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Don Lucas Francisco de Bilbao la Vieja pasó de Buenos Aires a Chile a servir su puesto, en el cual permaneció muchos años. Fué ascendido a fiscal de Lima en fecha que no nos consta. Su estancamiento en la Audiencia de Chile fué todavía más duradero que el de su colega Ramírez de Baquedano. En efecto: Bilbao fué nombrado oidor de Chile el 26 de enero de 1687 y Ramírez fué proveído por fiscal de la misma Audiencia (cargo inferior al de oidor) el 14 de enero de 1690. Ambos viajaron juntos a Buenos Aires y de allí a Chile, el año 1691. El año 1703, don Gonzalo fué promovido a oidor de Lima, mientras que Bilbao sólo ascendió alrededor de 1705 y no a oidor sino a fiscal. Trocados los papeles, en Lima era oidor quien fué fiscal en Chile y quien en el país del sur desempeñaba la oidoría, en Los Reyes despachaba la fiscalía. Desde el nombramiento de don Lucas Francisco de Bilbao como oidor de Chile hasta su primer ascenso a fiscal de Lima transcurrieron nada menos que 19 años.

Llegó a la capital del virreinato en los primeros tiempos del gobierno de la Audiencia criolla y ya vimos cómo inmediatamente adoptó una encomiable actitud, enfrentándose al Gobierno con un dictamen contrario al emitido por Ramírez de Baquedano y al sentir de los oidores, en el expediente de la denuncia formulada por los indios acerca de los abusos del corregidor Pedro de Legarza.

Siguió en la fiscalía de Lima varios años. Se conoce algunos dictámenes suyos, como el de 16 de diciembre de 1710, sobre la petición del capitán Jean Vivien, del navío francés "Deux Couronnes Catholiques" para que se le permitiera vender su cargamento en el Callao; y el de 11 de mayo de 1712, sobre la defensa de Lima contra el peligro de una expedición inglesa (Cuaderno de Juntas citado en la nota 251).

16 (290) Don Fernando Galindo y Zayas era un militar de carrera con larga foja de servicios. Ingresó en 1667 en la Armada Real del Océano y sirvió en ella, en el ejército de Flandes y presidios de Africa. De soldado simple ascendió a capitán de infantería; reformada su plaza siguió sirviendo como capitán de infantería reformado y luego como capitán de "caballos corazas" (caballería). Por estos méritos fue nombrado en 1687 maestro de campo del presidio del Callao, puesto que venía sirviendo hacía casi veinte años. Estaba amargado porque el año 1704, al morir el anciano general Juan Bautista de la Rigada y quedar vacante el puesto de general del Callao vió defraudada su esperanza de ascender a este grado. Galindo afirmaba encontrarse pobre y tener diez hijos. Llevaba 40 años de servicios en el ejército y probablemente tendría alrededor de 60 de edad.

Rigada había sido proveído general del Callao el año 1687, es decir al mismo tiempo que Galindo fué nombrado maestro de campo de la misma guarnición. A la muerte del general, un alférez del presidio, llamado Antonio de Leyba, subordinado de Galindo, gestionó en forma irregular, ofreciendo 7,000 pesos de "beneficio", se le confiriese el nombramiento de general del puerto del Callao, en reemplazo del fallecido Rigada, cosa que consiguió, con gran pena y vergüenza de los jefes, que tendrían que verse mandados por quien la víspera era su alférez. La Junta de Guerra de Indias protestó en consulta de 9 de diciembre de 1704, pero el Rey no modificó el decreto.

Posteriormente, el 15 de diciembre de 1705, la Junta insistió, poniendo en relieve los muchos méritos de Galindo y la inexperiencia e ínfimo grado militar de Leyba. El Rey decidió que el Consejo buscase un puesto político para darle a Leyba, en compensación de sus 7,000 pesos (al igual que se había hecho con el gobernador de Buenos Aires don Manuel Prado); de este modo, Leyba no fué al Callao como general. El rey decidió que el problema de la jefatura militar del puerto se volviese a consultar una vez que se solucionase la compensación citada (Consulta de la Junta de Guerra de Indias, de fecha 15 de diciembre de 1705 A.G. de I., Lima, 345).

