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su nombre, la "Relación de las fiestas de la Inmaculada Concepción", cuya fe de erratas está datada a 28 de Mayo de aquel año, y fué el único libro publicado en Lima en 1618. Canto había pasado treinta años en la cárcel y para poder mejor atender a sus negocios, había establecido su taller en una casa colindante con aquel establecimiento penal, arbitrando, seguramente, modo de vivir en una y en otra casa al mismo tiempo. El 3 de Marzo de 1619, Canto estaba toda vía en la cárcel por una deuda contraída treinta años antes. El recurso pidiendo soltura con fianza, es la última noticia que he podido adquirir de este famoso impresor.

Fué Canto natural de Medina del Campo, hijo legítimo de Francisco del Canto, impresor en aquella ciudad, lo cual ha dado lugar a que se les confunda, juzgándoseles una sola persona, y de Isabel Lozano, fallecidos ambos antes de 1592, según lo declara el impresor limeño en la escritura de Dote que otorgó a su mujer Lucía Martínez de Guzmán, fecha 28 de Febrero de 1592.

Un problema que queda todavía por resolver, en este: ¿Antes de que Antonio Ricardo viniese de México, funcionaba en Lima alguna pequeña imprenta clandestina? Así parece desprenderse del hecho de la fabricación de naipes en esta ciudad en grande escala. Tengo a la vista el siguiente recurso de Canto, desgraciadamente sin fecha: "Francisco del Canto, preso, por decir haber hecho naipes fuera del estanco, digo, que yo há ocho meses que estoy preso por la dicha causa, y por la justicia ordinaria estoy condenado en cierta pena pecunaria, de la cual tengo apelado y está pendiente en esta Real Audiencia. A V. Alteza suplico, por honra de estas santas Pascuas, me haga merced de mandarme soltar en fiado de la haz, que en ello recibiré merced, con justicia, la que pido, etc.-Francisco del Canto.

En un "Memorial" del contador Miguel Sánchez de la Parra, escrito en la ciudad de Cuenca, dirigido al Rey y recibido por el Secretario de Felipe II Mateo Vázquez en Julio de 1584, se dice: “En Lima há muchos años que se hacen y reto

ban naipes en mucha cantidad, y los que los hacen y retoban tienen mucho aprovechamiento; pues ya que se hacen y retoban, podría V. M. mandar arrendar en cada un año el hacer y retobar los dichos naipes, que, si ha lugar de que se haga, valdrá mucho aprovechamiento". De paso diré que por Real Cédula fechada en El Pardo a 20 de Septiembre de 1573, se estableció el estanco de naipes en el Perú.

En 1592, esto es, 14 años antes de que Canto adquierese la imprenta de Ricardo, había cancelado una deuda al librero Pedro Salvatierra, con 540 docenas de naipes que le dió "a seis reales la baraja", según reza la escritura de pago.

Noto, señor Presidente, que he cometido una omisión, y voy a repararla: al hablar de las cosas que nos han venido de México y de las que hemos enviado a ese hermoso país, he omitido consignar el sincero y profundo afecto que se profesan los dos pueblos y que hago votos por que sea eterno". (Ovación).

Por último Rafel Helidor Valle leyó entre aplausos, el siguiente bello trabajo sobre las resonancias de Ayacucho en México:

Resonancias de Ayacucho en México

(A Ricardo Vegas García)

En mensaje del 6 de Octubre de 1821 (Documento No 1) don Juan García del Río, a nombre del Excelentísimo señor Protector del Perú, decía a la Excelentísima Suprema Junta del Gobierno mexicano: "Los esfuerzos de los dignos descendientes de Guatimotzin, han disipado las tinieblas que espar cía el despotismo colonial, sobre esa vasta región del Nuevo Mundo. La libertad de seis millones de americanos, y el influjo que un suceso de tanta magnitud ejerce en la parte meridional de nuestro continente, lisonjean a S. E. e! Protector de ver en breve realizadas sus más caras esperanzas. Chile, las Provincias Argentinas y la República de Colombia, han consolidado su nuevo sistema; y el Perú, impaciente de sus rivales en gloria, sigue rápidamente la carrera de la prosperidad que le promete su independencia. Nuestra campaña de diez meses decidió la suerte de la capital del Perú, y al cabo de doce vieron los hijos del Sol, tremolar el pendón de sus libertadores de lo alto de las formidables fortalezas del Callao. Sin comprometer una sola acción decisiva, quiso S. E. cerciorarse de la extensión de la opinión. Viéndose sostenidos por los bravos que tantas veces han humillado a los tiranos, pronunciaron los nietos de Manco Cápac fuertemente su voluntad. El Perú se levantó en masa; tamaño poder se hizo irresistible a los enemigos, que sitiados por mar y tierra, fueron, al fin, precisados a abandonar la opulenta Lima”. Y continuaba reseñando la desbandada de los de Canterac y la toma del Callao. "Permítame V. E.-concluía

