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los padres pertenecia, é á los hermanos é parientes mas propinquos quando los hay; pero que debia considerar como era huérfana del Rey su padre, é carecia del beneficio de la Reyna su madre por su larga é grave enfermedad, y que el Rey su hermano no solamente tenia poco cuidado del casamiento que le cumplia, mas tenia voluntad de la casar donde á él placia y á ella no venia bien; y que donde tantos casos ocurrian, todo empacho quitado debia aclararse, y entender en la conclusion de su casamiento. Y que debia considerar, que los Príncipes que la demandaban eran el Rey de Portogal, y el Duque de Guiana hijo del Rey de Francia, y el Príncipe Don Fernando de Aragon; y que no veian por agora otro Rey ni Príncipe en la christiandad que debiese contraer con ella matrimonio; y que las calidades que en estos Príncipes y en sus señoríos ocurren, ella las sabia bien, porque en su presencia diversas veces se habia platicado, en las quales pláticas siempre habian concluido, que como quier que el Rey de Portogal y el Duque de Guiana eran notables Príncipes, pero que se hallaba el casamiento con el Príncipe de Aragon ser mas conveniente que otro ninguno, porque era Príncipe de edad igual con la suya, é porque esperaba la subcesion de Aragon y de los otros señoríos del Rey su padre, que confinan con los Reynos de Castilla, en que esperaba con el ayuda de Dios subceder; é porque estos Reynos é señoríos juntos con ellos puestos en un señorío, era la mayor parte de España. Allende desto decia, que todos los Grandes del Reyno á quien sobre esta materia habia consultado, quier en público, quier en secreto, por descargo de sus consciencias le habian embiado á decir, que por el bien destos Reynos, dexadas todas las otras cosas, lo concluyese con él. Y no solamente los Grandes, mas los Perlados, los clérigos, los caballeros, los fidalgos, los cibdadanos, y generalmente todos los tres estados y comunes del Reyno mostraban placerles del matrimonio con el Príncipe de Aragon, por las utilidades y conveniencias que en él mas que en otros parecian, y les pesaria si en otra parte lo concluyese. Por ende que mirando quanto cumplia á su servicio y bien destos Reynos luego aclarase su voluntad, pues tenia presentes servidores tan leales, á quien con entera confianza lo podia decir. Y que no lo tuviese mas suspenso, porque dello ge le podia recrecer del servicio, y en estos Reynos de Castilla grandes é irreparables daños, de que Dios Nuestro Señor seria deservido. La Princesa, oidas estas razones, conociendo que gelas decian con zelo de leal

tad, dixo, que Dios testigo de los corazones sabia que pospuesta toda aficion miraba solamente lo que al bien destos Reynos cumplia. Y pues los votos de los Grandes del Reyno eran en esto conformes, do parecia placer á Dios, ella, conformándose con su voluntad, se remitia al parecer de todos; é dió luego comision á este Gutierre de Cárdenas, su criado y Maestresala, para lo concluir. Este Caballero fué luego á las personas que para esto eran deputadas por el Rey de Aragon, que le estaban esperando para entender en esta materia; y en fin plogo á la voluntad de Dios, que lo concluyese con el Príncipe de Aragon, segun le fué consejado por los Grandes del Reyno. E luego partió de Madrigal, é fué para Hontiveros, aldea de la cibdad de Avila, donde vino el Arzobispo de Toledo que lo trataba, y de allí fué para Valladolid, donde estaba el Almirante Don Fadrique, abuelo del Príncipe, y Don Pedro de Acuña Conde de Buendía, é Don Íñigo Manrique, Obispo de Coria, é otros algunos Caballeros que para la conclusion deste casamiento fueron juntos en aquella villa. Donde vino luego el Príncipe de Aragon, é con él Don Pedro Manrique, Conde de Treviño, Adelantado mayor del Reyno de Leon, é otros Caballeros de Aragon, y celebraron sus bodas (1), de las quales plogo mucho á toda la mayor parte de los Grandes y Caballeros del Reyno; principalmente plogo á todas las comunidades y pueblos dél.

