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traia de su Rey y cosas de importancia que comunicallé. Estaba el Rey á la sazon en Pandarane, un pueblo á dos millas de la ciudad. Allí recibió muy bien á los embaxadores, respondió que oiria de buena gana á su capitan : que entretanto por quanto el lugar do surgió era en aquella sazon poco seguro, llegase las naves al abrigo de Pandarane. Hízose asi, y pasados algunos dias, le envió el gobernador de la ciudad, que es como alcalde, y le llaman Catual, para que le hiciese compañía hasta su palacio. Dexó Gama en su lugar á su hermano, al qual y á Nicolas Coello avisó que pues no podia escusar de verse con aquel Rey dado que el riesgo era grande, si sucediese algun desman á su persona, pospuesto todo lo demas, alzadas las velas, se volviesen á Portugal para dar aviso al Rey de su viage; y sin embargo para todo lo que pudiese suceder, le tu. viesen siempre á la marina los esquifes aprestados. Llevó consigo doce compañeros lo mas en órden que pudo. No usaban en aquella sazon en la India de caballos ni jumentos: lleváronle desde la ribera en hombros gente señalada para esto hasta la casa Real. Luego que llegó, le recibieron algunos de los caymales para honralle mas, y con ellos el principal de los brachmanes vestido de lienzo blanco. Este tomó á Gama por la mano, y le metió por gran número de salas; la puerta de cada una de ellas tenia diez guardas. Llegaron á un aposento muy grande que tenia el suelo cubierto de alhombras de seda verde, y en las paredes colgaduras de seda y oro labradas: al rededor tenia ciertas gradas á manera de theatro, que era el asiento de los grandes. El Rey en un estrado, vestido de una ropa de algodon blanca sembrada de rosas de oro, en la cabeza un bonete de tela de oro á manera de mitra, los brazos y piernas desnudos á lá costumbre de la tierra, pero con axorcas de oro. En los dedos de pies y manos muchos anillos, y en todo sembradas y engastadas piedras y perlas de gran valor. El color del Rey era bazo, el cuerpo grande, y el semblante que representaba magestad. Gama luego que saludó al Rey, y le mandó asentar á él y á sus compañeros, le habló en esta manera: « El Rey de Portugal Don Manuel, Príncipe muy excelente y de pensamientos muy altos, con el deseo que tiene de saber muchas y grandes cosas, y trabar amistad con los Prín cipes que en valor y grandeza se aventajan, movido por la fa

ma que de la grandeza deste reyno y en particular de vuestra magestad vuela por todas partes, desde lo último de las tierras do el sol se pone me ha enviado para saludaros de su parte y asentar entre los dos amistad. No hay cosa mas eficaz para unir las voluntades que la semejanza en el valor, mayormente en los Reyes cuya dignidad mucho se allega á la grandeza de Dios, y quanto ellos son mayores tanto deben estender sus voluntades á mas partes. Séanos de provecho haber sido los primeros á pretender esta alianza, pues es cosa muy natural y mas de los nobles corazones no dexarse vencer en amor y cortesía, y responder á la voluntad de los que se adelantaron en mostralla. Lo qual yo no dudo sino que será de mucho provecho para todos, por la comunicacion de dos naciones tan distantes. Por lo menos será cosa muy honrosa quando en todo el mundo se sepa que de tierras tan estrañas venimos á pretender con la vuestra tener comunicacion y trato.» Esto dicho, presentó las cartas que traia escritas en las lenguas Arábiga y Portuguesa, junto con los presentes que llevaba. Holgó mucho aquel Rey con esta embaxada. Dixo que le placia tener trato y alianza con su hermano el Rey Don Manuel. Preguntó muchas cosas de la navegacion que habian traido, y de las cosas de Portugal, Con esto mandó aposentar muy bien al capitan y á todos sus compañeros. Los mercaderes Moros sabido lo que pasaba, se juntaron, y con el temor grande no les quitasen los Portugueses sus ganancias, ademas del odio que tiepe aquella gente á todos los Christianos, acudieron al Rey y á sus cortesanos para con mentiras y invenciones ponellos mal con los Portugueses: decian que eran cosarios, enemigos del género humano, que si aquella gente tuviese entrada en Calicut, á ellos les seria forzoso ir á buscar otras partes donde vivir y contratar. Que mirasen si les estaba á cuenta por unos pocos ladrones perder amigos tan antiguos como ellos eran, y que les trajan con sus tratos tan grandes intereses. Son los Malabares gente fácil, de poca constancia y verdad. Persuadidos por los Moros acordaron de buscar traza para dar la muerte á los Portugueses. Avisó Monzayda al capitan de lo que se tramaba. Recogióse lo mas ocultamente que pudo, aunque no sin dificultad y peligro á las naves. Alargóse al mar, y desde allí con un Indio escribió al Rey grandes quexas, principal

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mente contra el Catual, que con falsas muestras de amor sabia que trataba de hacelle todo el mal que pudiese. Juntamenmente le suplicó le mandase restituir ciertos Portugueses y mercadurías que quedaban en tierra. Respondió el Rey con buenas palabras sin cumplir lo que se le pedia. Gama determinado de usar de fuerza, tomó la primera nave que por allí lle. gaba, y en ella cautivó seis hombres principales con algunos criados. Envió el Rey por habellos los Portugueses y mercadurías con sus cartas en respuesta de las que Gama le traxo; y sin embargo el capitan no quiso restituir los Malabares, porque le parecian muy á propósito para llevallos por muestra á Portugal para que mas en particular informasen de las cosas de aquellas partes.

Capítulo XIX.

Como Vasco de Gama volvió á Portugal.

