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garla a los rebeldes), dejando constancia que no pudo servir en este prendimiento, pues "por su yndisposición no salía de cassa" 9.

A pesar de ello, con la primera mejoría volvió al campamento de Ate. Desde él salió con el general Pablo de Meneses a combatir a Girón a la hoya de Villacurí, participando en esta acción precipitada y sin fortuna que enlutó por segunda vez a las tropas fidelistas. Flóres debió de asistir al encuentro como hombre de a caballo, pues allí no luchó la infantería, pero ello tampoco nos lo muestra como propietario de la cabalgadura, ya que en esos días los Oidores las consiguieron prestadas para muchos 10.

Vuelto al campo real siguió con la Audiencia a Jauja, combatiendo posteriormente con la manga de arcabuceros en la batalla de Pucará, hecho que significó el final de la causa gironista. Francisco Hernández fué descapitado y el olor a pólvora se desvaneció. Las Guerras Civiles del Perú habían concluído 11.

Pero con el advenimiento de la paz el arcabucero quedaba sin oficio. El, ante todo, era un hombre de la guerra y le habían cerrado las puertas a su profesión. Muy bien lo entendió así don Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete y nuevo Virrey del Perú, quien por esta causa lo mandó ir con Antonio de Oznayo a Jaén de Bracamoros, el antiguo Pacamuru de los Incas, lugar que aún era de conquista. Y Flóres salió de Lima con dirección a esos lares sabiendo de antemano que eran “partes rremotas y lexanas...e tierra muy aspera e(de) montañas y en partes de yndios de guerra" 12.

La Jornada de los Bracamoros fué dura y penosa. Se luchó no sólo contra los aborígenes flecheros sino también contra el clima y las enfermedades. Pero lo más peligroso fué el punto a que llegaron los expedicionarios cuando salió a ellos con intención de cerrarles el paso Juan de Salinas, capitán que alegaba ser suya esa conquista. La situación se puso tensa y estaban por romper el uno contra el otro cuando arribó a ellos Juan Ramírez Zegarra, el amigo del arcabucero, con pliegos del marqués dirimiendo la contienda. Gaspar de Flóres apreció ser muy oportuna la llegada del comisionado, añadiendo que "juan rramirez hizo notable seruicio A Dios Nuestro Señor E a su magestad porque si él en aquella coyuntura no llegara E los metiera en paz, subcedieran mayores daños por estar los dichos capitanes desabridos, cada uno con gentil esquadrón y buena gente"

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Cumpiida la misión de Juan Ramírez, Oznayo encargó a Flóres y a otros soldados que lo escoltaran hasta ponerlo fuera del alcance de

9.—A.G.I. Pat. 129-N1-R3.

10.-A.G.I. Pat. 137-N2-R3.

11.—A.G.I. Pat. 137-N2-R3.

12.-A.G.I. Pat. 129-N1-R3.

13.-A.G.I. Pat. 129-N1-R3.

los indios, saliendo entonces protectores y protegido con dirección a la costa, a través de un camino lleno de flecheros emboscados 14.

No acabó aquí su vida militar. Vuelto a Lima se premiaron sus trabajos con una plaza de arcabuceros en la escolta virreinal. El mismo se autotitula "Residente en esta ciudad E gentilhombre de los arcabuceros de la guarda deste rreyno" 15. El nuevo oficio parece que lo obtuvo en los primeros días del gobierno de Lope García de Castro, pues en las listas y alardes de los Lanzas y Arcabuces del Virrey Conde de Nieva todavía no figura en ninguna compañía 16. Lo que si está claro es que cuando entró a gobernar don Francisco de Toledo, ya Gaspar de Flóres tenía su plaza de arcabuz 17.

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Al salir de Lima este Virrey para iniciar su famosa visita de la sierra, Gaspar de Flóres fué uno de los soldados escogidos para escoltarlo. Con dicho gobernante entró a la ciudad imperial y después de reposar allí un corto tiempo, salió, en mayo de 1572, con las tropas que Martín Hurtado de Arbieto llevó a la guerra de Vilcabamba. Este era el último refugio de los Incas descendientes del valeroso Manco 18. ΕΙ arcabucero, pues, debió de hallarse en la batalla que se dio a los indios en el puente de Chuquichaca y en la toma de la fortaleza de Huayna Pucara, así como en la captura de Túpac Amaru, el más desgraciado príncipe entre todos los de su dinastía. Según esta lógica, antes de volver al Cuzco, Gaspar de Flóres debió de asistir también a la fundación de San Francisco de la Victoria de Vilcabamba, población destinada a fracasar.