(1) Es muy notable en esta Crónica el defecto de fechas. El casamiento de los Reyes se celebró en Valladolid Miércoles 18 de Octubre, dia de San Lucas, de 1469, en las casas de Juan de Vivero. El Príncipe dió en arras á Borja y Magallon en el Reyno de Aragon, en Valencia á Elche y Clevillente, y en Sicilia á Zaragoza y Catania. Los capítulos de la concordia celebrada al tiempo de estas bodas trae à la letra Enriq. del Castillo, Crónic. de Enrique IV, cap. 155. Bernald., Crónic. de los Reyes Católicos, cap. 9. Galind., Memor., año 1469. Aun es mas notable que el Cronista, poniéndose á escribir de propósito la historia de los Reyes Católicos, no apunte el nacimiento y descendencia de uno y otro. La Reyna Doña Isabel nació en Avila (otros dicen en Madrigal) en 19 de Noviembre dia de Santa Isabel de 1450. Fué hija del Rey Don Juan II de Castilla, y de su segunda muger Doña Isabel, hija del Infante Don Juan de Portugal y nieta de Don Enrique el Enfermo y de Don Juan II de Portugal. El Rey Don Fernando nació en Sos, villa del Reyno de Aragon en los confines de Navarra, á 10 dias de Marzo de 1452. Fué hijo de Don Juan II de Aragon y I de Navarra y de su segunda muger Doña Juana, hija de Don Fadrique Enriquez, Almirante de Castilla y nieto por su padre del Rey Don Fernando de Aragon el elegido en Caspe, hermano de Don Enrique III, abuelo de la Reyna. Por consiguiente, eran estos Principes primos segundos. No me ha parecido deber omitir esta genealogia, aunque comun, por la luz que da á la Historia y porque sin ella apenas se podrían entender muchos sucesos, como se verá adelante. Bernald., Crónic. de los Reyes Católicos, cap. 8 y 9.

COMIENZA LA CRONICA

DE LOS MUY PODEROSOS Y EXCELENTES

DON FERNANDO É DOÑA ISABEL,

PRÍNCIPES HEREDEROS

DE LOS REYNOS DE CASTILLA Y DE ARAGON.

CAPÍTULO PRIMERO.

Como el Príncipe y la Princesa embiaron tres caballeros al Rey Don Enrique á le hacer saber su casamiento.

Celebradas las bodas de los muy excelentes Príncipes Don Fernando é Doña Isabel de Castilla é de Aragon (1), acordaron de embiar al Rey Don Enrique su hermano tres caballeros: el uno de la Casa del Rey de Aragon, que se llamaba Mosen Pero Vaca, é otro que se llamaba Diego de Ribera, Ayo que fué del Príncipe Don Alonso, é otro que se llamaba Luis de Antezana. Con los quales le embiaron hacer saber su casamiento, é que le pedian por merced que lo oviese por bien, pues habiéndose hecho con madura deliberacion, é con placer de todos los del Reyno, parecia ansimesmo que plogo dello á Dios, é que fuese cierto que ellos estaban en propósito de le servir y estar á toda su obediencia como

(1) La Princesa ántes de concluir su casamiento habia embiado de Valladolid, con fecha de 12 del mismo Octubre, una larga carta al Rey su hermano, de que Pulgar no hace mencion. En la cual le manifestaba los motivos porque de comun consentimiento de los Grandes que para este efecto habia llamado, habia preferido el casamiento del Príncipe de Aragon á los demas que se le habian propuesto, recontando los agravios que en perjuicio de lo tratado su hermano le habia hecho, ya procurando casarla con el Rey de Portugal para alejarla del Reyno, ya mandando á los de Madrigal que la pren diesen, y dando la villa de Arévalo al Conde de Plasencia, que era de la Reyna madre; no obstante todo lo cual ella se ofrecia á dar al Rey tal seguridad por sí y por el Príncipe de Aragon, que el Rey fuese contento, y ofrecia que entrambos le servirian como hijos, si quisiese recibirlos como tales, y cumplirian fielmente sus mandatos como de Rey y Señor. A la cual carta el Rey no respondió hasta que celebradas las bodas, siete dias despues embiaron segunda vez otra carta por estos embajadores Mosen Pero Vaca, por parte del Príncipe, Diego de Ribera, por la Princesa, y por el Arzobispo de Toledo Luis de Antezana, en la cual insertaban la concordia de su casamiento y es la misma que aquí extracta Pulgar, y trae à la letra como la antecedente Enriq. del Castillo, Crón. de Don Enriq. IV, cap. 134 y 155. He querido extractar la carta antecedente, por la alta idea que presenta de la Princesa Doña Isabel y del respeto que siempre tuvo al Rey su hermano aun despues de jurada por heredera. Enriquez, Cron. de Enriq. IV, cap. 34.