le trasmita los ardientes votos que animan al Excmo. señor Protector del Perú para la felicidad de ese inmenso Estado; del gran interés que le han inspirado las heroicas virtudes de la Nación Mexicana; y de sus vehementes deseos porcimentar una unión cual debe reinar entre Estados tan íntimamente ligados por naturaleza".

Este brillante mensaje fué contestado (Documento No 2) el 9 de Enero de 1922. "Ilustrísimo señor: Cuando S. A. S. la Regencia Gobernadora de este imperio recibió el agradable e interesante oficio que V. S. I. como órgano del Excmo. señor Protector del Perú, se sirvió dirigirle con su atta. de 6 de Octubre último, no hizo otra cosa que renovar los más tiernos sentimientos de gratitud, admiración y sincero afecto hacia el ilustre general del Ejército Libertador del Perú,hacia éste y hacia todos los habitantes del grande y poderoso Imperio de los Incas, y digo que solo renovó aquellas placenteras emociones, por que días há que los experimentaba su ánima al eco de la fama que cuando las pacíficas ondas del Mar del Sur y reinando en el Anahuac había ya publicado en todo su ámbito espacioso las brillantes hazañas del Excmo. señor Protector, y sus valientes, al par que las sublimes virtudes patrióticas de los peruanos, y entre ellas la decidida y fuerte adhesión a ser libres, derrocando el envejecido opresor sistema de los déspotas". Y reseñando los episodios que culminaron el 27 de Septiembre de 1821, terminaba: "Los intereses de ambos países son comunes en muchos sentidos y nada puede ocurrir feliz o adverso en el Perú o en México, que no sea también común y en que no tome parte el calor afectuoso posible México y el Perú".

El 28 de Mayo (Documento No 3) el Marqués de Torre Tagle, Supremo Delegado del Perú, creyendo en que así convenía a los intereses de su patria nombrar un enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante el Gobierno de México, designó para tan alta misión, a don José Morales y Ugalde, consejero honorario de Estado, concediéndole poderes para firmar tratados de alianza, amistad y comercio.

El señor Morales y Ugalde, acompañado de su secretario y capellán don Ignacio Morales, desembarcó en Acapulco el 17 de Noviembre (Documento N° 4), del bergantín americano "Palas", procedente de Guayaquil y con 26 días de navegación; y el 20 dirigió al ministro de Estado y de Relaciones del Imperio, su primer oficio (Documento No 5), anunciándole la arribada y la continuación de su viaje a la capital, noticia que le encarecía trasmitir a S. M. I. "con los testimonios de mi más profundo respeto, a efecto de poder dirgirme sin tropiezo a su augusta presencia". Al darle la bienvenida, el ministro Herrera, el 4 de Diciembre (Documento No 6) le anunciaba que hallándose ausente de la capital S. M. el Emperador, le comunicaba la nueva por medio de un extraordinario; y diez días después (Documento No 7) le participaba que tenía listo su alojamiento en casa del alcalde constitucional don Antonio Velasco, calle Valbanera, frente al Mesón de dicho nombre.

El 7 de Enero de 1823 la Junta Nacional instituyente del Imperio, atendiendo el oficio de dicha fecha, en que el ministerio de relaciones, sugería el reconocimiento de la independencia del Perú, en correspondencia a la demostración que éste había hecho a México en acta que firmó el Supremo Delegado y refrendó su ministro de relaciones (Documento No 8) con plena aclamación de los diputados que la formaban reconoció solemnemente la independencia política del Perú "bajo la forma de gobierno que aquella nación juzgue convenien te establecer para su bien y conservación", autorizando al Gobierno para establecer las relaciones que estimara conducentes a la felicidad de ambas naciones (Documento N9). El decreto no se publicó hasta el 15, por medio de bando, al que dieron realce la tropa de caballería e infantería, músicas marciales, una salva de artillería y las campanas a vuelo; y el 17, el ministro Herrera envió al ministro Morales seis ejemplares del decreto y otros seis de la orden imperial en que se mandaba solemnizar el acto en todos los pueblos del Imperio y se le pedía que para su presentación el Emperador, designara el día con la prudente anticipación

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