Prosiguiendo en la escolta virreinal se sabe que viajó hasta La Plata y Potosí, culminando sus campañas militares con la jornada que emprendió Toledo contra los indios chiriguanas. Y desde el río Pilaya, última región a la que llegaron los cristianos, Gaspar de Flóres volvió a Lima con la guardia del Virrey-legislador, ingresando a la Ciudad de los Reyes entre repiques de campanas el 20 de noviembre de 1575, víspera de la Presentación de Nuestra Señora 19.

Poco después, el I de mayo de 1577, contrajo matrimonio en ia parroquia del Sagrario, la más antigua de la capital, con la limeña María de Oliva, hija de Francisco de Oliva y de Isabel Herrera. Fueron testigos en la ceremonia Cristóbal de León, Antonio Lobato, Francisco Castilla y el capitán Juan Maldonado de Buendía, veterano y distingui

14.-A.G.I. Pat. 129-N1-R3.

15.-A.G.I. Pat. 129-N1-R3. 16.-En la "Relación de las personas que componían las Compañías de lanzas, arcabuces y alabardas en 6 de abril de 1562" no figura Gaspar Flores los y únicos que aparecen con el mismo nombre de pila (detalle que en algunos casos suele llevar a una posterior identificación), Gaspar Verdugo y Gaspar de Losada, descartan esta posibiidad por ser escuadras, graduación que nunca tuvo nuestro arcabucero.

17.-A.G.I. Pat. 137-N2-R3. 18.-A.G.I. Pat. 137-N2-R3.

19.-A.G.I. Pat. 137-N2-R3.

do militar en la guerra contra los gironistas. Esta boda fué la décima que se celebró aquel año en la citada iglesia parroquial 20.

Gaspar de Flóres y su mujer se radicaron en la Ciudad de los Reyes. El nacimiento de varios vástagos alegró su nuevo hogar qué, colindante con el Hospital del Espíritu Santo, se levantaba en el pintoresco barrio de San Sebastián 21. Allí, precisamente, en el terreno que ahora ocupaba su casa, se habían dado las primeras rosas que produjo la ciudad en 1552. "Este fué el principio que tuvo la rosa en el reino del Perú" 22, diría más tarde el padre Cobo al historiar las flores de la capital, sin saber que sus palabras tenían algo de proféticas. Y cerca del primer rosal, en la calle nombrada del Espíritu Santo por el Hospital que albergaba, nacería también por 1579 un niño mulato llamado Martín, que luego entraría de lego dominico 23. Pero es probable que nunca reparara en él Gaspar de Flóres, cuya presunta condición de cristiano viejo se había trocado, por decirlo así, en la de hidalgo de segunda fila. Se codeaba ya con familias conocidas de la capital, como lo eran las de Juan Vasco, Alférez que fué de Melchor Verdugo cuando se levantó en Trujillo 24, la del Contador Juan de Cáceres asesinado por Girón en la ciudad del Cuzco 25, y la de su antiguo amigo y compañero de armas Juan Ramírez Zegarra, cuyo padre no era otro que aquel Pedro de Casaus que fué Gobernador de Panamá cuando Gaspar de Flóres era un mancebo sin barbas radicado en Tierrafirme 26. Este Juan Ramírez Zegarra había sido Corregidor de Arequipa y estaba a la sazón casado con hija del Factor Bernardino de Romaní 27. Gaspar de Flóres, pues, había ascendido socialmente.

Arcabucero de Martín Enríquez de Almansa, del Conde de Villar y del segundo marqués de Cañete, aún proseguía en el oficio en marzo

20. "El primer libro de matrimonios de la parroquia del Sagrario de Lima" (continuación) en Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas. Núm. 8, pág. 290. Lima, 1955.

21. Vargas Ugarte, S. J., Rubén... Op. cit. pág. 19, 22 y 23. Se ha dicho, sin demostrarse, que Gaspar de Flóres tornó al Cuzco con su familia y que allí se radicó bastante tiempo. Todavía se conserva allá una casa huerta (en la calle de Quiscapata, cerca de la parroquia de San Blas) donde la tradición sostiene que vivió el arcabucero y su mujer. Parece basarse esta creencia en el "Annuarium Dominicanis" de fray Eugenio de Aldazábal, religioso predicador. De todos modos, es del caso apuntar que para muchos la madre de Santa Rosa sólo abandonó el Cuzco cinco meses antes del nacimiento de su milagrosa hija. Para estos, "por consiguiente: Santa Rosa fue cuzqueña por la concepción y limeña por nacimiento" (Carreño, Angel... "Orígen de los nombres de las calles del Cuzco colonial”— Cuzco 1951, págs. 53 y 60.