Cr.-III.

é

hijos; é que no le moviesen informaciones de personas que deseaban indinarle contra ellos, á fin de poner necesidades é hacer alteracion en el Reyno por sus proprios intereses, segund veia por experiencia que lo habian acostumbrado. Ansimesmo le suplicaban que no le ploguiese hacer mudanza, ni tomar otros propósitos nuevos contra lo que habia asentado é jurado cerca de su subcesion, porque aquello tal redundaria en grand deservicio de Dios suyo é daño destos Reynos. El Rey, oidos aquellos embaxadores, respondióles que esperaba algunos Grandes de sus Reynos que presto habian de venir á su Corte, con consejo de los quales embiaria su respuesta. Esto fué respondido por consejo del Maestre de Santiago, al qual pesó mucho de aquel matrimonio, porque tenia el Marquesado de Villena, que habia seydo del Rey Don Juan de Aragon, padre del Príncipe, y el Maestre de Santiago tovo tal manera, que el Rey quando era Príncipe se conformase con el Rey Don Juan su padre, para echar del Reyno al Rey de Aragon que era estónces Rey de Navarra, é al Infante Don Enrique su hermano, é los desheredase de todo el patrimonio que el Rey Don Fernando de Aragon su padre les habia dexado en Castilla, segund en la Crónica del Rey Don Juan es mas largamente recontado. Este Maestre Don Juan Pacheviendo que tenia el patrimonio del Rey de Aragon, siempre vivió con recelo de lo perder, como viven aquellos que poseen cosas agenas. E por lo sostener, continamente ponia indinacion entre el Rey Don Enrique y el Rey de Aragon, porque la discordia entre estos dos Reyes entendian ser remedio para poseer lo que tenia del Marquesado de Villena, y el Maestradgo de Calatrava, que tenia su sobrino Don Rodrigo Tellez Giron, fijo de su hermano Don Pedro Giron; el qual habia poseido Don Alonso, hijo bastardo del Rey de Aragon. E considerando que este casamiento del Príncipe de Aragon con la Princesa fortificaba mucho la parte que tenia en el Reyno de Castilla, é que era camino para que su hi16

CO,

jo perdiese el Marquesado de Villena, del qual le era ya hecha merced é dado el título de Marqués, quisiera mucho que aquel casamiento no se hiciera. E por aquella causa, no solamente movia discordia entre el Rey é la Princesa su hermana, mas daba lugar que cada uno de los Grandes é otros caballeros del Reyno se apoderasen del patrimonio real, por quitar de todas partes las fuerzas al Príncipe, é ponerlo en necesidades tanto grandes, que entendiese que la menor de todas fuese cobrar el Marquesado de Villena que él tenia ocupado, y el Maestradgo de Calatrava que tenia su sobrino, hijo del Maestre su hermano que era ya fallecido. En el año siguiente del Señor de mil é quatrocientos é setenta años, allí en Valladolid fué notificado al Príncipe é á la Princesa que el Rey Don Enrique queria mover guerra contra ellos para los echar del Reyno, é que requeria para ello algunos Grandes é caballeros. Esto sabido, hubieron consejo de ir á la villa de Dueñas, que era de Don Pedro de Acuña, Conde de Buendía, hermano del Arzobispo de Toledo, donde estuvieron algunos dias; é allí parió la Princesa á la Infanta Doña Isabel su hija (1), primero dia de Octubre deste año de mil é quatrocientos é setenta años. Estando en aquella villa, algunos Grandes é Perlados del Reyno que supieron como el Rey Don Enrique queria mover guerra contra ellos por los echar del Reyno, sintiéndolo grave, les embiaron ofrecer que les ayudarian con sus personas é casas, para defender la subcesion del Reyno que pertenecia á la Princesa, é que no consentirian que otro alguno la oviese desde aquellos dias. El Rey Don Enrique, por consejo del Maestre de Santiago, é de otros algunos que pensaban acrecentar sus estados habiendo discordia en el Reyno, mostró indinacion contra la Princesa su hermana por causa del casamiento que habia hecho sin su consentimiento; é poniéndolo por obra le tomó las rentas de la villa de Medina del Campo, é las otras rentas que tenia para su mantenimiento, las quales le habia dado al tiempo que la juró por Princesa é subcesora del Reyno. En este año no pasó otra cosa que sea de contar, salvo que el Maestre de Santiago embió secretamente al Rey de Francia á le decir que embiase su embaxada á pedir por muger para el Duque de Guiana su hermano, á Doña Juana que se decia Princesa é hija del Rey, é que él ternia manera con el Rey que

