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ARIAS DIAZ TOPETE, JUAN

Natural de Trujillo en Extremadura. En el año 1710 compareció ante el Cabildo Secular de Huamanga, para el registro de su título y presentó una provisión de 28 de marzo de aquel año por la cual se le encomendaba el descubrimiento y conquista de toda la tierra que media entre el río Apurimac y el Urubamba y lo que más adelante se descubriese. (Libro de Cabildos de 4 de setiembre de 1709 a 1 de julio de 1715).

ARQUELLADA Y SACRISTAN (D. JOSE FRANCISCO)

Era andaluz. Fue Cura de San Marcelo en 1760 y Rector del Real Convictorio. Entró en el Coro de Medio Racionero en 9 de febrero de 1772; pasó a Racionero en 1778, Tesorero en 14 de noviembre de 1786 y Chantre el 23 de julio de 1796. Murió el 19 de enero de 1801. Por las frecuentes inasistencias de este capitular al Coro, el Cabildo fue reconvenido por S. M. en una Cédula Real. Mas como esas inasistencias no eran del todo inadvertidas, el Cabildo pudo justificarlas, a mérito de la defensa que encargó al Doctoral. El Arzobispo escribió al Rey en 1784: "Sirve esta Prebenda (de Medio Racionero) con asistencia a su Iglesia desde ahora 7 años en que mandó V. M. que el oficio de Rector del Real Convictorio de San Carlos que tiene, no le relevase de la asistencia continua, como estaba relevado. Este eclesiástico que es de instrucción en ambos Derechos se maneja con buena conducta, y se experimenta que es a propósito para mirar por los proventos y rentas de su Iglesia en la administración de diezmos y otros ramos que se le han encomendado. De cura que fue de la parroquia de San Marcelo de esta ciudad, se sabe que fue de la estimación y aceptación de sus feligreses, cuya Iglesia se fabricó con su vigilancia y cuidado. Es digno de ascensos fuera del Coro". Gozando la Capilla de la Purísima de varias rentas que debían emplearse en el culto de esta imagen, se le nombró en 1788 Mayordomo, asociado al Coronel D. Francisco Salcedo, en atención a que este sujeto ha manifestado el mayor celo y devoción a Nuestra Señora, propagando su culto, y haciendo muchas erogaciones y adornos de la Capilla. Fue administrador de los diezmos de Late y Surco en 1783.

BECQUER (D. CRISTOBAL)

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En 13 de enero de 1739 tomó posesión de una Media Ración en el Coro de Lima. Los antecedentes de este eclesiástico fueron harto deplorables. De él informó el Cabildo a S. M. en éstos términos: "D. Cristóbal de Becquer, desde sus primeros años, dio indicios de su genio malévolo e inclinado a la ociosidad, pues no tuvo estudios algunos y hasta el presente se mantiene en una grande ignorancia, careciendo del conocimiento de la

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lengua latina, pues su juventud sólo la pasó en las impetuosidades y ejercicios a que le llevaba su inclinación violenta y destemplada en este tiempo. Habiendo dado muerte alevosa D. Pedro Becquer, su hermano, a D. Pedro de Torres, Guardia Mayor de las tiendas de Mercaderes, se calificó que don Cristóbal había concurrido a ella, guardándole las espaldas a su hermano, y así por la Real Justicia fue llamado por Edictos y Pregones como cómplice de tan enorme delito. Con esta ocasión D. Cristóbal se ausentó de la ciudad y anduvo muchos años fugitivo en las Provincias distantes de esta Capital, y su caviloso genio logró que el obispo de Guamanga, menos advertido de su irregularidad y propiedades, le confiase las sagradas Ordenes, y se le dio después en el obispado del Cuzco, un beneficio, del que habiendo logrado algunos emolumentos hizo viaje a esa Corte, de donde vino presentado de Medio Racionero de esta Iglesia, siendo Arzobispo el Iltmo. y Rvdmo. D. Francisco Antonio Escandón, de buena memoria, quien también, ignorando las malas costumbres de D. Cristóbal y sus peores principios, le dio la colación de esta prebenda...". El Virrey Conde de Superunda, en diferentes ocasiones, remitió al despacho órdenes de ruego y encargo para que se corrigiese a este Prebendado. Llegaron sus escándalos a tal punto que a mérito de las repetidas querellas del público, insinuaciones del Virrey y estimarlo de nuestra conveniencia, fue preciso formar Autos que de oficio se han seguido a pedimento del Promotor de este Obispado, quien habiendo pedido mandamiento de prisión en fuerza de la sumaria, se libró con efecto, y sabedor de ello por alguna contingencia, se refugió al convento de San Francisco, en donde se mandó guardase carcelería, por no ser de las cosas que debía gozarse la inmunidad; y habiendo pasado a tomar su confesión para poder hacer la acusación y sustanciar los actos, conforme a derecho, prorrumpió en grandes voces contra los dos canónigos que fueron a esta diligencia, de comisión del Cabildo, recusándolos; y aunque se le ha notificado repetidas veces que proponga y pruebe la causa de dicha recusación, no lo ha querido ejecutar, de modo que en rebeldía se le ha puesto la acusación por el Promotor Fiscal". En el curso de esta causa llegó Cédula de presentación para una Ración. El Cabildo no la cumplió, elevando a S. M. un bien fundado memorial. Murió el 15 de abril de 1754.