ANTES que Vasco de Gama alzase las velas para dar la vuelta á Portugal, Monzayda se recogió á sus naves por miedo no le costase la vida la conversacion que con los Portugueses tuvo. Dexó su hacienda en Calicut, ca por la priesa no la pudo recoger, y en Portugal se bautizó y pasó la vida como buen Christiano. No pudo el Rey satisfacerse de Gama á causa que por ser invierno tenia su armada sacada á tierra. Verdad es que con setenta barcas que pudieron varar y armar, acometieron las naves; pero con un recio temporal que cargó, las barcas se desbarataron, y los nuestros que por faltalles viento iban muy despacio, tuvieron lugar de alexarse hasta perder de vista á Calicut, y llegar á unas islas pequeñas que por allí están. Encontraron con ocho fustas de un cosario llamado Timoya, tomaron una y desbarataron las demas. De allí pasaron á otra isla que se llama Anchediva; para rehacer las naves y reparallas lo mejor que pudiesen. Dista esta isla como setenta leguas de Calicut, y de tierra firme no dista mas de una legua; que faé ocasion para que muchos de la tierra pasasen á ver las naves. Entre los demas vino uno que saludó á Gama en Italiano. Este les avisó que allí cerca caia la ciudad de Goa, y que el

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señor della que se llamaba Zabaio, con quien él tenia mucha cabida, holgaria de conocellos y les haria toda amistad. Preguntóle Gama de donde era: dixo que Italiano, y que navegando la vuelta de Grecia, cayó en poder de cosarios, y de mano en mano le fué forzoso servir aquel Príncipe Moro. Gama por el semblante, y porque las respuestas todas veces no concertaban, con sospecha que era espía, le puso á question de tormento. Entonces confesó la verdad, que era Judío natural de Polonia, y que el Zabaio su señor le envió para espiar aquella armada; que con la suya pretendia acometellos. Gama con este aviso, lo mas presto que pudo, partió de alli para seguir su viage. Llevo consigo el Judío, que en Portugal se bautizó, y se llamó Gaspar, y sirvió al Rey Don Manuel en cosas de importancia. La navegacion iba despacio por falta de viento: en fin hicieron tanto que pudieron doblar el primer cabo de Africa que se llama de Guardafuy, no lexos de la boca del mar Bermejo. Llegaron á la ciudad de Magadaxo que está allí cerca; por saber que los moradores eran Moros, no quisieron allí parar mas de quanto con la artillería maltrataron los edificios, y echaron á fondo algunos baxeles que vieron en aquel puerto. Pasados de allí encontraron con ocho velas de Moros que desbarataron con mucha facilidad. En Melinde fueron de aquel Rey recebidos con mucho amor. Proveyéronse de lo necesario y como tenian tratado llevaron consigo un embaxador que aquel Príncipe envió á Portugal para asentar amistad con el Rey Don Manuel, La nave en que Paulo de Gama iba por capitan, por estar muy maltratada, fuera de que tenian falta de marineros y xarcias, acordaron de pegalle fuego, y que Paulo de Gama se pasase á la Capitana. Siguieron su viage. Descubrieron la isla de Zanzibar de muchas frescuras y arboledas de todo género de drogas, distante de la costa de Africa seis leguas, y que cae entre Melinde y Quiloa cerca de Mombaza. En Mozambique levantaron una columna de las que para este efecto llevaban. Tocaron en la bahía de San Blas para hacer agua y leña. Doblaron el cabo de Buena Esperanza á los veinte y seis de abril. Finalmente pasaron las islas de cabo Verde, y de allí con un gran rodeo á las Terceras, donde falleció Paulo de Gama de una enfermedad que muchos dias atrás le traia trabaxado. Llegaron á Lisboa por el mes de setiembre, pasados

dos años despues que de allí partieron. Grande fué el alegría que recibió el Rey 'con su venida, grande el contento de toda la ciudad. No se hartaban de oir cosas tan nuevas, peligros y tempestades tan grandes como pasaron, ni de ver las muestras que traian de las mercadurías y riquezas de Levante. Los hombres otrosí que venian con ellos de aquellas partes, causaban no menos maravilla por sus gestos, lengua y trages tán estraños. Parecian Gama y sus compañeros como venidos del cielo, y mayores que los demas hombres, dado que de quatro naves que partieron volvieron solas las dos, y de la gente que en ellas fué, poco más de la tercera parte. Todo no bastó para que muchos no deseasen continuar aquel viage; y con la esperanza de honra y provecho poner el pecho á todas aquellas dificultades que en empresa tan larga y trabaxosa se represent taban. ( aka, up o'erj_nojsi

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De la navegacion que hoy se hace á la India Orientakoruna

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De la manera que queda dicho, hizo esta navegación Vasco de Gama, que fué la mas señalada del mundo sea por su lar'gura, sea por las dificultades y peligros que en ella hobo, tanto mayores que por no saber entonces ni la derrota que debian tomar, ni el tiempo de las mociones de aquellos anchísimos mares, fueron casi á ciegas y á tientó. El tiempo y la experiencia ha facilitado mucho aquella navegación, de suerte que quanto á la sazon para comenzalla, y quanto á la derrota que siguen, se han mudado muchas cosas, que quiero en suma poner aquí para que el curioso lector tenga alguna noticia de cosa tan grande. Ante todas cosas será bien poner delante los ojos y pintar todas aquellas marinas muy estendidas y grandes. Pasada la boca del estrecho de Cádiz á mano izquierda corre la costa de Africa por gran número de leguas desta parte y de la otra de la línea equinoccial. Lo primero el monte Atlas muy famoso con sus cordilleras muy altas corta de Levante á Poniente gran parte de Africa, y hace su primera punta y cabo en el mar Océano. Mas adelante está el cabo que los Por

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