(1) Esta Princesa tratada primero de casar con el Delfin de Francia que despues fué Carlos VIII, segun parece por el tratado de alianza hecho entre Luis XI y los Reyes Católicos, luego que éstos subieron al trono, en París á 30 de Enero de 1475, casó despues con Don Alonso, Príncipe heredero de Portugal, hijo de Don Juan II de aquel Reyno. Pero habiendo muerto desgraciadamente de la caida de un caballo poco tiempo despues de sus bodas, sucedió despues à Don Juan en el Reyno de Portugal el Duque Don Manuel, primo hermano del difunto, y casó con esta Princesa. Tuvo de ella á Don Miguel, de cuyo parto murió su madre en 23 de Agosto de 1498. El Príncipe Don Miguel murió poco despues en Granada en 20 de Julio de 1500, ya jurado Príncipe de España y Portugal. Galind., Memor., año de 1470. Mariana, lib. 25, cap. 14; lib. 27, cap. 3. Trae el Tratado de alianza que citamos el Abad Lenglet en su Edicion de las Memorias de Comines, T. III, p. 562, Preuv. n. CCXXVI,

gela diese é oviese con ella la subcesion del Reyno de Castilla.

CAPÍTULO II.

Como el Rey Don Luis de Francia embió su embaxada á pedir por muger á Doña Juana, que se decia hija del Rey Don Enrique, para el Duque de Guiana su hermano.

En el año siguiente del Señor de mil é quatrocientos é setenta é un años (2), el Rey de Francia, mostrando grande enojo porque la Princesa no quiso aceptar el matrimonio que por su parte le fué movido para el Duque de Berry su hermano, é por que lo concluyó con el Príncipe de Aragon, embió al Cardenal de Albi é otros Caballeros con él al Rey Don Enrique, á le demandar por muger para el Duque su hermano á la que llamaban Princesa é decian ser su hija. Y estando el Rey en su palacio en la villa de Medina del Campo, é con él el Maestre de Santiago, y el Duque de Arévalo, y el Arzobispo de Sevilla, y el Obispo de Sigüenza, y el Obispo de Búrgos, é Don Rodrigo Alonso Pimentel, Conde de Benavente, é otros Caballeros é Perlados de su Consejo, aquel Cardenal propuso su embaxada, en la qual recontó el amor que siempre fué entre los Reyes de Francia é de Castilla, é la paz que de largos tiempos se habia guardado entre los súbditos de la una parte é de la otra. É despues propuso la materia de aquel casamiento que traia en cargo, é dixo al Rey que le ploguiese de dar su hija la Princesa en matrimonio para el Duque de Guiana, hermano del Rey de Francia, porque se continase el amor que antiguamente habia seydo entre los Reyes de Francia é de Castilla. Oida por el Rey esta embaxada, plógole mucho é respondió á aquel Cardenal é á los Caballeros que venian con él, que le placia de dar su bija en casamiento á aquel Duque de Guiana, é de le otorgar la subcesion del Reyno; é luego mandó poner grand diligencia para que se concluyese. É porque la Reyna Doña Juana é aquella Doña Juana, su hija, estaban en la villa de Buytrago, acordaron que el Rey é todos los que estaban con él, é asimesmo el Cardenal é todos los caballeros Franceses que venian en aquella embaxada fuesen á Lozoya, que es cerca de Buytrago, porque mas prestamente se concluyese el desposorio. É poniéndolo por obra, la Reyna Doña Juana é su hija con ella, y el Marqués de Santillana, Don Diego Hurtado de Mendoza, é los Condes de Tendilla é de Coruña, é Don Juan de Mendoza, é Don Hurtado de