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17 (303) Diversos piratas, gente sin más patria que sus intereses y su sed de aventuras, cuya base de operaciones encontrábase en la isla Tortuga del Caribe, y que con frecuencia recibían solapado apoyo inglés de Jamaica, penetraban al Pacífico, primero por el cabo de Hornos o por el Estrecho de Magallanes y luego, con singular audacia. por el istmo de Panamá. Esta segunda manera es digna de que la relatemos. La expedición pirata partía desde las islas del Caribe en barcos de mediano porte y se dirigía a las costas del Darién, en Panamá. Allí desembarcaban los aventureros provistos de armas, algunas provisiones y piraguas o canoas. Cruzaban el istmo a través de la floresta, aprovechando en lo posible los cursos de los ríos y arroyos navegables y salían al Pacífico, por una zona deshabitada y selvática, donde

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escasamente podía encontrarse algunas tribus de indios no sometidas a la corona de España. En las principales salidas de los ríos podía encontrarse a veces algunas embarcaciones pequeñas de patrulla, enviadas por el gobernador de Tierra Firme, pero en realidad no eran de mucho peligro. Una vez en el Pacífico, los piratas navegaban en sus piraguas, de caleta en caleta, bordeando la costa hacia el norte, al acecho de alguna embarcación de cabotaje que navegara en la ruta de Perico al Callao a la vista de tierra. Cuando encontraban una la capturaban al abordaje. Normalmente tales barcos, de pequeña eslora, iban desarmados o llevaban una tripulación poco aguerrida. Su escasa velocidad, debida al exceso de carga y a que no eran muy veleras, les impedía fugar de los filibusteros. A veces éstos llevaban su audacia hasta penetrar en algún pequeño puerto para apresar las embarcaciones que necesitaban. Cuando ya tenían barcos salían al mar a buscar más presas. Capturaban a los veleros mercantes, se quedaban con la carga de valor, con la nave que más les conviniese y con los pasajeros que pudieran pagar buen rescate y soltaban al barco restante con los demás pasajeros y la carga pesada o de poco precio. Nuevas expediciones a través de Tierra Firme incrementaban los efectivos de los piratas. Por el mismo camino regresaban con el botín.

Aunque los piratas sufrieron algunos reveses a manos de los españoles, fué mucho mayor el daño que causaron al comercio marítimo y a los pequeños puertos del Pacífico. Por temor a ellos se construyeron las murallas de Lima y de Trujillo. Los piratas no presentaban combates a la Armada Real del Mar del Sur ni a

navíos de guerra españoles,, sino que los eludían gracias a su velocidad y procuraban toparse sólo con los mercantes indefensos.

INDICE ONOMASTICO

A

Aguayo, Juan de: 348.

Albizu, María de: 445.

Albornoz, Juan de: 415.

Almagro, Diego de: 408, 431.
Alzamora, Pedro de: 428.

Andía, marqués de: Vid. Ramírez de Baquedano, Diego.

Antequera y Castro, José de (fiscal): 349. Antequera Enriquez, José de (oidor): 349. Aramburu, Vicente de: 377.

Arandía y Vásquez de Velasco, María Josefa Paula de: 373.

Araziel, Alonso de (consejero): 409.
Arcaya, María de: 445.

Arias, Manuel (consejero): 409.
Armendáriz, Agustín de: 369.

Armendáriz y Barraza, Catalina de: 365, 366, 369, 370.

Ascarrunz, Antonio José de (escribano): 380.

Avendaño, Francisco de: 369.

Avendaño, Melchor de (chantre): 344.
Avice, Jacques (capitán): 415.
Ayala, Juan de (indio): 369.
Ayala, Manuel José de: 401, 401.
Ayessa, Blas de: 389, 441.

Azañón y Velazco, Gregorio de (corregidor): 384, 385, 385.

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Canal, Pedro Gregorio de la (oidor): 396, 430, 445, 446.

Canillas, conde de: Vid.: Enriquez de Guz

mán, Pedro Luis

Carbajal y Vargas, Diego Gregorio Joa. quín de: 362.

Cárdenas, Francisco de (oidor): 366. Carlos II (Rey de España): 375, 410, 425. Carlos III (Rey de España): 444.

Caruz, Toribio de: 362, 382, 406, 407, 407. Casa Alegre conde de (general de Galeones): 418, 424.

Casa Concha, marqués de: Vid. Santiago Concha, José de:

Castellar, conde de (don Baltazar de la Cueva Enríquez, virrey): 340, 341, 347, 365, 429.

