de profesion y del consejo de la general inquisicion, sosegó aquellos movimientos mas por maña que con fuerzas: castigó é hizo morir á Gonzalo Pizarro y las demas cabezas principales de aquellas revueltas. Hecho estó, volvió á España, donde fué obispo primero de Palencia, y despues de Sigüenza hasta lo postrero de su edad que fue muy larga. Her. nando Pizarro, que solo de los tres hermanos quedaba vivo, estuvo mucho tiempo preso en España, ca antes que su hermano se levantase, vino para dar razon de la muerte de Almagro, primera ocasion de aquellas revueltas. Por esta manera castigó Dios la muerte dada contra razon al Emperador Atabalipa, sin dexar ninguno de sus enemigos que no fuese castigado, y las riquezas mal ganadas perecieron juntamente con sus dueños. Las costumbres de todas estas gentes que descu→ brieron en aquellas partes, eran estrañas, y todas las mas cosas muy extraordinarias. Los animales, las aves que se crian de muchas raleas y muy vistosos colores: los peces, los árbo les, las yerbas todo estraño y de lo de acá diferente. No tenian letras: notable mengua. No usaban de moneda ni de peso. No sabian fabricar naves con sus xarcias, velas y gobernalle: solo navegaban en barcas como artesas, cavadas en un solo madero que llaman ellos canoas. Para el vestido y arreo no tenian lino, lana, ni seda: sus telas y ropa de algodon, que se da muy bien en la tierra sin teñillo de diferentes colores. Carecian del uso del hierro, de las armas y herramientas que dél se forjan de trigo y de molinos para moler su maiz, que es el grano de qué se sustentan. Faltábales aceyte y vino de uvas, si bien las producia de suyo la tierra; y ellos usaban de otros brebages de diversas maneras para sus borracheras á que son muy dados. Del sebo y de la cera no sabian hacer candelas para alumbrarse. Ningunas bestias de carga ni para cabalgar, no carros ni li

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teras. Sacrificaban hombres cautivados en guerra y esclavos en uúmero tan grande que se tiene por cierto en sola la ciudad de México pasaban de veinte mil por año, cuya carne comian sin asco ninguno. Casaban con muchas mugeres, y sin escrúpulo usaban del pecado nefando : tan sucios y deshonestos eran. Su trage muy diferente, y por la mayor parte desnudo (1). Gran bien les hizo Dios y gracia en traellos á poder de Christianos, y para que los buscasen y conquistasen, repartir con ellos con larga mano el oro y la plata en tanta abundancia : cebo para codiciosos; sobre todo dalles su conocimiento para que dexada la vida de salvages viviesen christianamente: mas merced fué sugetallos, que si continuaran en su libertad. Adelante do se descubrió el Chile ácia el mar del Sur y polo Antártico, hallaron Indios belicosos y malos de sugetar, y ácia nuestro mar, pasado el Brasil y el rio de la Plata, el Paraguay y el Tucuman que se estiende hasta el estrecho de Magallanes. Las Philipinas, islas no lexos de la China, con diversas ocasiones se descubrieron, y llamaron asi del nombre de Don Philipe Segundo Rey de España. La de Luzon que es la cabeza, con su ciudad Manila conquistó el adelantado Miguel Lopez de Legaspi á diez y ocho de mayo año de mil y quinientos y setenta y dos. Ultimamente el año mil y quinientos y noventa y ocho de México salió un buen número de soldados y su general el adelantado Don Juan de Oñate á la conquista del nuevo México. Cae esta provincia ácia nuestro polo en la altura de mas de treinta grados: la tierra fértil, la gente mas política que lo demas de las Indias, las casas de tres, quatro y siete sobrados. Teníase della noticia desde el tiempo de Hernan Cortés, y diversas veces acometieron á conquistalla, pero esta fué la de mas consideracion. Del suceso della y todo el efecto que se hizo, que para tanto ruido sué corto, el capitan Gaspar de ViHagra que se halló presente, escribió un libro en metro castellano. De la conquista toda de las Indias han resultado provechos y daños. Por lo menos las fuerzas flaquean por la mucha gente que sale y por estar tan derramadas : el sustento que la tierra nos daba, y no mal con sus frutos, ya todos los años le esperamos en gran parte de los vientos y de las olas del mar

(1) Plin. 16. cap. 1. A muchos perdona la fortuna por su mal.

el Príncipe mas necesidades que antés, por acudir forzosamente á. tantas partes: la gente muelle por el mucho regalo en comidas y trages. I no

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ARDIA Cárlos Octavo Rey de Francia en un vivo deseo de acometer la conquista del reyno de Nápoles, para lo qual pres tendia tener derecho muy fundado, sin otras causas diferentes que á ello le movian. No le faltaban gentes ni riquezas 'para llevar al cabo una empresa/tan grande ; solo se recelaba por una parte del Rey de Romanos, que le tenia malamente agraviado =con quitalle su esposa la duquesa de Bretaña, y dexar á su hija Margarità con quien estaba concertado. Por otra temia al Rey Don Fernando no le acometiese por la parte de España en I defensa de los Reyes de Nápoles, que eran de la casa de Ara→ gon. Por esta causa le pareció en primer lugar de hacer confe deracion con el dicho Rey de España, y para este efecto se trataba muy de veras por comisarios que de una y otra parte se nombraron, de restituir los estados de Ruysellon y Cerdania que tenia en su poder el Francés por empeño que se hizo los años pasados. Apretábase muy mucho este tratado, tanto que los Reyes Don Fernando y Doña Isabel para estar mas cerca y procurar la conclusion de cosa que tanto deseaban, con dexar á Don Iñigo Lopez de Mendoza conde de Tendilla por alcaydes del Alhambra, y capitan general de aquel nuevo Reyno, por principio del mes de junio partieron de Granada la vuelta de Aragon. Llevaban en su compañía sus hijos el Príncipe y las Infantas. Entraron en aquel reyno por la parte de Borgia para donde tenian concertada la junta de la hermandad. De allí pas saron á Zaragoza, donde dieron órden que los jurados y otros oficiales det regimiento fuesen puestos en aquellos oficios no por eleccion de los ciudadanos, como antes se acostumbrabay sino por nombramiento del Rey, órden que no duró mucho tiempo. Llegaron á Barcelona por el mes de octubre. Allí suce-› dió un caso atroz: tenia costumbre el Rey Don Fernando del

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