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dar audiencia pública por lo menos un dia en la semana. Sucedió por un viernes á siete de diciembre se entretuvo en ella mas de lo acostumbrado. Al salir de la ciudad un hombre llamado Juan Canamares catalan de nacion natural de Remensa sin ser sentido se llegó al Rey, y con la espada desnuda le tiró un golpe para matalle, del qual quedó herido debaxo de la oreja. Fué grande la turbacion de la ciudad: prendieron al malhechor por saber si alguno se lo habia aconsejado. Averiguóse que estaba loco, y que acometió aquel caso por haber soñado que muerto el Rey, le sucederia en la corona; sin embargo le atenacearon vivo y despues de muerto le quemaron. Tenia el Rey gran deseo de concluir el asiento que se trataba con Francia. Juntáronse los comisarios diversas veces, que eran por Francia Luis de Amboesa obispo de Albi, y por España el se cretario Juan de Coloma. Tratóse de las condiciones primero en Figueras en los confines del Ampurdan y Ruysellon, despues en la ciudad de Narbona : allí últimamente á diez y ocho 1493. del mes de enero del año mil y quatrocientos y noventa y tres se asentó amistad entre España y Francia, y della excluian á todos los demás Príncipes, excepto solo el Pontífice Romano, Las condiciones fueron que el Rey Don Fernando no pudiese casar sus hijas con ningun príncipe sin consentimiento del Rey de Francia, y que con esto el Francés le restituyese lo de Ruysellon y Cerdania; sin embargo en la execucion hobo algunas dificultades, y se entretuvieron algunos meses antes que se efectuase. Restaba solamente al Francés concertarse con el Rey de Romanos Maximiliano de Austria, que aunque con dificultad al fin se hizo con restituille á su hija Margarita, que todavía se la entretenian en Francia, y el condado de Artoes dote de aquella señora, y con seguridad que le dieron de volvelle el condado de Borgoña y lo demas del ducado que por fuerza y contra razon le tenian usurpado: cosa muchas veces tratada y concertada, pero que nunca se cumplió de todo punto. Con certóse está paz en sazon que el Emperador Federico se hallaba muy al cabo, de una pierna que se le encanceró y al fin fué menester cortársela, de que en breve murió á diez y nueve del mes de agosto. Por su muerte le sucedió en el imperio y en los demas estados su hijo Maximiliano que ya era Rey de Romanos. Luis Esforcia duque de Bari, tio de Juan Galeazo duque de Mi

in, con increible tyranía é inhumanidad por apoderarse del stado de su sobrino trataba con el nuevo César que casase on Blanca María hermana del dicho duque Juan Galeazo, con 1 que le diese para él y sus sucesores la investidura de Milan de todo aquel estado: ambicion ciega y perjudicial que fué casion de revolver á toda Italia. Por esta investidura y por I dote se obligó Luis Esforcia, y lo que mas es, hizo obligar | Duque su sobrino contra quien se enderezaba toda esta traia, de dar quatrocientos mil ducados al Emperador Maximiano. El color que se tomó para cosa tan éxôrbitante fué que i Francisco Esforcia, ni Galeazo su hija fueron por los Emeradores investidos de aquel estado, y por tanto como vaco le aba al dicho Ludovico. Entreteníase en este tiempo el Rey on Fernando en las partes de Aragon y Cataluña hasta tanto ue como tenian asentado le réstituyeron por el mes de setiemre lo de Ruysellón y Cerdania, y las gentes Francesas que teian de guarnicion salieron de aquellos estados: resolucion, ne dió á muchos que decir, y que los historiadores estrangeos, y particularmente los Franceses, nunca acaban de repreender que aquel Rey por esperanza incierta se desposeyese de quellos estados: muchos cargan al obispo de Albi que se de i cohechar con el oro de España.

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ue los tres Maestrazgos militares se incorporaron en la corona Real de Castilla.