(2) Pulgar adelanta estos sucesos un año. El desposorio de Doña Juana con el Duque de Guiana se hizo en Lozoya viernes 26 de Octubre de 1470. Desposóse con ella el Conde de Boloña que traia poderes del Duque junto con el Señor de Monacorsi. El Cardenal y el Señor de Torcy venian en nombre del Rey para autorizar los tratos. Tomóles el Cardenal las manos y los desposó. Ferreras y Zurita llaman equivocadamente á este Cardenal Guillermo, y aun por eso el primero no le encontraba en las promociones de Calisto III ni de Pio II. Llamábase Juan Godofredo de Arras, y fué creado por Pio II en las Temporas de Diciembre de 1461. Enriquez, Crón, de Enriq. IV, cap. 143 y 145. Zurita, lib. 18, cap. 31. Mariana, ib. 23, cap. 15. Hermilli, Trad. de Ferrer, T. VII, p. 241,

Mendoza, sus hermanos, que venian con ella, salicron de la villa de Buytrago quanto una legua camino de Lozoya, donde estaba esperando el Rey y el Cardenal é los otros que habemos dicho. É allí en el campo el Rey, y el Maestre, é todos los otros Duques é Condes que con él vinieron, por las grandes dádivas é maravedis de juro de heredad, é promesas de mercedes de vasallos, é de otras rentas que el Rey Don Enrique les dió é prometió, juraron de nuevo á aquella Doña Juana como á hija del Rey por Princesa heredera de Castilla. El Marqués de Santillana ni el Obispo de Sigüenza ni los otros sus hermanos no hicieron aquel juramento, porque dixeron que ya lo habian hecho al tiempo que por todos los del Reyno generalmente habia seydo jurada. É luego el Cardenal de Albi, por poder que tenia del Duque de Guiana, se desposó por palabras de presente con aquella Doña Juana como Princesa heredera del Reyno. Hecho aquel acto, el Rey Don Enrique é la Reyna su muger, é aquella Doña Juana, y el Cardenal de Albi, y el Maestre, é todos los otros Duques é Perlados é Caballeros que estaban con el Rey, fueron para la cibdad de Segovia donde les fué hecho solemne recebimiento. É allí estovo el Cardenal é los otros caballeros Franceses pocos dias; y el Rey les dió de sus dones, é los despidió. De aquel desposorio pesó mucho á todos los mas de los Grandes é Caballeros del Reyno, especialmente á las comunidades de las cibdades é villas, porque entendian que era materia de escándalo é de guerras en el Reyno, é afeaban mucho á los que vencidos de cobdicia, tan varios juramentos hacian unos contrarios de otros; é asi por esta causa como por las tiranías que se hacian en el Reyno sin resistencia ni castigo, quanto mas el Rey y el Maestre estaban en odio de los comunes, tanto el Príncipe é la Princesa crecian en amor del pueblo, é siempre se confirmaba mas en las intenciones de todos su derecho de la subcesion. Como esta Doña Juana fué desposada con el Duque de Guiana, luego el Maestre de Santiago se apoderó della, pensando que teniéndola en su poder ternia el Rey mas cierto á lo que quisiese, é que su estado sería mas conservado é acrecentado por causa della. Sabido por el Príncipe é la Princesa el acto de casamiento hecho cerca de Lozoya, é como el Rey mostraba clara enemiga contra ellos, la qual el Maestre de Santiago despertaba é hacia que se continuase por lo que dicho habemos, acordaron de escrebir al Rey una letra en la forma siguiente.

