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dotados de mas doctrina y eloquencia que yo, se convencerá V. M. de la imperiosa necesidad de derribar de una vez este formidable coloso, centro de la impunidad, de la insensatez, del fanatismo y del poder mas arbitrario que han visto los hombres, y de que no hay exemplo en la historia de los siglos. Es incomprehensible como hay escritores, por otra parte muy respetables; que le han tributado los mas altos y pomposos elogios, llamándolo baluarte y columna de la fe. ¿Será porque no le conccian? O mas bien ¿seria por el miedo y terror que inspiraba su tremendo poder? Tambien es incomprehensible como vienen reclamaciones exigiendo la conservacion de este santo y piadoso tribunal (pues así lo denominan aun en el siglo XIX). Todavía es para mí mas incomprehensible que tenga defensores tan acérrimos en el mismo seno del Congreso, aquí, aquí en el santuario de la legislacion, im tribunal que no ha guardado mas leyes que las del capricho, y cuyo método de enjuiciar no ha sido mas que un completo sistema de ilegalidad: un tribunal que so pretexto de conservar pura é ilesa la religion de nuestros padres, es el mas contrario al espíritu de la misma religion que pretende conservar, y el mayor obstáculo á la propagacion del evangelio, como acabo de demostrar. Las defensas, Señor, que he oido hasta aquí de la Inquisicion me confirman mas y mas en la absoluta necesidad de destruirla por sus cimientos, y de borrar, si es posible, de los fastos de nuestra nación hasta su nombre odioso Y detestable.

,,¿Se dirá que me acaloro demasiado, ó que me excedo? ¿Se me argüirá que falto al respeto debido á un tribunal establecido por las dos supremas potestades de la tierra, consagrado por tantos siglos y conocido con el renombre de Santa Inquisicion? Señor, en su orígen manifestó lo que debia ser en adelante, esto es, que seria el terror de los pueblos, el apoyo mas firme de los déspotas, y el azote del género humano; y sin embargo no fué en su orígen ni la sombra de lo que llegó á ser en el curso de los siglos. Sus mismos fundadores no pudieron prever la marcha tortuosa de esta serpiente: no conocieron los estragos sangrientos, los arroyos de lágrimas y torrentes de sangre que costaria à la nacion su conducta feroz y sanguinaria. Yo debo hacer esta justicia á su menoria. Es verdad que ha sido consagrado por muchos siglos, es decir: que por muchos siglos ha estado la España condenada á las cadenas, sin libertad, sin ilustración, sin artes, sin comercio, y aun sin manos para defenderse ni boca para quejarse. ¡O magnánima pero desgraciada nacion! tu te acordarás de la llamada Inquisicion del mismo modo que te acuerdas de los terremotos, de los aluviones y de las inundaciones mas terribles: ó mas bien deberias sepultar en un olvido eterno hasta el nombre de Inquisicion.

,,Pero le han dado por antonomasia el renombre de Santa.... ¡ó capricho bizarro de los hombres; Si se lo habrán dado por ironía: ¿Dónde estan las virtudes políticas y morales de esta Santa? Quantos milagres ha hecho?Que me señalen las conversiones que ha obrado, los frutos saludables que ha producido á la religion y al estado. Los que la defienden y canonizan por Santa, que nos exhiban los testimonios de virtud y santidad que la adornan. ¡Terrible porfia de los hombres, empeñarse en querer buscar el resplandor de Ia luz en medio de la obscuridad y las tinieblas, la libertad en los calabozos, y la verdad en el error y fanatismo! No ignoro que se me culpará de haber sido el primero que fuvo la osadía en presencia de V. M. de presentar

á toda la nacion el misterioso sistema de gobierno de la Inquisicion, esto es, la vida y milagros de esta Santa: el primero que rasgó el velo tenebroso que cubria á este ídolo diciendo:,,Españoles, aquí teneis á la Santa: esta, esta es la que entorpecia con capa de religion vuestros progresos en las ciencias y en las artes; esta es la que os hizo creer que habia Aquelarres (cuyo nombre no se ha explicado aun bastantemente), la que abusando de vuestra piedad os metió en la cabeza la ridícula farsa de la aparicion de demonios súcubos é incubos, con otras ficciones detestables que podeis leer en el gracioso y extravagante auto de fe de Logroño, mandado imprimir por órden de la misma Santa para ilustrar los pueblos; pero me engaño, para mantenerlos en la supersticion y en la mas crasa ignorancia y estupidez. Pero, Señor, ¿ á qué soy venido aquí? ¿A qué se ha congregado V. M. sino para dar leyes justas y sábias á una nacion magnánima y generosa, como lo ha hecho con la sólida y religiosa constitucion que ha sancionado? Si por desgracia dexara V. M. subsistir la Inquisicion, ella sabria dentro de poco tiempo darse ma-, ña para destruir con sus acostumbrados misterios todo lo bueno que ha edificado el Congreso en medio de tantas fatigas y trabajos. Pronto vendria á tierra este suntuoso y magnífico edificio, y la nacion volveria quanto ántes á arrastrar las cadenas, y quedar sepultada por muchos siglos en el mismo envilecimiento y degradacion que hasta aquí. La Santa sabria obrar facilmente. este milagro y otros muchos."