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Por el mismo tiempo que el Rey Don Fernando recobró lo Ruysellon, en la otra parte opuesta y mas distante de Espaa se apoderó de la isla de Cádiz con su puerto, que es uno de is mas señalados del mundo. El Rey Don Enriqué el Quarto is años pasados con la facilidad que tenia en hacer mercedes, habia dado con título de marqués á D. Juan Ponce de Leon ›nde de Arcos; por cuya muerte, que sucedió algunos meses. espues de la toma de Granada, quitaron aquella isla á Don odrigo Ponce su nieto que le sucedió en sus estados, y volvió la corona Real, si bien en recompensa le dieron la villa de

Casares en Africa, y que en lugar de conde de allí adelante se intitulase duque de Arcos, Asimismo la isla de Palma que es una de las Canarias, ganó Alonso de Lugo que enviaron los Reyes á aquella conquista. Pero la cosa de mayor consideración que en este año sucedió, fué apoderarse el Rey de los ‹ maestrazgos de las tres órdenes militares de Castilla. Eran los maestres exemptos de la jurisdiccion Real: tenian tanto poder y parte en el reyno á causa de sus muchas riquezas y ́aliados, que se hacian temer de los mismos Reyes, Por esto el Papa Inocencio Octavo concedió al Rey Catholico Don Fernando que tuviese en administracion aquellos maestrazgos. Ganóse esta bula por el mismo tiempo que Don García de Padilla maestre de Calatrava pasó desta vida, que fué el fin del año mil y quatrocientos y ochenta y siete, y porque en el presente falleció el maestre de Santiago Don Alonso de Cárdenas, tomó asimismo posesion de aquel maestrazgo; y por concluir luego el año siguiente se negoció y acabó con el maestre de Alcántara Don Juan de Zúñiga que renunciase en favor del Rey, y permutase aquella dignidad con el arzobispado de Sevilla. Con esto, el Rey quedó maestre de aquellas tres órdenes por todo el tiempo de su vida; y aun el Papa Alexandro le dió por compañera y con derecho de suceder en esta administracion á la Reyna Doña Isabel. Ultimamente el Papa Adriano los años adelante por contemplacion del Rey Don Cárlos su discípulo le concedió á él y á sus sucesores autoridad de presentar los obispos de España que antes se proveian á suplicacion de los Reyes: asimismo sin limitacion de tiempo les concedió perpetuamente la dicha administracion de los maestrazgos que fué una notoble resolucion. A este maestre postrero de Alcántara que fué despues cardenal, dedicó su diccionario el maestro Antonio de Nebrixa varon de inmortal renombre, y digno que quede su memoria en las historias de España así por el principio que dió á todo lo que en su tiempo de la lengua latina se supo en España, como por los muchos libros que escribió llenos de erudicion y doctrina. Entre otros dexó escritas en latin dos guerras, la de Granada y la de Navarra que sucedió algunos años adelante, si bien en las dichas historias usó de mas dili gencia y verdad que elegancia. Al mismo tiempo que fallecie ron el marqués de Cádiz y el maestre de Santiago, murieron

Don Enrique de Guzman duque de Medina Sidonia, y Don Pedro Enriquez adelantado del Andalucía. Al Duque sucedió su hijo Don Juan: poco antes al condestable Pero Hernandez de Velasco habia sucedido su hijo Bernardino de Velasco, que casó con Doña Juana de Aragon hija bastarda del Rey Don Fer nando.

Capítulo vi.

Del principio de la guerra de Nápoles.