Castelldosríus, marqués de: Vid. Oms de Santa Pau, Manuel

Castillo, Alonso del (oidor): 342. Castro Gallego, Gerónimo de (contador): 388, 389, 391, 396, 430. Caycuegui, Agustín de: 358. Céspedes, Juan Santiago de: 361. Céspedes del Castillo, Guillermo: 340, 343, 345, 346, 348, 350, 356, 357, 360; 361; 362, 370, 372, 373, 375, 378, 383; 383; 385, 386, 388, 441, 442, 444.

Clavero, Francisco (corregidor): 385. Coloma, Francisco (general de Galeones): 417.

Córdova, Diego de: Vid.: Vado del Maestre, marqués del

Correa de León, María Andrea: 351, 352. Cortázar y Arandía, Juan Bautista: 373. Cuentas, Manuel de las: 441.

CH

Chacón, Gonzalo: Vid. Peñuela, marqués de:

D

Dávila, José (canónigo): 351.

Dávila Salcedo, Pedro (escribano): 440, 441.

Díaz de Durana, Clemente (oidor): 377, 384, 384.

E

Echave Vaquero, Cristóbal de: 419, 422. Echeverría, Antonio de: 441. Eguiguren, Luis Antonio: 350, 351, 352, 353, 362, 363, 364, 365, 366, 369. Enriquez de Guzmán, Pedro Luis (conde de Canillas, presidente): 345, 385, 385.

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Juan; Vásquez de Velasco y De la Puente, Gaspar.

Lagúnez, Matías (oidor): 345, 346, 442, 444.

Lara, Leonardo de (almirante de Galeones): 417, 418.

Lártiga, Francisco de: 415.

Legarza, Pedro de (corregidor): 381, 390, 391, 447.

Lemos, conde de (Pedro Fernández de Castro, virrey):: 339, 347, 351, 395.

León Pinelo, Antonio de: 352.
León Pinelo, Catalina de: 352.

León Pinelo, Diego de (fiscal): 351, 352, 354.

Leyba, Antonio de (alférez): 447. Liñán y Cisneros, Melchor de (arzobispovirrey): 340, 341, 342, 344, 347, 351, 404. Lohmann Villena, Guillermo: 339, 350, 351, 352, 353, 362, 363, 364, 371; 373; 374, 377, 378, 380.

Lope de Vega: 379, 379.

López, Juan Luis (marqués del Risco, alcalde del crimen): 343. López de Correa, Fernán: 352.

López de Dicastillo, Francisco (oidor): 445.

Lugones, Antonia: 348.

Luis XIV (Rey de Francia): 410, 411, 412, 436.

Llanos, Cristóbal de (oficial real): 443. Llanos, Pedro de: 448.

Mancera, marqués de (Pedro de Toledo y Leyva, virrey): 372, 429.

Martínez Luján, Antonio (oidor): 365. Mata, Nicolás Urbano de la (obispo): 444. Mendiburu, Manuel de: 350, 351, 353, 354,

356, 360, 362, 363, 364, 365, 366, 366; 367, 369, 369, 370, 374, 376, 387, 389; 391, 430, 444.

Mendive, Juan Bautista de: 419, 430, 430. Mendoza y Reinoso, Diego de: Vid. Reinoso y Mendoza, Diego de

Messía, P. Alonso (jesuíta): 366, 370. Messía, Diego Cristóbal (oidor): 342, 342, 345.

Mina, marqués de la (presidente): 345. Monclova, conde de la: Vid. Portocarrero, Melchor.

Monterrey, conde de (Gaspar de Zúñiga y Acevedo, virrey): 395, 398. Montesclaros, marqués de (Juan de Mendoza y Luna, virrey), 399.

Morcillo Rubio de Auñón, Fr. Diego (0bispo-virrey): 363, 364.

Moreyra y Paz Soldán, Manuel: 340, 348, 345, 346, 348, 349, 350, 356, 357, 360; 361, 362, 370, 372, 373, 375, 378, 383; 383, 385, 386, 387, 389, 391, 392, 396;

1

399, 411, 412, 415, 416, 441, 442; 443; 444, 445.

Mugaburu Josephe de: 342, 343, 351, 351, 352, 352, 365, 366.

