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entender el bien que reciben, por no obrar el con que debian satisfacer á las obligaciones de agradecidos, obsecados de su malicia, solo abren los labios unas veces, para implicarnos en la rebelion, y otras para hacernos causa de ella. Ya he sabido cuanto se ha estendido en este punto contra V. S. I. la. maledicencia, no solo de la abatida rudeza de la plebe, sino aun de las personas de suposicion, y que aparentan juicio, cerrando enteramente los oidos á la justicia de la intencion: porque no tiene este linage de gente vil, mas entendimiento que su pasion, ni mas egercicio que los agrávios, violencias, acusaciones y calumnias, con que se atreven hasta lo mas sagrado, si hemos de hablar con el Crisóstomo.

Pero lo que mas me admira, es que ha tomado tanto incremento este vicio, que ya no alcanza para desterrarlo el motivo ó remedio que el citado Padre se propone. El siente que á los magistrados temporales se les dá veneracion, porque se les teme, negando con impia facilidad el respeto á los obispos, por la contraria razon de solo tener potestad espiritual:-Năm in principibus (habla de los seculares) urget metum in his vero (habla de los obispos) quando timor Dei apud istos valet nihil. Pero ya este, vuelvo á decir, no es remedio, pues estoy informado que tampoco se ha podido librar de semejantes tiros nuestro digno amigo el Señor Oidor, D. Francisco Tadeo Diez de Medina, sin que lo haya puesto á cubierto de esos infames piratas de la humanidad ni su respeto, ni su heróíca conducta, ni su lealtad, ni los recomendables trabajos, que es constante ha esperimentado en defensa de esa ciudad, y pacificacion de las provincias vecinas, dándole el título como á V. S. I. y á mi, de Tupac-Amaristas.

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Yo he padecido en esta parte tan mortales heridas de la emulacion y mordacidad, que tengo ya marchito el corazon, y casi rendido á los golde la inexorable detraccion. Sé por propia esperiencia hasta donde se avanza este monstruo, y que proviene de la general conspiracion de los malcontentos, que viendo atrasados sus designios, formados con arreglo al espacioso plan de los viles intereses que los enriquecian, á costa de las infelices provincias, y de la sangre y sudor de sus infelices habitantes, se hallan hoy en otro mundo, por el trastorno que ha esperimentado el reino. Pero como desde los principios formé dictamen de que convenia disponerme para un martírio prolongado, y hacerme víctima de la crítica mas sangrienta, no queriendo hacer uso del desahogo, que en semejantes casos nos han enseñado practicamente los Nazianzenos, los Crisóstomos, los Gerónimos, los Basilios, Pelagio Papa, el Aquino y otros santos, que viendose infamados prorrumpieron con dolor contra sus enemigos, tratándolos ya de perros rabiosos y de fantásmones, hipócritas, ignorantes, envidiosos, malignos, perversos, y otras agrias espresiones, con que le

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reció lícito increpar á sus detractores é inicuos impostores, solo traje á consideracion el ejemplo que nos dejó á los obispos el Padre San Agustin, en el raciocinio á su pueblo, quejándose de las invectivas que sufria, con cuyas palabras me permitirá V. S. I. concluya esta, pidiendole, que si por algun acaso no ha hecho V. S. I. reflexion sobre ellas, las tome tambien como lenitivo á sus padecimientos. "Hoy, dice, ha de hablar mi oracion con los que me han ofendido, con los que siendo en el mundo fiscales de mis operaciones, hacen conmigo para con Dios oficio de abogados: ellos ignorantes presumen que me lastiman, y yo estoy cierto que me coronan. Sus injurias son para mi beneficios; pues cargándome de oprobios, hacen que crezcan y sean mayores mis méritos: cuando me ultrajan, me encumbran, dándome ocasion de que los perdone, y que con el perdon de sus ofensas, le alcance yo del Señor á quien he ofendido. A vosotros hablo, ya presentes, ya ausentes: porque os enseño la verdad, me teneis por enemigo; porque os aconsejo lo que os importa, me llamais intolerable: tomais por agravio lo que trabajo en vuestro provecho: vosotros aborreceis al médico, que os cura, y á la enfermedad que os aqueja no podeis sufrir mi solicitud, ni yo vuestro pestilente olor."

El deseo de dar á V. S. I. una breve idea de los acaecimientos principales de la rebelion en este obispado, mis cuidados y presente estado de las cosas, en correspondencia de la que merecí á V. S. I, en su citada, de los que sufrió en el suyo, me ha empeñado hacer mas difusa esta carta de lo que pudiera. Y pues Dios nos deparó una misma cruz conviene llevarla con resignacion, y en nuestros sacrificios auxiliarnos para fortalecernos. Esto lo pide nuestra confraternidad, y especialmente el pacto con que nos obligamos.

Por mi parte protesto á V. S. I., que en los mios siempre lo he tenido muy presente, como el pedir logre su vida muchos años. Huayllabamba, 20 de Julio de 1782.

Ilustrísimo Señor:-B. L. M. de V. S., su amante hermano y segu-. ro amigo y capellan.

JUAN MANUEL, Obispo del Cuzco.

Ilustrísimo Señor Dr. D. Gregorio Francisco de Campos.

Oficio del Comandante D. Ignacio Flores al Virey de Buenos Aires, manifestándole que reconocida la la causa de Miguel Bastidas, nada resulta contra él.