NINGUNA Cosa por estos tiempos sucedió mas notable, ni que en mayor confusion pusiese las cosas de Italia y aun de toda la Europa, que la guerra muy famosa de Nápoles, que emprendió Cárlos Octavo Rey de Francia con los preparamentos que arriba quedan apuntados; de la qual será bien declaremos de raiz por qué vias se haya encaminado. El Papa Urbano. Sexto desde Hungría hizo pasar en Italia con gentes á Cárlos. príncipe de Durazo contra Juana Reyna de Nápoles que había favorecido la eleccion de Clemente Séptimo su competidor, con que en gran manera se perturbó la paz de la Iglesia. Ella para su defensa llamó desde Francia á Ludovico duque de An◄ jou hijo menor de Juan Rey de Francia. Para esto le adoptó por hijo para que le sucediese en aquel estado. Hijo deste Lu dovico fué otro de su mismo nombre que hizo guerra con Ladislao Rey de Nápoles hijo del sobredicho Cárlos; pero no con mayor ventura que su padre, ca el uno y el otro fueron en aquella guerra desgraciados. El nieto que asimismo se llamó Ludovico, fué llamado por el Papa Martino Quinto contrá Juas na la mas moza, hermana de Ladislao, y Reyna de Nápoles.. Este Ludovico echó de aquel reyno á Don Alonso Rey de Aragon, al qual la dicha Juana habia primero adoptado por hijo, y despues arrepentida de lo hecho revocado aquella adopcion. A Ludovico por fallecer sin hijos sucedió, Renato su hermano, con quien el Rey Don Alonso por largo tiempo tuvo guerra con mejor ventura que la pasada, tanto que forzó á su contrario á que se volviese en Francia. Hijo deste Renato fué Juan duque de Lorena, el que despues que en la guerra de los

barones revolvió grandemente el reyno de Nápoles y puso en grande aprieto al Rey Fernando de Nápoles, adelante en la guerra de Cataluña fué capitan de los Catalanes alzados contra el Rey de Aragon Don Juan, y por su muerte que sucedió en Barcelona, como queda dicho, vino á suceder en los estados de Renato Cárlos sobrino suyo hijo de su hermano. Cárlos en su testamento nombró por su heredero á Ludovico Onceno Rey de Francia, por parecelle que Renato duque de Lorena sobrino suyo, y nieto de parte de madre de Renato duque de Anjou, no tenia bastantes fuerzas contra los Aragoneses y su poder. Este fué el primer principio de la guerra de Nápoles. Allegóse otra segunda causa, y fué que por la muerte de Galeazo Esforcia duque de Milan, que le mataron sus vasaIlos los años pasados, Luis Esforcia su hermano se apoderó del gobierno de aquel estado con color que Juan Galeazo hijo del muerto por su pequeña edad no era bastante para gobernar. Estaba casado Luis Esforcia con Beatriz hermana de Hércules duque de Ferrara. Item Don Alonso duque de Calabria hijo del Rey de Nápoles tenia por muger á Hipólita hermana del susodicho Luis Esforcia; del qual matrimonio nacieron Don Fer nando y Doña Isabel: Don Fernando fué Rey de Nápoles despues de su abuelo y padre: Doña Isabel casó con Juan Galeazo verdadero duque de Milan, Esta señora por ver á su marido desposeido, dado que ya tenia dos hijos en ella, por sus cartas persuadió á su padre que fuese parte para que quitado aquel estado al tyrano, su marido tomase la posesion de aquel seño• río de sus antepasados. Luis Esforcia vista la tempestad que desde Nápoles se le armaba, por sus embaxadores y cartas convidó á Cárlos Octavo Rey de Francia para que tomase aquella empresa del reyno que decia pertenecelle de derecho. Ayudaba á esto Estéphano de Vers gran privado de aquel Rey, que le hizo senescal de Belcayre, y Guillen Brissoneto obispo de San Maló: allegábanseles muchos barones de Nápoles, que desterrados de su patria por la crueldad de Fernando Rey de Nápoles buscaban algun remedio para volver á sus casas y estados. Eran los principales Antonelo y Bernardino de Sanseverino, príncipes de Salerno y de Besiñano. Fué asi, como lo testifica Philipe de Comines, que aunque aquellos señores fueron bien vistos y recogidos en Francia, el tratamiento no fué

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