N

Nava, Melchor de la (canónigo): 370. Navarra y Rocafull, Melchor de (duque de la Palata, príncipe de Massa, virrey): 340, 340, 341, 342, 343, 343 344, 344; 345, 347, 404, 441, 442.

Nermont Troublet, Joseph (capitán): 362. 362.

Núñez Rodríguez, Miguel (capitán): 349, 350, 354.

Núñez de Rojas, Francisca Javiera: 351, 353, 356, 358, 360, 408.

Núñez de Rojas, Fernando: 353, 353, 358. Núñez de Rojas, Francisca Javiera: 351, 352, 352, 356, 358.

Núñez de Rojas, Gregorio (oidor): 353, 356, 357, 358, 360, 360, 361, 361; 362; 364; 407.

Núñez de Rojas, Miguel José (consejero): 350, 353, 353, 356, 356, 358, 362; 362; 363.

Núñez de Sanabria, Andrés (jesuíta): 353.

Núñez de Sanabria, Fernando: 353, 353, 358, 408.

Núñez de Sanabria, Miguel (oidor): 338, 349, 350, 350, 351, 351, 352, 352; 353; 353, 354, 355, 356, 357, 358, 359; 360; 360, 361, 362, 362, 363, 364, 364; 365; 370, 371, 381, 382, 391, 392, 393; 394; 396, 397, 402, 405, 406, 407, 408; 408; 417, 430, 434, 434, 440, 445. Núñez de Sanabria, Vicente (presbítero): 353, 353.

Nuño Delgado, Juan (procurador): 358, 360.

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Paredes y Polanco y Armendáriz, Andrés de (obispo): 366, 369. Paredes Polanco y Armendáriz, Fr. Diego de (franciscano): 366.

Paredes Polanco y Armendáriz, Sor Francisca de (abadesa): 366.

Paredes Polanco y Armendáriz, P. José de (jesuíta): 366.

Paredes Polanco y Armendáriz, Nicolás de (oidor): 338, 365, 366, 366, 367, 367, 368, 368, 369, 369, 370, 370, 371; 374; 392, 393, 394, 396, 397, 402, 407; 422. Paredes Polanco y Armendáriz Sor Serafina de (capuchina): 366. Paredes y Solier, Diego de: 365.

Peña Salazar, Juan de la (oidor): 345, 383.

Peñalosa, Juan de: 443.

Peñalosa y Benavides, Juan de (oidor): 338, 338, 339, 339, 340, 341, 342; 343; 343, 344, 345, 345, 346, 346, 347; 348; 348, 349, 349, 355, 358, 359, 360; 363; 372, 375, 381, 383, 387, 387, 388; 388; 389, 392, 392, 393, 394, 394, 395; 396; 396, 397, 400, 402, 402, 405, 405; 407; 408, 409, 413, 414, 431, 433, 434; 434; 440, 441, 442, 443, 444, 445. Peñuela, marqués de (Gonzalo Chacón, general de Galeones): 417.

Peralta, Juan de (fiscal protector): 381, 382, 390.

Pérez de Arandía y Zubieta, Diego: 373, 373.

Pérez Landero, Pedro (escribano): 354. Pérez de los Ríos, Fernando (corregidor): 415, 416.

Pérez de Soto, Pedro (escribano): 353. Pérez de Urquizu, Juan (alcalde del crimen): 389, 415, 416.

Polanco de Santillana, Francisca: 365. Portocarrero Lasso de la Vega, Melchor

(conde la Monclova, virrey): 338, 340, 344, 345, 345, 346, 346, 347, 348; 350; 355, 356, 356, 357, 358, 360, 360; 361; 361, 362, 362, 367, 369, 370, 370; 372; 372, 373, 375, 377, 378, 378, 379; 381; 382, 385, 386, 386, 387, 388, 389; 396; 405, 408, 410, 418, 418, 425, 426; 430; 431, 437, 440, 441, 442, 443, 444; 446. Prado, Manuel (gobernador): 447.

Q

Queipo de Llano y Valdez, Juan (arzobispo): 444.

R

Ramírez de Arellano, Luis Francisco (Juez): 391.

Ramírez Baquedano, Diego (marqués de San Martín de Amezcoa): 445.

Ramírez de Baquedano, Diego (marqués de Andía y vizconde de Zudayre): 387, 445.

Ramírez Baquedano, José: 445.

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