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a La Plata y Potosí, lo que dio como resultado que apenas se llegaba a encontrar plata acuñada a 10 leguas de Lima (8).

Dada la rarísima aparición de las monedas con la "L" y la estrellita, se supone, que al finalizar la actividad del ensayador "L", tomando como característica un detalle del escudo limeño dio, aún débilmente, el primer paso para dar a conocer las acuñaciones de Lima frente a las de Potosí. Esta característica fue adoptada por Diego de la Torre en la totalidad de sus acuñaciones desde el primer día de haber iniciado sus actividades, habiéndose encontrado en las monedas con "D" siempre la estrellita, sin que se conozca una sola excepción hasta el presente.

V

Así es como la estrellita tomada del escudo de Lima, grabada como distintivo en las monedas que provenían de la Casa de la Moneda de Lima, puede aclarar en parte la obscuridad en que se encuentran las acuñaciones peruanas del tiempo de Felipe II hasta ahora. El primer rayo luminoso e indicio para esta aclaración fue dado por la estrellita encontrada en la serie del Conde de Alba de Liste, de corta duración, pero cuya luz está destinada a hacernos meditar, aún 300 años después, sacando así a la luz, las acuñaciones aún más antiguas de la Casa de la Moneda de Lima.

El sistema empleado hasta el presente en todas las obras numismáticas, de adjudicar a la Casa de la Moneda de Potosí todas las acuñaciones peruanas del tiempo de Felipe II, con excepción de las monedas con las columnas de Hércules y las olas del mar, tiene en contra todos los fundamentos de la realidad y la lógica. Ya Burzio expresa sus dudas sobre este sistema, diciendo en su Diccionario de la Moneda Hispanoamericana, tomo II, pág. 229, lo siguiente: "Llama la atención la gran cantidad de iniciales distintas de ensayador que figura en la moneda potosina del reinado de Felipe II, diez en total, en los 24 años del funcionamiento de la ceca, bajo el gobierno de ese monarca, lapso relativamente corto para tan grande número de siglas".

La solución ha sido provisional, debido probablemente a la falta de material de estudio, en este caso los ejemplares, algunos rarísimos que se encuentran en las colecciones peruanas, que han despertado interés y dedicación, a los que se deben las observaciones y conclusiones contenidas en este trabajo.

Es aventurado suponer que no hayan aparecido hasta ahora acuñaciones limeñas, habiendo existido un tiempo conocido de trabajo sistemático de 11 años, 1577/88, y probablemente algunos más de menos actividad entre 1572 y 1577. Si no han desaparecido las monedas de la primera época de tres años de trabajo modesto de 1568 hasta 1570 de columnas y olas, menos podían desaparecer los testigos de una época mucho más amplia y de un trabajo mucho más intenso de un grupo de empleados "no

tablemente superior al autorizado primitivamente (15) "en total 18, cuyo juramento, fueron protocolizados en los Libros de Cabildos de Lima desde el 6 de setiembre hasta el 7 de octubre del año 1577.

Las acuñaciones limeñas no se han perdido; han sido catalogadas, descritas y reproducidas por los numismáticos Vidal Quadras, Herrera, Medina, Guttag, Burzio, Dasi e Yriarte y (16) por muchas casas de la especialidad, pero no fueron reconocidas como tales, quedando siempre incluídas sus siglas en las diez potosinas mencionadas por Burzio: A., B., C., D., L., M., R., S., T., V.

El mismo Burzio ya descuenta la sigla "S" por no haber existido en realidad, sino solamente por observación errónea de Toribio Medina. Además hay que descontar la sigla "T" por pertenecer a los reinados de Felipe III y IV, existiendo monedas fechadas entre 1619 y 1645 con P. T. y ninguna que lleve las características de períodos anteriores. Se debe descontar también la sigla "V" por pertenecer al reinado de Felipe IV, existiendo una moneda "PV" con el ordinal IIII de ese rey claramente visible, con la fecha incompleta 164. Una moneda del mismo tipo la adjudica Guttag erróneamente al reinado de Felipe II, lo que sirvió a Burzio como referencia para considerar la sigla V en la enumeración que hace de los 10 ensayadores "potosinos" del reinado de Felipe II (17). Llevando nuestra moneda la sigla V sobre una T es de suponer que el Ensayador V siguió al ensayador T, dejando este último su empleo probablemente en el año 1645 6 1646.

Por los estudios y observaciones realizadas expuestas en el presente trabajo parecen haber salido a luz razones tan convincentes, que hacen necesario descontar además las siglas D y L de la acuñación atribuída hasta hoy a Potosí y adjudicarlas a la Casa de la Moneda de Lima, hasta hoy privada injusta e ilógicamente del reconocimiento científico de su magnífica y fina producción, abriendo así la primera trocha en la selva todavía virgen de la numismática peruana en los tiempos de los tres Felipes.

BIBLIOGRAFIA

1.-Toribio Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", págs. 160-161. 2.-M. Enrique Gamarra y Hernández. "Nobiliario de las Ciudades del Perú". Ciudad de los Reyes, 1938, pág. 11-19.

