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de manos que portaban dos lacayos, y en una de cuyas bandas llevaba puesta la mano el Virrey y en la otra uno de sus hijos. Hasta el Callao la acompañaron el Arzobispo de Lima Fray Pedro de Villagómez, los miembros de la Real Audiencia y lo más calificado de la nobleza limeña. Después de embarcada, la artillería disparó en su honor treinta piezas de cañones.

7.-Doña Ana de Silva y Manrique de la Cerda, Condesa de Santisteban y Marquesa de Solera.

Según novísimos datos de Manuel Moreyra y Paz Soldán, esta Virreina del Perú fue la tercera esposa de D. Diego de Benavides y de la Cueva, VIII Conde de Santisteban, I Marqués de Solera y XVIII Virrey del Perú. Era ella viuda de D. Francisco Antonio de Ulloa y Zúñiga, IV Marqués de la Mota y VIII Conde de Nieva. Fue hija de D. Ruy Gómez de Silva y Mendoza, I Marqués de Eliseda, y de Da. Antonia Manrique de la Cerda, hija del VI Marqués de Aguilar.

Llegado el Virrey Conde de Santisteban al Callao con su esposa el 26 de julio de 1661 fueron a su residencia de Palacio a disponer su alojamiento. "I así como se vio en Palacio dice el cronista Mugaburu- no quiso salir más la Condesa, ni tampoco el Conde y al punto enviaron a la chácara de D. Sancho de Castro (camino de Lima) por toda su familia (sus hijos Francisco y Manuel), cosa que jamás se ha visto en este reino dormir los virreyes en Palacio hasta que fueran recibidos".

De la Virreina se sabe que el 19 de marzo de 1662 dio a luz una niña que fue bautizada en la Catedral por el Arzobispo Villagómez con el nombre de Josefa. Actuó de padrino Fray Antonio de Valdivia, lego de la Orden de San Francisco. Ofició de madrina su hermana Teresa, niña de cuatro años. Los descontentos del gobierno del Conde de Santisteban escribieron a España acusando a la Virreina "de haberse entrometido en los asuntos administrativos con mayor gracia y mano que sus predecesoras". El Virrey refutó esas acusaciones tildándolas de calumniosas.

El Virrey Conde de Santisteban falleció el 17 de Marzo de 1666 en Lima, y el 10 de diciembre del mismo año se ausentó para España la Condesa con su familia.

8.-Doña Ana de Borja Centellas Doria y Colonna, Condesa de Lemos, Marquesa de Sarriá y de Gatinara y Duquesa de Taurisano, Gobernanta del Perú.

Prima y esposa del XIX Virrey del Perú D. Pedro Antonio de Castro y Andrade, X Conde de Lemos, Marqués de Sarriá y de Gatinara, Duque de Taurisano y Grande de España de primera clase. Ambos consortes eran nietos de San Francisco de Borja. Nació Da. Ana de Borja en Gandía en 1640 y era hija octava de D. Francisco Pascual de Borja y Centellas Doria y Carreto, VIII Duque de Gandía, y de la Duquesa Da.

Artemisa María Doria y Colonna, hija ésta del célebre Almirante Andrea Doria, Príncipe de Malfi, vencedor en Lepanto, y de la Princesa Juana Colonna.

Da. Ana de Borja contrajo primeras nupcias, sin sucesión, con D. Enrique Pimentel Enríquez de Guzmán Luna y Osorio, V Marqués de Távara, tío suyo y viudo dos veces.

Los Condes de Lemos llegaron al Callao el 9 de noviembre de 1667. El día 17 salieron de este puerto y el 21 entró el Virrey públicamente a Lima, mientras su esposa presenció la entrada desde un balcón de la calle de los Mercaderes, haciéndose conducir luego en una silla de manos a la Catedral.

El 7 de junio de 1668 se embarcó el Virrey en el Callao con destino a Puno para sofocar los disturbios sangrientos ocurridos en el asiento minero de Laycacota. "Al ausentarse de Lima el Virrey -dice el historiador Carlos A. Romero- no encomendó el gobierno del virreinato a la Audiencia, como estaba obligado a hacerlo, sino que lo puso en manos de su esposa, cuyas prendas y dotes especialísimas para representarlo con acierto conocía a fondo el Conde, quien para proceder así estaba autorizado por una real cédula fechada el 12 de junio de 1667. Parece que el Virrey había previsto el viaje a Puno y solicitó y obtuvo la cédula mencionada. La Condesa empuñó las riendas del poder y comenzó a ejercerlo el lunes 4 de junio de 1668. Dictó un bando contra los franceses, que hizo promulgar el 16 de junio, ordenando que fuesen denunciados a la autoridad, lo mismo que los bienes que tuvieren o compañías comerciales en que tuviesen participación, tanto en este reino como en los demás dominios españoles de América. Este bando, como todos los despachos y documentos emanados de su gobierno, estaba encabezado con este título: "Don Pedro Fernández de Castro y Andrade, Conde de Lemos, etc. y Da. Ana de Borja, su mujer, Condesa de Lemos, en virtud de la facultad que de Su Excelencia tiene para gobernar este reino, etc.". En 4 de junio de 1668 llegó al Callao el navío San Juan de Dios anunciando que en Santiago de Chile se había recibido por Gobernador al Marqués de Navarmorqüende, quedando preso el antecesor, que lo era D. Francisco de Meneses. El día siguiente asistió la Condesa a una misa cantada que en acción de gracias por ese suceso dijo el Canónigo Balcázar. La Condesa, que estaba en avanzadísimo estado de preñez, se hizo conducir en silla de manos e iba acompañada por los oidores, alcaldes de corte, contadores mayores y cabildo secular. El 31 de agosto llegó la noticia, por un buque venido de Panamá, que el 11 de julio anterior los piratas habían ocupado Portobelo, haciendo prisioneros a todos sus habitantes. Reunió la Condesa al acuerdo, que la facultó para enviar los socorros necesarios. Seis días después salieron del Callao dos bajeles conduciendo cerca de 400 soldados, armas, municiones, víveres y dinero. La eficacia de la Virreina Gobernadora premió Su Majestad conforme le fue representado por el Consejo de Indias, con su carta