,, Ya he oido exagerar la absoluta necesidad de la Inquisicion para conservar la pureza de nuestra fe. Señor, la pureza de la fe es la obra de la gracia. El divino autor del evangelio no confió á la Inquisicion este depósito sagrado, sino que lo entregó á los apóstoles y á los obispos sus legítimos sucesores. ¿No estará mas seguro y mejor custodiado que en manos de los inquisidores ¿Será tal la petulancia y soberbia de los patronos de la Inquisicion que quieran enmendar la plana al mismo Jesucristo, que todo lo ha dispuesto y ordenado con infinita sabiduría? Respóndanme categóricamente á esta pregunta de eterna verdad los defensores del Santo Oficio, y no vengan á calumniarnos de francmasones, jansenistas.... y con otros dicterios con que pretenden engañar al piadoso é inocente pueblo español. Por otra parte la comision presenta á V. M. un proyecto de decreto para establecer tribunales protectores de la religion católica, apostólica, romana, que es la única verdadera, y la única que se protege como religion del estado con una legislacion sábia y justa. Pues qué significan estos temores? ¿A qué se dirigen tantas repetidas reclamaciones por un tribunal tan original, cuya cabeza es un delegado, que para subsistir necesita cada vez que se instala de una bula, que si nuestros reyes no la impetraban quedaba destruido ente

ramente?

,, Señor, confieso á V. M. que se necesita gran dósis de paciencia para oir ponderar la dulzura, suavidad, piedad y clemencia de un tribunal que se ha mirado como el terror de los hombres, cuyo carácter ha sido siempre la misteriosa gravedad, la dureza, la inflexibilidad, el despotismo, la coaccion, la violencia, la tiranía. Contra la persuasion de tantos siglos, contra el método de enjuiciar que nos enseñan sus mismos autores, contra la evidencia, qué puede responderse que no sea ilusorio y falaz? La defensa del tribunal es una quimera. El orador mas diestro, mas eloquente y mas agudo, se verá forzado ó á echar mano de paralogismos tan obscuros y ri

dículos como el mismo tribunal, ó se ha de valer de sofismas despreciables, ó ha de cantar al fin la palinodia. ¿No estamos viendo que no pueden defenderlo directamente sino por rodeos, y metiéndonos en qüestiones dogmáticas, muy agenas del asunto que tratamos? Aquí he visto y oido con asombro que el santuario de la legislacion se ha convertido insensiblemente en una academia teológica, ó mas bien en un concilio nacional. Para sostener indirectamente este malhadado y espantoso establecimiento, se nos ha cita- : do hasta dos veces la carta del grande Osio de Córdoba al emperador Constancio: se nos viene á probar la primacía que el obispo de Roma obtiene ! por derecho divino en toda la iglesia; dogma que ningun católico ha negado, pero que es tan cierto, como impertinente para el presente caso; y lo más admirable de todo es que nos citen á San Cipriano, que fué precisamente el padre de la iglesia que mas disputó los límites de la jurisdiccion del Primado de Roma, no queriéndole conceder mas de lo que tiene por derecho divino, y que estaba recibido por la tradicion. ¿Y que conseqüencia sacan de todas estas verdades dogmáticas é históricas? La consequencia es á mis ojos la mas impertinente é inconexa, por no decir absurda. Sefor, no ignoro que nada tiene que ver esto con la question del dia; pero tambien estoy persuadido que debo contestar á esos señores amantes y defensores acérrimos de la santa Inquisicion.

,,Es certísimo que el grande Osio dirigió al emperador una carta energica, fuerte y eloquiente, reprehendiéndole por qué se entrometia en la fórmula de fe que habian adoptado los arrianos: carta de quien dice el célebre Tillemont, que no hay cosa mas grande ni mas digna de un obispo. En efecto, Constancio, el impío Constancio, hijo y sucesor del gran Constantino, pero hijo indigno de un padre tan religioso, se creyó autorizado para definir puntos de fe, y recomendar su creencia en todo el imperio. El obispo de Córdoba, penetrado de un zelo apostólico, sale á resistirle, y confunde la petulancia del emperador. Todo esto es digno de los mayores elogios. ¿Mas qué conexion tiene esto con el caso presente? Se halla V. M. por ventura en el mismo caso de Constancio? ¿Va V. M. á definir ó á suplantar algun artículo ó dogma de fe? El abolir la Inquisicion es atacar algun punto dogmático? ¿Dónde estamos, Señor? ¿Pero qué otra defensa puede tener un tribunal que solo se ha sostenido por una continuada proteccion del poder arbitrario, acomodándola siempre á su política? El error no puede sostenerse mucho tiempo sino á la sombra de la verdad. Un establecimiento puramente humano quiere confundirse ahora con los sacrosantos fundamentos de la religion? Se han de mezclar las opiniones políticas con las. verdades eternas ?

