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trueque como tenian acordado con el Príncipe Don Juan aportó al puerto de Santander por el mes de marzo. Saliéronla á recebir el Rey y el Principe con grande acompañamiento: viéronse en Reynosa, do los desposados se tomaron las manos. Veláronse en Bürgos principio del mes de abril con las mayores fiestas y regocijos que jamás se vieron en España? velólos el arzobispo de Toledo; los padrinos fueron el almirante Don Fadrique y su madre Doña María de Velasco. No quiso la Reyna que se hiciese alguna mudanza en la casa de la Princesa, sino que tuviese sus mismos criados que traía, y se sirviese á su voluntad. Tratábase de concierto entre los Reyes de España y de Francia: para este efecto fúé á Francia Hernan duque de Estrada, y para que allí hiciese oficio de embaxador. La paz no se podia concluir tan en breve: acordaron principio desde año en Leon de Francia que se asentasen treguas generales, que comenzasen en España á cinco días del mes de marzo, y para los otros Príncipes de la liga á veinte y cinco de abril; y que para todos durasen hasta primero de noviembre. Esta fué la causa que el gran Capitan se apresurase para dar la vuelta de Roma á Nápoles por apoderarse de aquellas fuerzas del cardenal de San Pedro antes que comenzase á correr la tregua, y por ella fuesen forzados á sobreseer en las armas. No lo pudo efectuar como lo deseaba é hiciera si no fuera por cierto motin de sus soldados. Proseguíase el tratado de la paz. Habíase propuesto diversas veces por parte de Francia que pues era cosa averiguada que el Rey Don Fadrique por la bastardía de su padre no tenia algun derecho al reyno de Nápoles, era forzoso que aquel reyno perteneciese á uno de los dos Reyes, es á saber de Francia ó de España, que seria bien se concertasen entre sí. Daba á esto oidos el Rey Cathólico, y venia de buena gana en que se comprometiese la diferencia en el César, con seguridad que pasarian por lo que él determinase. Al Francés no contentaba este partido por tener como él decia su derecho por muy claro; pero ofrecia al Rey Cathólico que si le dexase aquel reyno libre, le daria recompensa en dinero ó de otra manera, hasta ofrecer de dalle el reyno de Navarra ; del qual el Rey Cathólico y de sus Príncipes tenia poca satisfaccion por estar muy avenidos con Francia el señor de Labrit y los otros señores de la casa de Fox. Altercábase sobre

A

este negocio en Medina del Campo, dò vinierón á verse con el Rey y resolver esto los embaxadores de Francia. Pasaron tan adelante en este tratado que ofrecian de parte de su Rey la provincia de Calabria, á tal que si conquistado lo demás, su Rey la quisiese para sí, cumpliese con dar al Rey Catholico lo de Navarra y mas treinta mil ducados cada uno año por lo que mas valia y rentaba Calabria que Navarra todavia el Rey Catholico se inclinaba mas á que se escusase la guerra, y què el Rey Don Fadrique se quedase con el reyno con dar al Francés dinero por los gastos hechos y cierto tributo cada umaño; ofrecia otrosi que el duque de Calabria casaria con la hija del duqué de Borbon sobrina del Francés, que era camino para dexar aquella demanda muy honrosamente. Con esto se despi dieron los embaxadores, y sin embargo porque pasadas las tre guas se entendia que volverian á las armas, el Rey Catholico trataba de asegurarse por la parte de Navarra por do se mbstraban asonadas de guerra: pretendia que aquellos Reyes le diesen seguridades de homenage y castillos y nombró por geì neral de aquella frontera á su con destable Don Bernardino de Velasco. El mismo recelo tenian por la parte de Ruysellon. Avino que en cierta revuelta que se levantó en Perpiñan entre los vecinos de aquella villa y los soldados, el general Don Enrique por salir á despartillos fué herido con una piedra que tiraron de un terrado, de que murió. Por esta causa fué puesto por general de aquella frontera el duque de Alba, y aun se dió órden á la armada de España que acudiese á aquellas marinas, cuyo capitan era Don Iñigo Manrique. Estos apercibimientos se hacían por la parte de España. En Italia el Rey Don Fadrique no se descuydaba, ca en primer lugar procuraba ganar al duque de Milan, y porque estaba viudo de Hipólyta su muger que falleció el año pasado, para mas aseguralle ofreció de ca, salle con Carlota su hija habida en su primera muger hija del duque de Saboya; y para el hijo mayor del Duque ofrecia á Doña Isabel de Aragon su hija y de la Reyna Doña Isabel su segunda muger hija del Príncipe de Altamura : partidos ho nestos que al fin no se efectuaron por la grande caida que en breve dieron aquellas dos casas. Por otra parte hacia instancia con el Papa para que le diese la investidura del reyno, con lo que parecia aseguraba del todo su derecho ; y para esto hacia