22.—Cobo, S.J., Bernabé... "Historia del Nuevo Mundo". Libro X, cap. XXXVII, pág. 411 del tomo LXXXXI (sic) de la Biblioteca de Autores Españoles (Madrid, 1956).

23. Vargas Ugarte, S. J., Rubén... "El Beato Martín de Porres" (Buenos Aires, 1949), cap. I, p. 1.

24.-A.G.I. Pat. 137-N2-R3. 25.-A.G.I. Pat. 129-N1-R4.

26.-A.G.I. Pat. 129-N1-R3.

27.-Busto, José Antonio del... "La Casa de Peralta en el Perú". Tesis universitaria, Lima, 1953, pág. 192.

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de 1605 con don Gaspar de Zúñiga y Acebedo, conde de Monterrey 28. Su fortuna de soldado no debía ser muy despreciable a pesar de no haber llegado a encomendero. Pero un tiempo que sirvió en Quive como administrador de un obraje, allá por 1597, lo debió de ayudar mucho en su afán de hacer dineros. No en vano mantenía trece hijos, aunque algunos, es verdad, fallecieron niños 29. A estas alturas Gaspar de Flóres era hombre que pasaba los setenta años de edad y aunque sabía firmar, no prueba ello que supiera leer y escribir 30. A pesar de esto, al romper el siglo XVII, podía asegurarse que Gaspar de Flóres había triunfado en la vida. Hijos, bienes y prestigio así lo pregonaban. Pero ya el soldado estaba viejo y su vida se iba apagando como la reseca mecha de arcabuz privada de contacto con el viento. Y de este modo es como silencian su nombre los escritos para dar paso al de su hija, Rosa de Santa María, la vírgen dominica de la parróquia de San Sebastián, en el mundo Isabel Flóres, la hija del Arcabucero. *

28.-A.G.I. Pat. 129-N1-R4.

29. Vargas Ugarte, S. J., Rubén... "Vida de Santa Rosa de Santa María" (Lima, 1951), págs. 22, 23 y 32.

30.-A.G.I. Pat. 129-N1-R3; Pat. 129-N1-R4; Pat. 137-N2-R3.

Este artículo fue leído como conferencia, el 23 de octubre de 1959, en el Acto
Académico anual que se llevó a cabo en el Instituto Riva-Agüero.

El Banco de la Emancipación

Por CARLOS CAMPRUBI ALCAZAR

Con este título presentamos el trabajo que hemos realizado sobre el primer banco que se creara en el Perú en 1822, y cuyo verdadero nombre fué el inexplicablemente olvidado de "Banco Auxiliar de Papel Moneda". El motivo de haber empleado aquel título no es sólo el de expresar simple y objetivamente el momento en que nace y vive, para su mejor identificación cronológica en el proceso histórico nacional, sino el de indicar su pronunciado e indudable carácter político. A nuestro juício, más que apoyo a la actividad económica, que fué prácticamente nulo, el Banco significó un medio de afirmación política. Y en esta característica reside una de las principales causas de su corta y desventurada vida, ya que su destino se halló estrechamente unido a la rápida terminación de la campaña libertadora, la cual, contra lo calculado, se prolongó por varios años dilatando así la cohesión política y económica del país y haciendo imposible el brote y desarrollo del crédito monetario. Y a aquella característica debe también, que su configuración fuera mientras vivió la de una oficina fiscal, en contraste con la autonomía que sensatamente preconizaran quienes elaboraron las bases del sistema para alejar de ese modo la dañina influencia de la política o el abuso gubernativo. Poco había de esperarse de un banco que nacía como hijo de la necesidad, de la guerra y de la angustia económica, no obstante el optimismo y la esperanza puestos al servicio de la idea con no poca mezcla de valor y azar.

Absorbió poco de lo bueno y mucho de lo malo de una época agitada y singular de la historia nacional, es decir el patriotismo, la desorientación, el temor y la desconfianza y cierta dosis de desdén por la transformación política y social; fué la primera entidad financiera peruana que se creara con afán libertario; movilizó en su proceso de fundación a quienes encarnaban entonces el movimiento emancipador; contó con la adhesión de los mismos sectores a los cuales se consultara la independencia política del Perú; hubo en su nacimiento mucho de manifestación democrática; simbolizó la fuerza económica de los ejércitos en lucha y de la nueva administración pública; opacó en ese corto período a viejas y poderosas instituciones coloniales, como la Casa de Moneda y el Tribunal de Consulado; cortó la continuidad del tradicional sistema restrictivo español en materia bancaria y crediticia; fué cabal expre

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