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pelido de la faccion infernal intenta abolirla (la religion) de sobre la tierra por medio de sus maquinaciones diabólicas, y el auxilio de sus miserables satélites. Siendo de mi inspeccion la defensa del primer contendiente en calidad de su ministro (de la inquisicion), aunqué me cueste hacer sacrificio de mi vida, como en ocasion mas feliz obtuvo esta gloriosa suerte San Pedro de Arbues dentro el venerable tribunal de Zaragoza. Este pasage bastará para dar á conocer los medios empleados por la secta inquisitoria, con el fin de sorprender á los incautos, y hacerles confundir con la causa de la religion un punto de mera policía disciplinar.

De aquí adelante la discusion presenta diferente aspecto al que la examine desapasionadamente y con sana crítica. Aunqué hablaron en diversos periodos de ella muchos diputados seculares, y procuraron tratar la materia con respecto al influjo político y civil que podía tener en el estado la inquisicion, no pudieron desviar la controversia del camino adonde la arrastraba el gran número de eclesiásticos que había en el congreso. Y esta misma circunstancia puede servir de criterio para juzgar del verdadero carácter y estado del clero de España,

tan mal conocido, especialmente en paises estrangeros. De ella resulta que el clero secular, único que fué admitido á participar de los derechos políticos restablecidos en la Constitucion, lejos de presentar un cuerpo homogéneo de intolerancia y fanatismo, está dividido en dos clases que profesan doctrinas distintas en las materias disciplinares de administracion y policía eclesiástica; y que solo la inquisicion le ha dado un carácter (que desgraciadamente le distinguió por tres siglos consecutivos) incompatible con ninguna forma de gobierno que no sea la mas pura é inmaculada teocracia.

Apénas la insurreccion destruyó el encanto con que aquel tribunal se había apoderado de los medios de oprimir y perseguir á sus opositores, se levantaron contra él muchos miembros de la gerarquía eclesiástica, que se suponía unida y empeñada en conservarle inalterable. En esta misma controversia fué tal el número de eclesiásticos en las Córtes que alzó el grito y clamó por su abolicion; eran todos ellos tan respetables por sus luces, por sus virtudes, é irreprensible conducta; eclipsaron de tal modo á sus adversarios con la solidez de sus argumentos, la profundidad de sus reflexiones y doctrinas, se mos

traron tan versados en la historia y disciplina de la iglesia, y estaban sus discursos tan llenos de piedad, dulzura y caridad cristiana, que este solo hecho bastaría para contradecir la opinion de que el clero de España es todo entero fanático, intolerante, falto de ilustracion y sabiduría.

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Todos estos diputados eclesiásticos recibieron su educacion y abrazaron su estado cuando la inquisicion era omnipotente en el reino. ¿Qué hubiera, pues, sucedido sin su fatal influencia? ¿ si su política cruel y suspicaz no hubiese perseguido con tan incansable pertinacia á los que buscaban el saber y procuraban, como mejor podían, difundir y propagar las luces? La eleccion para las Córtes estraordinarias se hizo cuando la nacion, libre en seguir sus opiniones y consultar sus verdaderos intereses, pudo sin embarazo encomendarlos á los que merecían su confianza. Y para que no se atribuya este ejemplo á causas singulares, examínense las nomenclaturas de los diputados eclesiásticos en todas las Córtes sucesivas, y las doctrinas así religiosas como políticas que profesaron y sostuvieron en ellas. Entonces se verá que el clero de España, cuando la nacion no está oprimida y violentada, tiene dentro de su misma

TOM. II.

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gerarquía muchos y poderosos elementos, en número y en influencia, para corregir el espíritu de intolerancia y fanatismo que infundió en su carácter esterior el régimen corruptor y tiránico de la inquisicion. Que sabe moderar sus pretensiones, seguir, como otras clases, el progreso de las luces, y admitir con resignacion y respeto las reformas necesarias en su disciplina para conservar con la sociedad harmonía y concor-. dia, sin lo cual no pueden evitarse revoluciones y trastornos.

Como las Córtes deseaban que no quedase duda de la libertad y detenimiento con que se procedía en la deliberacion, se emplearon muchas mas sesiones de las que eran menester para decidir sobre el dictámen. Los debates habían traido la materia á tal grado de claridad; estaba. ya tan desnuda de la pompa y aparato con que procuraron decorarla los sectarios de las doctrinas ultramontanas, que hasta los ménos instruidos veían la cuestion reducida á su sencillez originaria. La potestad secular en España, en el siglo décimo quinto, creyendo que la inquisicion promovería los intereses espirituales de la. iglesia, sin perjudicar de modo alguno á la prosperidad y bienestar de la nacion, impetró del

papa una bula para establecerla en el reino. Movida, en el siglo décimo nono, por las reclamaciones y quejas de los súbditos que habían sufrido grande menoscabo en sus personas y bienes, quiso examinar si en efecto se había conseguido en todas sus partes el objeto de instituir aquel tribunal, á fin de juzgar si era necesario y conveniente abolirle ó conservarle. A esto y no mas, había sido reducida, en su último analísis, la disputa.

La discusion había agotado cuanto pudo sugerir á los amigos y contrarios de la inquisicion el ingenio, la erudicion, la autoridad, el interes y celo de ambas partes; ni los esfuerzos de los unos eran capaces de obscurecer ni ofuscar lo que había llegado á ser tan evidente; ni los de los otros aumentar su sencillez y claridad. Era ya grande la impaciencia dentro y fuera del congreso, por que se terminase tan larga y obstinada disputa. Al fin, despues de diez y siete dias continuos de debates, se aprobó por cien votos contra cuarenta y nueve la proposicion preliminar que declaraba, que la religion católica apostólica romana sería protegida por 'leyes conformes á la constitucion de la monarquía.

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