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materia de Ydolatría con todos disimulan y son algunos muy diestros en esto. Porque si en alguna parte rebienta algún mal humor de Ydolatría muéstranse muy celosos de la .onrra de Dios y acriminan y asean el caso y dizen que los culpados sean quemados. Pero la uerdad es que pesa entrañablemente de que se aya descubierto el mal y de socapa animan y fauorecen a los culpados y al tiempo de castigarlos interceden por ellos de manera que no ay que fiar de casique o curaca y aun de los que se an criado con españoles ay muy poco que fiar en esta materia porque en yendo a sus pueblos tiene el demonio diuersos modos con que perbertirllos y Principal. mente en las enfermedades Porque entonces viene una Vieja o maestro de Ydolatría a curarle y este le persuade a que aquella enfermedad proviene de no rreuerenciar lo que sus maiores y les ponen otros terrores con que los perbierten y después bienen a ser estos las cabeças de todo. Podráse dificultar de que se sustentaran estos seminarios o collegios como ya entiendo se ha hecho otras veses y el demonio como quien tanto perderá en que los aya lo ha estorbado con esta dificultad que pienso yo no lo es, digo pues que si no se quieren dotar de rentas reales se podrá hazer de los corridos de sensos de yndios, o de sus comunidades, o de los salarios de los casiques, o quitando un pedaso de las rentas de los encomenderos. Y bien esto se mira se hallará que después del ge. neral remedio de la predicasión este es el más eficaz como vemos que en semejante caso lo approbó y executó la sede de gregorio 13 que en diuersas partes fundó y dotó 79 colegios seminarios y en Roma pro conuersione infidelius el germánico el británico el de los Neóphitos el de los Griegos el de los maronitas. y no obsta dezir que los collegios son para que allí se apprenda a predicar y enseñar y no para quien no ha de tratar desto. Pues (como dize y muy bien Thomas de Jesu Bietensi en su elegante Libro de procuranda salute omnium gentium en el Libro 3, Capítulo 3 donde trata destos seminarios y aconseja que se reciuan en ellos para todos estados) indiget non modo ecclesia bonis clericis sed etiam egregio polytico magistratu, consulibus, consiliariis principum Juris peritis, medicis ac probis omnino Patribus familias.

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Ultimamente digo que conbiene que se use de gran rigor en el castigo de los Yndios que fueren relapsos después de la uisita de la Ydolatría. Pues no tendrán escusa y con el perdón general que se les hizo en ella se a Justificado bien la causa. alumbre en todo dios lo que más couenga en Lima en 16 de febrero de 1616.

Notas Necrológicas

BERTRAM T. LEE

Lejos aún del declive de la vida y cuando rebozante de entusiasmo y energías se dedicaba a terminar sus

diferencias económicas con el Gobierno peruano, con el fin primordial de obtener dinero para la publicación de sus obras, fruto de hondas investigaciones en bibliotecas y archivos nacionales y extranjeros, Bertram T. Lee dejó súbitamente esta presente vida, en la ciudad de Lexington de los Estados Unidos de América, el 25 de Octubre de 1937, a los 59 años de edad. Para la historia nacional, la desaparición de Lee constituye una pérdida irreparable. Venido al Perú há más de treinta años con fines comerciales, y disponiendo de tiempo debido a la magnitud de los negocios que motivaron su venida, Lee se dedicó al estudio de la historia del descubrimiento y conquista del Perú; y lo hizo con tal perseverancia, que llegó a ser la más alta autoridad en la materia. Experto paleógrafo, su campo de acción preferido fueron los antiguos archivos, y fué en ellos en donde encontró material para descubrir y aclarar numerosos hechos ignorados o controvertidos.

Fruto de sus investigaciones, Lee deja varias obras inédi. tas, entre ellas Los pilotos del Mar del Sur y las notas a los nueve libros de cabildos, y una gran cantidad de copias de documentos inéditos, que es de desearse se vea forma como sean publicados. Pero lo que merece la gratitud nacional es la descifración de los libros de Cabildos de Lima, desde la llegada de los primeros españoles al valle y fundación de la ciudad, hasta el año de 1583, que la Municipalidad de esta capital publicó en nueve hermosos volúmenes con motivo de la celebración del cuarto centenario de su fundación; descifración que Lee llevó a cabo sin interés ni mira de lucro alguna.

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En las páginas de esta REVISTA, hemos dado cabida, en diversas ocasiones, a interesantes trabajos de Lee, y apreciando debidamente los merecimientos del gran erudito y paleógrafo, el Instituto Histórico se honró con recibirle en su seno como miembro corerspondiente. La muerte de L'ee es, pues, como decimos más arriba, una pérdida irreparable para la cultura nacional y muy particularmente para el Instituto.

MONSEÑOR CARLOS GARCIA IRIGOYEN

El Instituto Histórico se halla de duelo. De muy avanzada edad y después de haber dedicado íntegramente su vida a la caridad y prácticas cristianas, murió en esta ciudad el 18 de Octubre de 1937, el ilustre vicepresidente de esta institución Monseñor Carlos García Irigoyen, Obispo de Trujillo. El carácter eclesiástico de nuestro recordado consocio le movió a dedicarse a las antigüedades de la Iglesia peruana, publicando numerosos trabajos y documentos en la prestigiosa Revista Católica. Después, con ocasión del tercer centenario del fallecimiento del santo arzobispo de Lima Toribio Alfonso de Mogrovejo, publicó una obra en seis tomos sobre la vida de aquel santo varón, exhumando valiosos documentos del archivo arzobispal y haciendo copiar otros de los archivos de España y del Vaticano. Aprovechando su estada en Trujillo al ser nombrado jefe de esa diócesis, Monseñor García Irigoyen publicó otros dos volúmenes bajo el título de Monografía histórica de la diócesis de Trujillo. El mal estado de su salud le impidió al ilustre prelado la publicación de otros importantes trabajos eclesiásticos que tenía en preparación.

El Instituto Histórico lamenta profundamente tan sensible pérdida.

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