EXMO. SEÑOR :

Muy Señor mio: Entre los muchos objetos que en esta ciudad ocupan mi atencion, ha sido de los primeros la causa de Miguel Bastidas, cuñado del rebelde José Gabriel Tupac-Amaru, y conocido por Puyo-Cagua. Este es aquel que, despues de haber puesto el segundo cerco á este lugar, como emisario al efecto del principal sedicioso su relacionado, se presentò en el Santuario de las Peñas ante el Comandante D. José Reseguin, implorando el beneficio del indulto. Lo egecutò, trayendo consigo á varios caudillos y secuaces de la rebelion, en que se distinguieron con el título de coroneles. Posteriormente fuè sindicado de que se conducia con ànimo pérfido y doble, con designio de reincidencia, en cuya virtud se procedió à la captura de su persona y de la de sus compañeros, manteniéndose presos hasta el dia en este cuartel.

La gravedad del caso me ha contraido à hacer prolijas averiguaciones, y un esquisito exámen para entrar en el fondo de la verdad: y adquiriendo los necesarios conocimientos de cuantos podian ministrarlos, é inspeccionando el proceso que se le fulminò, no encuentro en el acto de perdon que solicitó, se portase con espíritu doloso ni de mala fé: por el contrario, se descubren la sinceridad y sòlido arrepentimiento con que detestò sus anteriores errores, restituyéndose à la obediencia del Rey. Juntamente se demuestra que en el tiempo del tumulto no fuè tirano con los blancos y cautivos; señalandose de ese modo entre los demas alzados; y por la poquedad de su ànimo, con otras calidades naturales que manifiesta, tiene à su favor la presuncion, resultando por todo ser las cavilaciones, el ardor ò la preocupacion, la que levantò sobre el infeliz el enunciado gravámen.

Agrégase que en tan crítico estado se expidiò por la superioridad de V. E. el prudentísimo, útil y oportuno indulto para cuantos se separasen del partido de la sedicion. Yo debo venerar con profundo acatamiento una providencia una providencia que ha producido y arrastra

tantos provechos tambien soy necesitado à puntualizar su observancia con la mayor exactitud, para desprender de los indios algunos temores que injustamente los penetran, de que únicamente es temporal ó de pura perspectiva la indulgencia dispensada por la piedad de V. E. Para deslumbrar esta nueva especie, concebida por la necedad de los naturales, y talvez sugerida por la malicia, procuro enviarles convenientes ideas de su error, y en conformidad he juzgado indispensable tratar suavemente à Bastidas, y aliviándole sus padecimientos, remitirlo á la vista le V. E, como lo verifico en el dia, con la decencia respectiva à su individuo. He tomado esta resolucion, porque aunque no lo encuentro acreedor à pena, me parece muy preciso separarlo de estos paises y de toda comunicacion con los indios. En ninguna parte se logrará mejor la seguridad de este proyecto, que poniéndolo en esa capital, y à la presencia de V. E., sugeto à las deliberaciones de su integridad.

Los autos obrados en la materia son comprensivos de otros. cómplices del alzamiento: las causas están complicadas, y requieren su substanciacion prévia. Por este motivo no caminan con Bastidas; pero así sucederà luego que se evacue dicha diligencia, y en tanto están prevenidos mis deseos à los superiores arbítrios de V. E.

Nuestro Señor guarde â V. E. muchos años. Paz, 6 de Agosto de 1782.

Exmo. Señor.-B. L. M. de V. E., su mas rendido servidor

IGNACIO FLORES.

Exmo. Señor D. Juan José de Vertiz.

Oficio del Comandante D. Gabriel de Aviles al corregidor de Azangaro, D. Lorenzo Zata y Subiria.

(Reservada.)

que

Muy Señor mio: Los ingratos Tupac-Amaru, olvidados de 'se les concedió vida y libertad, que en ningun modo merecian, y de

que no solo se les trató con el mayor amor y agrado, sino que la generosidad del Exmo. Señor Virey, les dió una pension de 1,000 pesos à Diego, y 600 à cada uno de los sobrinos, fomentaron nueva á sublevacion, que principiò el 3 de Febrero en los Altos de Marcapata, aunque con la actividad de las providencias, se cortò con el arresto de los que se manifestaron gefes de la inquietud. Habiéndose justificado ser todo por ordenes de estos infames, con este justo motivo se toman providencias para su arresto; y como aunque las medidas estan bien tomadas, pudiera alguno huirse, lo prevengo a Vd. con anticipacion, así para que esté con cuidado del fermento que pudiera tener esa provincia, como para que se esté con vigilancia; y si pasa algun incògnito ó forastero, se sirva mandar lo arresten, ò si faltó ó nò alguno de los reos.

Hasta que esto sepa Vd. se ha verificado, conviene infinito el secreto, y despues conceptuo conveniente que se haga pública la ingratitud de estos viles y su nuevo delito, para que todos conozcan la legalidad de nuestro proceder, y que ellos son la causa de que no se les continuase la libertad y buen trato que hasta aquí han tenido; y para que los que antes procedieron mal, sepan que si continuan fieles, no esperimentaràn agravio alguno.

La adjunta se servirà Vd. entregar al expreso que lleva esta; y para que con mas seguridad pase à su destino, espero se sirva Vd. darle sugeto de su satisfaccion que le acompañe.

á

Nuestro Señor guarde à Vd. zo de 1783.-B. L. M. de Vd. su

muchos años. Cuzco 14 de Marmayor servidor

GABRIEL DE AVILES.

Señor D. Lorenzo Zata y Zubiria.

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