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LA TOMA DE LA GOLETA

EN 1535

(Biblioteca del Marqués de la Fuensanta del Valle).

LA TOMA DE LA GOLETA

CON OTRAS PARTICULARIDADES OCURRIDAS EN EL MODO Y ÓRDEN QUE LA MAGESTAD CESÁREA Y SUS VALEROSOS CAPITANES HAN OBSERVADO; DE LOS TURCOS MUERTOS Y PRISIONEROS; DE LA ARMADA Y ARTILLERÍA GRUESA Y MENUDA QUE SE HA COGIDO, CON VARIAS COSAS QUE SIGUIERON Á ESTA VICTORIA.

No hay duda, ilustrisimo señor mio, que la gran falta de partes que ha habido desde que se recibieron los primeros avisos y nuevas, ha sido causa de que muchos, dispuestos siempre á pensar mejor mal que bien, y principalmente los aficionados á pronósticos prematuros, se hayan equivocado en sus juicios, atendidas las causas anteriores y posteriores al suceso; por lo tanto, ilustrisimo señor mio, esta mi carta contestacion à la vuestra, os hará saber cómo el dia 4 del presente la Cesárea Magestad, preguntando á sus valerosos y fuertes capitanes qué número de personas le podria quedar en el caso de dar el asalto á la Goleta, fué respondido que cerca de tres ó cuatro mil, y algunos daños más. Entonces Su Magestad Cesárea, con la mayor prudencia (aunque tres o cuatro mil no fuesen pérdida de consideracion para su grueso y valeroso ejército, sin embargo, como Su Magestad tenia grande amor á todos y cada uno de sus más infimos vasallos), mas bien quiso andar con pies de plomo y que su persona padeciese que consentir este daño, creyendo hallar algun medio honroso ó alguna estrategia para llevar á cabo la empresa con poco daño de su imperial ejército; y por no haber ocurrido hasta ahora cosa digna de memoria, no he querido escribir à vuestra señoría ilustrísima. Pero la Divina Providencia, ilustrisimo señor, ha querido mostrar cuán agradables le son las empresas que se hacen valerosamente contra sus propios y particulares enemigos, habiendo

ocurrido una tan famosa y memorable jornada, de la cual le escribo brevemente, no teniendo tiempo para contar todos los accidentes que á ella siguieron, despues que la Cesárea Magestad se acampó en la fortificada Goleta; en suma, son tantas, tan varias y tan ingeniosas las mudanzas ocurridas en los dias pasados, que si vuestra señoría ilustrísima los hubiese visto, le pareceria más bien cosa divina que humana.

El 14 de Julio, en nombre del Gran Constructor y Artífice Magno, y de la que obtuvo el privilegio del parto virginal, la Magestad Cesárea, no sin prudencia y mucho consejo, ordenó al señor Marqués del Vasto que con la infantería española é italiana y sus correspondientes capitanes, hiciese al salir el sol ó mejor dicho á la aurora, una emboscada bajo las murallas de la fortificada Goleta, pues ya de antemano el Sr. Archon habia hecho hacer la correspondiente trinchera, y que despues á su debido tiempo, descubriese 300 arcabuceros para probar fortuna con los turbulentos turcos.

Despues Su Magestad Cesárea, no sin gran tino, ordenó al invictisimo Sr. Andrea Doria que pusiese en órden su armada naval, segun costumbre de su conocida gloria, y que si atacaba la escaramuza por tierra, aproximase con el mayor órden su armada todo lo más que pudiese á la Goleta, y que hiciese su deber como de costumbre.

Apenas el Sr. Andrea Doria hubo recibido la comision de la Cesárea Magestad, con suma prudencia ordenó á sus capitanes que con 114 naves gruesas, con sus galeotes, se aproximasen todo lo posible á la Goleta; y el excelentísimo y valeroso capitan Sr. Andrea Doria subió sobre su galera capitana y Cuadrivema (1), en compañía de la de Su Santidad nuestro Santísimo Papa Pablo III, y aquellas naves no parecian nada porque estaban desarboladas, y 30 galeras de las de S. E. todas desarboladas, que ciertamente no podian ser vistas. Al amanecer, como Su Magestad Cesárea habia encargado al Sr. Marqués del Vasto que hiciese la emboscada astutamente de 3.000 arcabuceros, y descubrión

(1) (Al márgen).-De cuatro puentes.

dose despues sólo 300, haciendo algun daño y mostrándose con ánimos de seguir avanzando contra los de la Goleta, y los que estataban dentro de la Goleta, creyendo que fuese poca gente la que les hostilizaba, saltaron fuera una gran multitud de turcos impetuosos, y pensando coger y matar á los pocos cristianos que veian; pero la astucia y prudencia del Sr. Marqués, le hizo diseminar el resto de los 3.000 arcabuceros que llegaron encima, mezclados todos, con tan gran estrépito de la gritería de los arcabuceros, de la artillería y de la pólvora, que no se conocian unos á otros, de tal modo, que reforzando el Sr. Archon su infantería y aumentando el ruido de la artillería de nuestra armada, se espantaron los turcos, tomando el partido de retirarse á Túnez, dejando la Goleta con trescientas piezas de artillería de bronce y gran número de la menuda. De suerte que fueron muertos y prisioneros de tres á cuatro mil ferocísimos turcos y cuatrocientos cristianos renegados. Y en los subterráneos de la Goleta fueron apresados por nuestros famosísimos y valerosos cristianos ciento siete, entre velas, galeras, galeotes y fustas, y un gran número de caballos que estaban de guardia en Túnez; viendo un asalto tan victorioso, se retiraron avergonzados. Y el 15 de Julio, época del ferocísimo y celeste Sion (1), la Cesárea Magestad y sus victoriosos capitanes, se acamparon en derredor de la belicosa ciudad de Túnez.

Así la inexpugnable Goleta fué presa del Cesáreo ejército con tan poco número de cristianos muertos. Deben dar gracias al Omnipotente toda la cristiandad, y especialmente Roma y toda la Italia, por esta honrosa victoria, con la cual se ha domado un enemigo tan ferocísimo y maligno, vecino suyo, y si no se domaban estos cruelísimos enemigos del cristianismo, no se podia esperar otra cosa que mucho daño é infamia á toda la cristiandad. Dado en la Goleta á 15 de Julio de 1535.-Vuestro humilde servidor, Francisco de Ferrara.

(1) (Al márgen).-Constelacion celeste, llamada así.

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