BODEGA DE LA CUADRA, D. TOMAS ANICETO DE LA

Nació en Lima. Fue Catedrático de Derecho de la Universidad. Ingresó en el Coro de Lima el 26 de marzo de 1768 en calidad de Medio Racionero. A 27 de junio de 1792 ascendió a la silla doctoral. Fue Rector de la Universidad en 1798-99. Falleció el 17 de junio de 1801. D. Miguel Antonio de la Bodega y Mollinedo, a quien Mendiburu llama Manuel, sobrino del anterior, nació también en Lima. Estudió en San Marcos y, ya graduado, pasó a España y fue Catedrático en Alcalá. En 1786 pasó a Gua

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temala en calidad de Oidor y fue Superintendente de la Casa de Moneda. Trasladado a México, fue allí Oidor y Asesor General del Virreinato y Alcalde del Crimen. Perdió el empleo por haberse casado, sin licencia, con una dama mejicana. Fernando VII le repuso en el cargo y pasó a ser Consejero de Indias. Imprimió en Madrid, en 1781 una obra y otra en Guatemala en 1789.

BRAVO DE VERDUSCO, LIC. PEDRO

Vino a América en el año 1567 y el Obispo de Quito, D. Fr. Pedro de la Peña, le nombró cura vicario de Piura. Ejerció el cargo con celo pastoral, aprendiendo la lengua de los indios. En 1571, habiendo venido a visitar las Provs. de Loja,, Zamora y Jaen, el Capitán Juan de Narváez, nombrado por Toledo, el Obispo Peña nombró a Bravo de Verdusco para que le acompañase en la visita e hiciese la canónica en dichas provincias. Ese año vino a Quito y allí se hizo información de sus servicios. El 15 de julio se encontraba en Pasto, enviado por el Obispo, a fin de componer el disturbio causado por los franciscanos que despojaron a los curas seglares de algunas parroquias, en calidad de Vicario General. Más tarde debió volver a Piura.

CAVERO, O. P., FRAY JERONIMO

Nació en Arequipa. Fueron sus padres: Pedro Cavero y Teresa Joaquina Rosas. Ingresó en su ciudad natal en la Orden de Santo Domingo. Estudió en el Cuzco, donde se graduó en la Universidad de San Antonio. En 1809 se hallaba de doctrinero en Acomayo y Acos. De aquí pasó al Ejército Real en calidad de Vicario Castrense y acompañó a dicho ejercito en la campaña que se inició con el triunfo de Guaqui. Goyeneche dio de él un informe muy favorable. En 1818 volvió a Arequipa y se hizo cargo de la doctrina de Yanahuara. El General de la Orden, Fr. Raimundo Guerrero, por sus patentes de 23 de diciembre de 1820, le nombró Provincial del Perú. En 1821 se adhiere a la causa de la independencia y firma el acta. El 30 de julio, en conformidad con lo dispuesto por el Protector, la Comunidad de Santo Domingo prestó el juramento de sostener y defender la patria. Se hallaron presentes los religiosos de los otros tres conventos o sea la Recoleta de la Magdalena, Sto. Tomás y Sta. Rosa. El P. Cavero puso a disposición del Gobierno el sueldo que percibía como catedrático de San Marcos. Durante la ocupación realista, estos se apoderaron de alguna plata labrada de la Iglesia y otras alhajas, del dinero de la comunidad y de 10,000 ps. depositados para la causa de Beatificación de los BB. Martín de Porras y Juan Masías. En 1822 fue depuesto por el Deán Echague de su oficio de Provincial, alegando que su título le había sido dado por un Superior extranjero, pero en 1823 le repuso el Gobierno. En 1824,

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al ser ocupada Lima nuevamente por los realistas, Ramírez lo depuso del cargo y nombró a un religioso realista. El P. Cavero hubo de retirarse al Callao y ocultarse, pues se trató de encerrarlo en los Castillos. Enfermó y debió su salvación al médico Manuel Tordoya. Esto le obligó a permanecer allí hasta la liberación de aquella plaza. Este hecho dio motivo para que algunos le acusasen de haber cambiado de opinión y hubo de justificarse. Más tarde volvió a Arequipa y parece que escogió el retiro de Yanahuara para pasar sus últimos días, falleciendo en su ciudad natal.

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CALVO DEL CORRAL, Juan de DIOS

D. Juan de Dios Calvo del Corral y Antequera nació en Andahuaylas, lugarejo de la Provincia de Quispicanchis, situado a siete leguas del Cuzco y a tres de Oropesa. Más comunmente se le conoce con el nombre de Andahuailillas y su Iglesia, que un tiempo estuvo a cargo de los Jesuitas, posee unos retablos y grandes lienzos con marcos dorados que no tienen rival. Fue hijo legítimo de D. Pedro Calvo del Corral y de Da. Josefa de Antequera Henríquez, nieta de D. José de Antequera y Castro, fiscal protector de indios en la Audiencia de Charcas, a quien se confiscaron sus bienes y mandó cortar la cabeza en Lima, el 3 de julio de 1731, el Marqués de Castelfuerte.