3.-Humberto F. Burzio. "La Ceca de Lima 1565-1824". Lámina I, No 10.
4.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 153.
5.-Ludwig Pfandl. "Felipe II". Munich, 1948.

6.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 213. 7.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 155. 8.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 156. 9.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 209. 10.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 223, No 236. 11.-Adolfo Herrera. "El Duro", Tomo I, pág. 103. En el reinado de Felipe II, encontramos más campo de estudio para interpretar las marcas de los ensayadores... Entre los ensayadores de la casa de Granada de aquella época, ninguno más que el (Francisco Téllez) tenía la inicial F en su nombre; luego parece indudable sea el mismo que autorizó la buena ley de la moneda que nos ocupa.

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12.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 173, No 141; pág. 223, No 236.

H. Burzio. "La Ceca de la Villa Imperial de Potosí y la Moneda colonial", pág. 31, lámina V, fig. 1.

13.-T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas", pág. 169.
14.-"Libro de los Cabildos de Lima. Tomo VIII", pág. 499-501.
15.-H. Burzio. "Diccionario de la Moneda Hispanoamericana", tomo I, pág. 285.
16.-Manuel Vidal y Quadras y Ramón. "Colección de Monedas y Medallas".
Ensayador D.: No 7486 y 7487a.

Adolfo Herrera. "El Duro": No 882, refiriéndose a V. Quadras, No 7486;

No 880, refiriéndose a V. Quadras, No 7487a.

Ensayador L.: No 878, Casa Schulman, Febrero 1908, No 894.
T. Medina. "Las Monedas Coloniales Hispanoamericanas".
Ensayador D.: No 236.
Ensayador L.: No 141. "

acuñación...".

66

la buena acuñación de la pieza...".

que acusa cierta perfección en su grabado y

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No 142. Refir. a Vidal y Quadras, No 7487a.

No 143. Coin Collector Journal. Marzo, Abril 1947, pág. 40.

N° 144. Schulman, Catálogo de venta. 11 marzo 1930, No 591.
No 145. Monetario X.

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No 146. Monetario Beltrán.

No 147. Ref. a Vidal y Quadras, No 4786.

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No 148. Burzio. Lámina V, No 1.

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Ensayador L. No 152. Coin Collector Journal. Marzo, Abril, 1947, pág. 40.

José de Yriarte. "Catálogo de los Reales de a ocho españoles". No 62, 8 reales. Ensayador D.

Humberto F. Burzio. "La Ceca de la Villa Imperial de Potosí".

Ensayador D. pág. 126. 8 R. Catálogo Schulman. Amsterdam 1926, No 28.

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H. F. Burzio. "Dicionario de la Moneda Hispanoamericana".

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Adiciones al Diccionario de Mendiburu

por Rubén Vargas Ugarte, S. J.

ALZUGARAY, PEDRO DE

Nació en Lima. Fue cura de Santa Ana, ingresó en el Coro como Racionero en 1o de marzo de 1751 y ascendió a Penitenciario en 1756, a Tesorero en 1761 y Maestrescuela en 1762. Fue sabio y elocuente orador. Predicó en la fiesta del estreno de la Catedral en 1755. Fue Secretario del Cabildo y en 1754 se le designó para tratar con la Real Audiencia en la competencia sobre el número de prebendados que debían salir a recibirla cuando asiste sola sin el Virrey a las funciones de la Catedral. Ocurrió que el 12 de junio del dicho año recibió el Cabildo un recado de la Real Audiencia en que se le avisaba que, no asistiendo el Virrey a las vísperas del Corpus, por hallarse indispuesto, le saliesen a recibir cuatro prebendados como se hacía con Su Excelencia. El Cabildo tomó nota de esta pretensión y encomendó a su Secretario que pasase a Palacio a decir a los ministros que la costumbre era que saliesen cuatro a recibir al Virrey y dos a la Audiencia y les suplicaba que no alterasen esta costumbre, y, en caso de instar, protestase en nombre del Cabildo, para que no se pudiera alegar posesión, notificándolo al Prelado antes de pasar a la Audiencia. Esta mantuvo su resolución y se hizo la protesta. Murió Alzugaray en 1763.

ARIAS, MANUEL

Nació en Arica y era hijo de D. Ramón de Arias y de Da. María Pérez de los Ríos y Tovar. Pasó a estudiar al Colegio de San Bernardo del Cuzco, pero se graduó en Lima. Siendo Obispo del Cuzco, D. Bartolomé María de las Heras, fue Provisor y Promotor Fiscal del Obispado. Habien. do sido elevado a la silla metropolitana Las Heras, lo trajo consigo y lo nombró Cura de Santa Ana y Secretario del Arzobispado.

Con toda fidelidad sirvió al Arzobispo hasta que este, obligado por las circunstancias, hubo de embarcarse para España. Poseía D. Manuel la Cruz de la Orden de Carlos III, lo cual no impidió el que en el año 1822 fuera elegido Diputado por Lima a la Constituyente.

El 28 de enero de 1812, fue nombrado Canónigo Penitenciario en la vacante dejada por el Deán Echague y falleció ejerciendo esta canongia en el año 1825.

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