Biblioteca selecta de literatura española o modelos de elocuencia y poesia: tomados de los escritores mas célebres desde el siglo XIV hasta nuestros dias, y que pueden servir de lecciones prácticas á los que se dedican al conocimiento y estudio de esta lengua, Volumen1

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en la imprenta de Lawalle joven y sobrino, 1819

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Página 130 - Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Página 130 - ¡Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra!
Página 397 - ... que parecía se iba a buscar de comer forzada de la necesidad; los brazos, secos; las manos, como un manojo de sarmientos cada una. Mirado de medio abajo, parecía tenedor o compás, con dos piernas largas y flacas.
Página 305 - ... hablo de las letras humanas, que es su fin poner en su punto la justicia distributiva y dar a cada uno lo que es suyo, entender y hacer que las buenas leyes se guarden: fin por cierto generoso y alto y digno de grande alabanza; pero no de tanta como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.
Página 365 - Atocha hubiera puesto una carta mejor que la que él me envió, sobre el matrimonio de la niña... Y no es ningún Catedrático, ni Bachiller, ni nada de eso; sino un cualquiera, como quien dice, un hombre de capa y espada, con un empleillo infeliz en el Ramo del viento que apenas le da para comer...
Página 132 - Laurcalco, señor de la Puente de Plata; el otro de las armas de las flores de oro, que trae en el escudo tres coronas de plata en campo azul, es el temido Micocolembo, gran duque de Quirocia; el otro de los miembros giganteos, que está á su derecha mano, es el nunca medroso Brandabarbarán de Boliche...
Página 131 - No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza. La justicia se estaba en sus propios términos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor y los del interese, que tanto ahora la menoscaban, turban y persiguen.
Página 133 - En estotro escuadrón vienen los que beben las corrientes cristalinas del olivífero Betis; los que tersan 'y pulen sus rostros con el licor del siempre rico y dorado Tajo...
Página 161 - ... el mayor bien que tenemos es la ignorancia de las cosas humanas, con la cual vivimos los pocos días que duramos , como quien en sueño pasa el tiempo de su dolor.
Página 178 - Y lo segundo, no guarda una regla generalmente con todos y en todos los tiempos, sino en cada tiempo y en cada ocasión ordena su gobierno conforme al caso particular del que rige. Lo tercero, no es gobierno el suyo que se...

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