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dable que se ha fijado en nuestra imaginacion ese testo del libro de Ester, y no sin motivo. Hoy doce de octubre de mil ochocientos treinta y ocho, es cumplido el año en que La Voz de la Religion se hizo oir por primera vez; y aquel dia lo será para nosotros de eterna memoria; lo tendremos por santo y festivo, con muy parecidas causas á las que dieron ocasion al Autor sagrado para asi prevenirlo á su pueblo. Devorábamos allá en lo profundo del alma un sentimiento sin igual, por el largo espacio de cuatro años, al ver los bruscos ataques que de momento á momento sufria la Religion santa que profesamos. Una voz enérgica, pero solo para nosotros perceptible, La Voz de la Religion misma clamaba á los oidos de nuestra alma, sin dejarlo de hacer nunca : clama y no ceses, nos decia, levanta tu voz como de trompeta; anuncia á mi pueblo, el pueblo español, sus maldades, y á los hijos de la Religion sus pecados: arguye, corrije, reprende, denuncia desórdenes, avisa de peligros, presenta la ley, pi

de su observancia, reclama á favor de la justicia, ponte en fin al frente por muro de la casa de Israel, y como el Macabeo, tira de tu espada, y dí á todos los católicos españoles que te imiten y sigan.

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A, á, á, Señor, soy niño, no sé hablar; no importa, oiamos redargüirnos; yo estoy con vosotros. Sin embargo, desconfiábamos de nosotros mismos; las terribles circunstancias, la ocasion.... unas Cortes reunidas que habian sido Constituyentes, y ya entonces ad nullum genus pertinentes, erigidas en Concilio, quedadas solo con el fin de dar al través en España con la nave de Pedro, examinaban rápidamente los artículos de aquello que llamaron proyecto de arreglo del clero, pero que realmente era su ruina y esterminio; el mayor calor y locura de los partidos clamando por su aprobacion; la prensa periódica dividida en opiniones; una parte del clero mismo decidida y apandillada por aquel cisma monstruoso, eran, sí, circunstancias que nos hacian creer inúti

les é incapaces todos los opuestos esfuerzos.

Los Prelados desde sus Sillas, los: que quedaban, y los otros desde sus destierros, no cesaban de representar por el bien de la Iglesia; pero si eran oidos, el público ignoraba lo que hicieran y lo que lograran. Debia, pues, hablarse, preciso era escribir; interesaba á la causa de Dios prevenir los ánimos, hacer contraresto aunque fuese en vano. En tal apuro nos decidimos: en nuestra imaginacion se presentó al vivo el suceso de los Hebreos cautivos en Egipto; el decreto ya dado contra ellos de destruccion y de muerte: veíamos los patíbulos levantados para suspender en ellos á todos los cristianos fieles: veíamos el envanecimiento y orgullo de los sectarios de la iniquidad; cantaban ya la victoria por suya; quiescere faciamus dies festos Dei à terra; hagamos desaparecer de sobre la tierra las solemnidades católicas, decian; no se oiga ya jamás pronunciar entre nosotros el nombre de Roma; et non nominetur nomen Israel

ultra; seamos una Iglesia independiente, nacional; una Iglesia civil; mas bien, plántese el ateismo.

Pero aqui el prodigio! El dia doce de octubre es desde el principio del catolicismo bien memorable para España. Maria Santísima, Señora nuestra, Vírgen y Madre de Dios, Madre de la Religion, y verdadera Madre y Patrona de los españoles, tiene hoy su celebridad por uno de sus singulares favores para nosotros. Maria Santísima, su adorable y santa Imágen, colocada sobre la altura de la columna en Zaragoza, dá testimonio á los siglos de que ella es la firme columna de la Religion en España. Pues bien, á esta Señora, á quien ha sido dada la virtud sola para destruir todas las heregias en todo el mundo, encomendamos nosotros nuestra empresa; y el resultado ha correspondido fielmente, y cual lo creimos, con nuestras esperan

zas.

A tí, sí, oh Virgen purísima! tú lo sabes, dirigimos préviamente nuestras preces; al abrigo de tu columna pusi

mos

mos nuestros trabajos, y á semilla tan despreciable tu virtud sola la ha hecho producir frutos copiosos y sazonados: como el envilecido Mardocheo, acudiá tí, oh Madre bendita! porque eres la verdadera Ester prodigiosa; ¡y tantos decretos, y tantos designios de iniquidad, y tantos proyectos disolventes los has borrado, convirtiéndolos en misericordias y milagrosos favores para la Religion hispana! Por esto tu dia, que es el doce de octubre, será eternamente entre nosotros un dia grande, festivo, solemne y santificado.

Entremos en reflexiones, y el público se convencerá con nosotros de la singular proteccion del cielo, que guia. y preside desde el principio á nuestro designió y resolución. Contando con nuestros arbitrios, y nada mas ; reducidos á nuestro pobre saber únicamente, pero animados, sí, de los mas puros deseos, emprendimos impávidos una obra que ya tiene seis tomos concluidos; hemos tenido penas y sinsabores que sufrir á millares, contradicciones y obstá

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