real de 24 de junio de 1670, donde, entre otras expresiones de alta consideración, se consigna haber sido sin ejemplo su manera de acudir a prevenir aquella invasión; y después de este documento escribió el Rey Carlos II, de su propia mano, lo siguiente: "Condesa: de haberse ejecutado por vuestra mano y celo estas disposiciones del socorro de Puertobelo con la brevedad que pedía, háme dado mucho gusto todos los buenos efectos que han resultado de ello, de lo cual quedo con toda satisfacción y muy en mi memoria honraros y favoreceros como es justo". El 2 de noviembre llegó el Virrey al Callao después de una ausencia de seis meses menos cinco días. Gobernó, pues, la Condesa desde el lunes 4 de junio hasta el lunes 3 de noviembre de 1668, o sea seis meses menos un día”.

El Conde de Lemos falleció el 6 de octubre de 1672. La Real Audiencia se encargó entonces del gobierno y la Condesa viuda se retiró con sus cinco hijos a vivir en una casa particular, en la calle que por ello se llama de la Virreina, hasta el 12 de junio de 1675 en que se embarcó para Panamá llegando a Cádiz el 17 de marzo de 1676. Aquellos cinco hijos de la Condesa de Lemos fueron: María Alberta, nacida en Madrid en 1665; Ginés Miguel, nacido en Madrid en 1666 (llegó a Lima de catorce meses); Salvador Francisco, nacido en Lima el 11 de julio de 1668, mientras su madre ejercía el gobierno del virreinato; Rosa Francisca, nacida en Lima el 18 de septiembre de 1669; y Francisco Ignacio, nacido en Lima el 12 de abril de 1672. La Condesa de Lemos falleció en Madrid el 23 de septiembre de 1706.

9.-Doña Teresa María Arias de Saavedra Enríquez de Acevedo y Ulloa, Condesa de Castellar, Marquesa de Malagón y Condesa de Villa Alonso.

Sus títulos nobiliarios los tenía por derecho propio. Era, además, Señora de las Villas de Viso, Paracuellos, Fuente del Fresno, Fernán Caballero, la Porzuna, Benafarcés y San Miguel. Casó primero con D. Luis de Alencastre, hermano del Duque de Albeira; y en segundas nupcias con D. Baltasar de la Cueva Enríquez Arias de Saavedra Pardo Tavera y Ulloa, primo suyo, hijo segundo del VII Duque de Alburquerque, nombrado en 1673 Virrey del Perú.

Esta Virreina llegó al Callao con su esposo el 5 de agosto de 1674, los que hicieron una entrada privada a Lima el día 14 del mismo mes, durmiendo en su palacio. La entrada pública del Virrey fue el día 15. La Virreina la presenció desde los balcones de la casa situada en la esquina de las calles de las Mantas y los Mercaderes, acompañada de los hijos del Conde de Lemos.

Acusado y residenciado el Virrey Conde de Castellar asumió el gobierno del Perú en 1678 el Arzobispo de Lima D. Melchor de Liñán y Cisneros. Entonces el propio Conde se retiró a vivir a una quinta del pueblo de Surco, donde la Condesa su esposa dio a luz al hijo primogénito Fer

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nando, con cuyo motivo "toda esta nobilísima ciudad, haciendo corte la aldea, dióles muestras de su aprecio, y lo que antes parecía dependencia, después se conoció que era amor". El ex-Virrey fue desterrado a Paita, donde, después de catorce meses, se le permitió volver a Surco a reunirse con su familia. Absuelto de los cargos que se le habían hecho, el Conde regresó a España con su esposa, en 1681, ocupó una plaza en el Consejo de Indias y falleció en 1686.

10.-Doña Francisca Torraldo y Aragón, Duquesa de la Palata, Princesa de Massa y Marquesa de Tola.