muchas comodidades á los Borgias, que era el camino para salir con lo que deseaba: pretension que en fin alcanzó, y el cardenal de Valencia poco despues fué enviado para coronar á Don Fadrique, como se hizo con solemnidad y fiestas muy estraordinarias, en fin como en tiempo de paz y en ciudad tan populosa, noble y rica como es Nápoles, y que en esto echó el resto› Coronóse por mano del legado : asistió el arzobispo de Cosencia, mostróse el Rey muy liberal con los que le habian servido. Acabada la misa mandó publicar por duque de Trage, to ysconde de Fundi á Próspero Colona, y á Fabricio Colona por duque de Tallacozo; al gran Gonzalo de Córdoba hizo du, que de Monte de Santángel; y á Don. Iñigo hermano del mar, qués de Pescara que mataron, marqués del Vasto, sin otros títulos que dió á barones y caballeros del reyno. El Príncipe de Salerno Antonelo de Sanseverino no se halló en esta festividad, sin embargo del perdon pasado y que se hizo llama miento general, de los barones del: reyno todo se enderezaba á nuevo rompimiento, porque demas deste exceso se entendia que fortalecia sus castillos y se pertrechaba de municiones y de

armas.

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Capitulo xvu.

**Que los Portugueses pasaron á la India Oriental.

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CoEn el mismo tiempo que las otras provincias de Europa, y particularmente Italia, estaban trabaxadas con los males que de presente padecian, y mas por las sospechas que de mayores daños amenazaban; Portugal que es la postrera de las tierras ácia donde el sol se pone, con la grande y larga paz de que go, zaba y con ella de toda prosperidad y abundancia, trataba de ensanchar por otras partes muy apartadas su imperio, y llevar la luz del Evangelio á lo postrero del mundo y á la misma India Oriental empresa que al principio pareció temeraria, y adelante fué de gran gloria, y no menos interés para todo Portugal. Don Enrique hermano del Rey Don Duarte fué el primero que entró en esta imaginacion, y con armadas que enviaba por la parte de Mediodía, acometió á descubrir nuevas