D. Juan de Dios fue hermano de D. Francisco Javier del Corral, dignidad de Chantre de la Iglesia del Cuzco. Su familia era oriunda de Cazalla, en la provincia de Sevilla. Por su madre descendía de los Antequera y Enríquez, primeros vecinos del Cuzco. Siendo de edad de doce años, se le concedió una beca en el Seminario de San Antonio Abad, donde estudió las humanidades y las artes. En octubre 27 de 1751 se graduó de Bachiller en esta disciplina. Continuó en el mismo Colegio el estudio de la Teología, ejerciendo al mismo tiempo el cargo de pasante en artes. Al terminar el curso teológico, se le confió una clase de Gramática, pasando luego a Chuquisaca con ánimo de estudiar leyes en el Colegio de San Juan Bautista, anexo a la Universidad de San Francisco Javier. Graduóse de Licenciado en cánones y el 18 de febrero de 1772 de Doctor. Luego de haber hecho la práctica acostumbrada se recibió de Abogado en la Audiencia de La Plata el 10 de octubre de 1773.

Por la línea paterna era nieto de D. José Calvo del Corral, Oidor de La Plata y de Lima y Regente electo de la de Aragón y sobrino nieto del hermano del anterior, D. Juan Calvo del Corral, Oidor de la Audiencia de Chile y autor de una obra titulada: Comentarios a las Leyes de Indias, dividida en seis volúmenes, que ha permanecido inédita, aun cuando el autor remitió al Consejo de Indias el primero y segundo tomo, donde parecieron bien y se animó a continuarla, dándose orden al Virrey del Perú para que le ayudase en lo posible.

El Cabildo del Cuzco había informado al Rey en setiembre 25 de 1765 "de su distinguido nacimiento, su particular literatura y juiciosa conducta", expresando haber recaído en él los méritos de sus tíos, los ya mencionados. Para obtener la rehabilitación de su abuelo D. José de Antequera y Castro, pasó a España, consiguiendo en parte su objeto, dado el ambiente antijesuítico que se respiraba entonces en la Corte. Volvió a América, con Plaza de Oidor en la Audiencia de La Plata, que le fue concedida en 30 de mayo de 1777. En el año 1781 tomó posesión de ella 1.

En Madrid contrajo matrimonio con Rosa María de Cuéllar y Gómez el 17 de noviembre de 1777 y le nació una hija en Cádiz, mientras esperaba embarcación. La segunda vino al mundo en el mar y fue bautizada por el Arzobispo San Alberto que hacía el viaje en compañía de D Juan de Dios. Esta última ingresó más tarde al convento de Santa Teresa de Chuquisaca. Un hijo suyo, Mariano Enrique, ejerció interinamente el mando supremo de Bolivia en junio del año 1841. D. Juan de Dios falleció en Chuquisaca el 6 de diciembre de 1801, siendo Decano de la Audiencia. Sus descendientes viven todavía en aquella ciudad.

CUEVA PONCE DE LEON, D. ALONSO DE LA

Nació en Lima y era hijo de D. Nuño de la Cueva y Olea y de Da. Violante Ponce de León y Olea, su segunda mujer y por su padre estaba emparentado con la casa de los Duques de Albuquerque. Sus abuelos fueron Da. Teresa de Olea y el Maestre de Campo D. Alonso de la Cueva. Tuvo tres hermanas: Teresa, Gregoria y María Sebastiana. Sucedió a su padre en el mayorazgo que fundó en Jerez de la Frontera D. Nuño de la Cueva, Caballero de Santiago y Comendador del Fradel pero hizo cesión de él en favor de su sobrino D. Nuño de la Cueva, como hijo mayor de D. Pedro de la Cueva, su hermano. Eran tíos suyos el P. Nicolás de Olea S. J. y D. Francisco de la Cueva, Caballero de Alcántara y Da. Catalina de la Cueva, monja de la Encarnación.

D. Pedro de la Peña, Arcediano y Vicario General lo nombró el 20 de abril de 1724 Archivero de la Curia Eclesiástico y se le ordenó hacer el inventario de todos los papeles del Archivo y su ordenación y elaboración de los Indices respectivos, con motivo de haberse trasladado el dicho Archivo al Colegio Seminario, por tener que ocupar las habitaciones en que estaba instalado los familiares del Arzobispo Morcillo que había de abandonar el Palacio Virreinal.

Se le dieron dos auxiliares para realizar esta pesada labor y en noviembre de 1724 el mismo D. Alonso pidió se le otorgara licencia para mo

1 Carlos III concedió a Clara María de Vargas y Castro y a su hija, Juana María de Cárdenas una pensión vitalicia de 12,000 reales vellón, orden que cumplió el Virrey Guirior. Asimismo en julio de 1780 fue agraciada con una pensión vitalicia de 6,000 reales, Josefa María de Vargas y Romero, hija de José Vargas y Castro, capitán que fue del Regimiento fijo de Orán.

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