Esposa del XXII Virrey del Perú D. Melchor de Navarra y Rocaful, Duque de la Palata. Ella poseía por derecho propio los enunciados títulos de Princesa de Massa y Marquesa de Tola. El Virrey y Da. Francisca su mujer llegaron al Callao el 19 de octubre de 1681 después de haber pasado por el valle de Bocanegra con un séquito de 27 literas. La Virreina llegó acompañada de su madre la Princesa de Massa y de su hija Da. Cecilia de Navarra y Torraldo, esposa del Conde de Belchite, de las reales casas de Aragón y de Navarra, los que tuvieron en Lima un hijo llamado D. Antonio Melchor de Híjar y Navarra.

Concluido su mandato en el Perú, el Duque de la Palata se embarcó para España con su familia, muriendo al llegar a la plaza de Portobelo, en Tierra Firme. Un día antes de su fallecimiento, su esposa la exVirreina y sus hijos habían partido en unos galeones para España.

11.-Doña Antonia Jiménez de Urrea Clavero y Sessé, Condesa de la Monclova y Condesa de Aranda.

Esposa del XXIII Virrey del Perú D. Melchor Portocarrero Lasso de la Vega, III Conde de la Monclova, Grande de España. Era hija de los Señores de Belveder y Condes de Aranda, descendientes de reyes y de elevadas dignidades. Llevaron el apellido de Urrea por haber ganado a los moros la villa de ese nombre. El patronímico de Jiménez procedía del Rey de Sobrarbe García Jiménez, Da. Antonia heredó el título de Condesa de Aranda, en tierra de Aragón, la cual se erigió en condado a favor de D. Lope Jiménez de Urrea, Señor de Rueda y Almonacir, el cual casó con Da. Catalina de Híjar, hija de D. Juan Fernández, I Duque de Híjar, de la que tuvo a Da. Beatriz, que casó con D. Juan Fernández de Heredia, II Conde de Fuentes, y a D. Miguel Fernández de Urrea, III Conde de Aranda. Por los Fernández de Heredia la Virreina estaba vinculada a la familia limeña de esos ilustres apellidos aragoneses.

Da. Antonia, que ya había sido Virreina de la Nueva España, entró a Lima en agosto de 1689. A poco dio a luz a su quinto hijo, D. Francisco Javier. El primogénito fue D. Antonio José, que heredó los títulos nobiliarios. De sus tres hijas, una de ellas, Da. Josefa, fugó del Palacio

de Gobierno, se refugió en el Convento de Santa Catalina y fundó después, con su dote, el Monasterio de Santa Rosa de Lima.

El Conde de la Monclova falleció en Lima el 22 de septiembre de 1705 y Da. Antonia, su mujer, se dirigió después a España.

D. Fernando Bravo de Lagunas y Bedoya, limeño, publicó en 1702 una traducción de la Galería de Mujeres Fuertes del jesuita Padre Moyne, traducción que dedicó a la Condesa de la Monclova.

12.-Doña Maria Ventura Guirior.

Sobrina y esposa de D. Manuei de Guirior, XXXII Virrey del Perú. Llegó a Lima, de Santa Fe de Bogotá, donde su marido había sido también Virrey, el 17 de julio de 1776, ingresando en forma privada. Ambos consortes procedían de una antigua familia de Navarra.

Por su juventud y su belleza esta Virreina fue muy popular y estimada en el Perú. Al recibimiento que al Virrey se hizo en la Universidad de San Marcos en 1778 asistió Da. María Ventura, siendo obsequiada con dos grandes zahumadores de plata. En una de las inscripciones o tarjas que se colocaron en los patios de la Univers dad estaba esta endecha en honor de la Virreina:

"De Santa Fé y de Lima es la Virreina
gran heroina, excelsa, incomparable,
no habiendo quien al verla no se asombre,
por mandar en las almas como Reina,

por juntar lo más serio con lo afable

y en fin por ser mujer del Mayor Hombre".

Terminado su mandato, Guirior se embarcó para España con su esposa. Allí se les dio el título de Marqueses de Gu'rior.

13.-Doña Mercedes Risco y Ciudad, Marquesa de Santa Rosa y Marquesa de Avilés.

Esposa del XXXVII Virrey del Perú D. Gabriel de Avilés y del Fierro, nacida en Lima en el año 1752. A los veinte años contrajo matrimonio con D. Domingo Jiménez de Morales, II Marqués de Santa Rosa (título concedido en 1710 a su padre D. Diego Bernardo Jiménez de Morales y Serrano, limeño, Caballero de Calatrava). Este II Marqués, víctima de constante enfermedad, requirió la permanencia y prolija asistencia de su esposa, la que lo cuidó con verdadera abnegación hasta su muerte, que ocurrió sin que los cónyuges hubieran tenido sucesión, por lo que Da. Mercedes heredó el título de Marquesa de Santa Rosa. En 1782 el Marqués de Avilés, que se hallaba en el Cuzco de jefe de las armas y que conocía las virtudes de la viuda del Marqués de Santa Rosa, pariente suyo, la solicitó para un segundo matrimonio, que motivó la marcha de la viuda al Cuzco.

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