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tierras é islas por las costas de Africa Atajóle lo muerte los pasos, que le sobrevino el año que se contaba de nuestra salvacion de mil y quatrocientos y sesenta 5 en edad de sesenta ly siete años. Ilustre Príncipe y de renombre inmortal así por las demas virtudes, y la castidad que guardó sin ensucialla por to da la vida, como principalmente por el principio que dió á co sas tan grandes. Desistió desta empresa el Rdy Don Alonso su sobrino no tanto de su voluntad quanto por las muchas guer ras y desgraciadas con que estuvo embarazado. Su hijo el Rey D. Juan el Segundo, como era Príncipe de pensamientos muy altos, vuelto á esta demanda com armadas qué envió diversas ve ces descubrió gran parte de las costas de Africa y de Ethiopia; sin parar hasta llegar de la otra parte de la equinoucial, y avea riguar que todas aquellas marinas se remataban en unscaboró promontorio, que los marineros llamaron de las Tormentas por las muchas que en aquellas costas y mares muy altos se levantan, y él le llamó de Buena Esperanza, como hoy dia se llama, por la que cobró de pasar con sus armadas por aquella parte á las costas de Asia y de la India, y por aquel camino participar de sus grandes riquezas. Para mejor informarse en vió por tierra á Pedro Covillan y Alonso Payva, como en su lugar queda dicho, para que calasen los secretos de aquellas tierras, y traxesen relacion verdadera de aquellas costas de Asia y Africa por la parte de Levante. Murió en la demanda el Payva Covillan andado que hobo todas aquellas marinas; diá vueltalácia el Cayro, y sabida la muerte de su compañero, determinó de pasar á las tierras del Preste Juan. Desde allí envió á su Rey entera relacion y de todo los que dexaba averiguado. De Ethiopia ni pudo volver á Portugal, que no le dexaron, ni tuvo comodidad de enviar mas aviso. Así le tuvieron por muerto hasta que adelante se supo la verdad. En este medio falleció el Rey Don Juan': su sucesor el Rey Don Manuel se inclinaba á Hlevar adelante esta empresa. Tratóse el negocio en su consejo: los pareceres fueron varios. Quien de todo punto condenaba aquellas navegaciones tan peligrosas y tan largas, encarecia los peligros que eran ciertos, los intereses pequeños, y la esperanza muy incierta : que harto mar tenian descubierto, y que se“ ria mejor abrir y labrar los baldíos de Portugal, y no permitie que con semejantes ocasiones se hiciese la gente holgazana.

Quien al contrario decia que debian pasar adelante, pues ni hasta entonces tenian de que arrepentirse de do hecho como lo daba á entender el aumento de las rentas Reales por el trato de Africa: que siempre las cosas grandes tienen al principio dificultades que las vence el generoso corazon, y el pusilánime queda en ellas atollado: el temor y recato demasiado nunca hicieron cosa honrosa ; á los valientes ayuda Dios á los co-bardes todo se les deshace entre las manos. Algunos eran de parecer que se continuase la conquista y descubrimiento de Africa y que no pasasen adelante, pues lo razonable tiene término, da codicia desprdenada com ninguna cosa se harta hasta tanto que despeña en sú perdicion al que le da lugar y por ella se gobierna: que pará Jás fuerzas de Portugal bastaban algunos millares de leguas' que tenian las costas de Africa. Entre esta diversidad de pareceres prévaleció el que era de mas honra y reputacion. Resuelto pues el Rey de seguir aquella empresa mandó aprestar quatro naves, y por general nombró á Vasco de Gama hombre de gran corazon; y bien le fue menester para abrir el viage, mas largo y mas dificultoso que jamás se intentó en el mundo. Iban en su compañía su hermano Paula de Gamą y Nicolas Coello sin otros hombres de cuenta. Entre marineros y soldados todos no pasaban de ciento y sesenta. Bendixeron el, estandarte Real en una iglesia de Nuestra Señora que estaba á la marina, fundacion del Infante Don Enrique, donde despues edificó el Rey Don Manuel el monasterio muy nombrado de Belen. Desde allí con acompañamiento muy grande de gen. te, que los lloraban no de otra manera que si los llevaran á enterrar, se hicieron á la vela este año á lós, nueve› de julio, Tomaron la derrota de las Canarias, y de allí pasaron á las islas de cabo Verde que los antiguos llamaron Hespérides. Pasadas estas islas, y la de Santiago que es la principal de ellas, volvieron las proas á Levante por un golfo muy grande, er que por las grandes tormentas y altos mares pasaron tres meses antes que descubriesen tierra, hasta que diez grados de la otra parte de la equinoccial descubrieron un rio muy fresco y de grandes arboledas, do surgieron para hacer agua y tomar refresco, Lag gente era negra, el cabello corto y encrespado. Contrataron con ella por señas porque nadie entendia, su lengua, y con cosillas de rescate que les dieron, proveyeron sus

en

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