«Muy alto é muy poderoso Príncipe, Rey é Señor: » Vuestra Señoría sabe como en el mes de Octubre ndel año pasado ovimos embiado á Vuestra Alteza nuestras letras con Mosen Pero Vaca é Diego de Ribera é Luis de Antezana, con cierta creencia por #escripto; la qual en efeto contenia primeramente »facer saber á Vuestra Alteza el casamiento nuesstro, é la razonable causa porque para ello no se »habia esperado el mandato é consejo é consentimiento de Vuestra Real Señoría, é despues certifi» cando á aquella como se habia hecho con puro

>> respeto del servicio vuestro, pidiendo por merced » á Vuestra Alteza, que si por haberse hecho así al» gun desgrado oviese habido, quisiese por nos ha>>cer merced de ponerlo, ofreciéndole nuestra filial >>obediencia é servicio, lo mas acatada é homilmen»te que podimos, con ofrecimiento de suficientes >> certinidades é seguridades para lo mostrar en obras » segund en la dicha creencia mas por extenso se » contiene. Esta embaxada Vuestra Real Señoría re»cibió é oyó graciosamente, é nos respondió que >> como viniesen á vuestra Corte algunos grandes >> destos vuestros Reynos que esperaba, entenderia >>en ello é nos responderia. La qual respuesta, muy >> poderoso Señor, de dia en dia habemos atendido nen la paz é sosiego é obediencia que Vuestra Mer»ced ha visto, é aun en este comedio, aprobando »en obras nuestras palabras habemos dado órden, rogando á esta muy noble villa de Valladolid, é á >> las otras cibdades, villas é tierras que no estaban »á vuestra obediencia, que en ella se pongan; é si » otra cosa nos queda de hacer para mostrar el >> amor é filial deseo que tenemos á vuestro servicio, >> prestos estamos para lo complir. É, muy excelente » Señor, ya son pasados cerca de quatro (1) meses, »é Vuestra Señoría no nos ha respondido. Agora por » muchas partes habemos seydo informados é avisa»dos que en lugar de aceptar nuestra justa suplica>>cion, por algunos rodeos é maneras muy poco >> complideras á vuestro servicio é á la paz é sosiego >> destos vuestros Reynos, se procuraban de meter »gentes estrangeras, á esta vuestra nacion muy » odiosas, é de hacer otros movimientos contra nos» otros é contra la derecha é legítima subcesion á »nos perteneciente. La qual Vuestra Alteza de su » libre voluntad, usando de razon é de justicia, juró >> á mi la Princesa en pública plaza, estando en vues>>tro poder en las vistas de Guisando, en presencia » del Legado de nuestro muy santo Padre, é con su » autoridad; é aquello mesmo hizo allí jurar á los » muy reverendos in Christo padres Arzobispo de >> Toledo é de Sevilla, é al Maestre de Santiago, é >> Conde de Plasencia, é Obispos de Búrgos é Coria, »á otros Duques é Condes é Ricos-Hombres que allí » á la sazon se acertaron; é despues en la villa de » Ocaña por mandamiento de Vuestra Señoría lo ju>> raron otros muchos Perlados é Caballeros, é Pro» curadores de las cibdades é villas destos Reynos » segun Vuestra Merced bien sabe, é á todos ellos es >> notorio. É, muy excelente Señor, porque nosotros » todavía estamos é permanecemos en el deseo que

(1) Segun eso esta carta debió escribirse á últimos de Febrero de 1470. De donde se deduce mas claro el error de Pulgar, que adelanta estos sucesos al año 71, debiendo referirse al anterior. Enriquez del Castillo trae tambien esta carta aunque muy diminuta en su Cron., cap. 142. Tampoco es cierto que la causa de escribir los Príncipes esta carta fuera la que aquí se explica de haber sabido lo hecho en Lozoya, que no fué sino algunos meses despues, en el de Octubre, como dejamos notado, ni en su contenido se hace mencion de tal cosa, sino los rumores que se habian esparcido de que el Rey queria revocar el juramento hecho á favor de su hermana y hacerlo de nuevo á favor de su pretendida hija.

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