,, Para defender y amparar á la Inquisicion se ha producido y reproducido mil veces en el Congreso el Primado que el Romano Pontifice obtiene por derecho divino en toda la iglesia. ¿Y qué católico se atreverá á disputar esta prerogativa al sucesor de San Pedro? ¿Quien osará negar un dogma reconocido desde la fundacion de la santa iglesia? Mas, es esto de lo que se trata en el Congreso? Bien veo la inconexion que tiene esta materia con la que discute V. M.; empero me veo obligado á hablar de ella por un momento, ya para tranquilizar las conciencias de los patronos de la Inquisicion; ya para que los fanáticos no nos calumnien de heregía en tantos papeluchos indecentes que corren impunemente por el pueblo.

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,, El Sumo Pontífice puede considerarse por quatro respetos. 1.o Como bispo de Roma. 2.° Como metropolitano de las iglesias suburbanas. 3. Como patriarca del Occidente. Y 4. En calidad de Primado y cabeza de la iglesia como sucesor de San Pedro. La admirable confesion que hizo este ilustre apóstol de la divinidad de Jesucristo, promulgándola á la faz de todo el mundo por el Cristo hijo de Dios vivo, le mereció esta eminente prerogativa entre sus hermanos: confesion sublime, augusta, divina, que no pudo aprender de la filosofía de los hombres, que no pudo revelarle la carne ni la sangre, sino el Padre celestial.,, Tu eres Pedro, le dixo el Señor: Tu es Petrus." ¿Quien no ve que en esta divina y enfática expresion se le concedió á San Pedro mayor y mas amplia potestad que á los demas apóstoles? ¿Quien no advierte que quiso Jesucristo remunerar con singular privilegio la pública confesion que este apóstol habia hecho de su carácter de verbo del Padre, lleno de gracia y de verdad? Pedro habló por todos los apóstoles, dice el Padre San Gerónimo; pero á él fué á quien se dixo precisamente:,,A tí daré las llaves del reyno de los cielos: Tibi dabo claves...." No ignoro yo que el P. San Ambrosio sienta que lo que ‹e dixo á San Pedro quando Jesucristo le entregó las llaves, se dixo igualmen te á los demas apóstoles: Quod Petro dicitur, cæteris apostolis dicitur: y esto mismo corrobora el P. San Agustin, quien se explica de esta manera: ,, quando recibió las llaves, representaba á la santa iglesia: Petrus, quandọ claves accepit, ecclesiam sanctam significavit." ¿Pero no se advierte en esto mismo que baxo las dos metáforas de piedra y de llaves se distingue á San Pedro de los demas apóstoles? No se vc aquí indicada una cabeza que representa todo el cuerpo? Quando los evangelistas hacen la enumeracion de los apóstoles, comienzan siempre por San Pedro, y mezclan promiscuamente los nombres de los otros. Esta distincion no puede provenir de que San Pedro fuera el mas anciano de los apóstoles, y el primero for su vocacion al apostolado; pues segun San Epifanio, San Andres no solo era de mas edad, sino el primero en la vocacion: Andreas prior in Dominum incidit, , quo Petrus erat atate junior. A Pedro se le encomendó con particularidad el cuidado sobre el rebaño del Señor, y que era de su incumbencia confirmar á sus hermanos: Confirma fratres tuos. Por tanto, siendo el Romano Pontífice sucesor legítimo de San Pedro, quien le puede disputar su dignidad de Primado en toda la iglesia? Primacía no solo de honor, sino de jurisdiccion: primacía, no dada por los primeros padres, ni acordada por los concilios, sino concedida y autorizada por el mismo Jesucristo en la persona de San Pedro.

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,,Si se consulta la tradicion, la vemos perpetua y constante en este pun to, transmitida á la posteridad desde los Apóstoles como un dogma de nuestra fe. Hasta la misma razon y la economía de la santa iglesia exigian un Primado y una cabeza en este cuerpo místico. La iglesia es una sociedad perfectísima, En toda sociedad debe haber un superior que vigile constantemente sobre su conservacion, su régimen, su orden y su unidad para evitar confusion, y no dar ocasion de cisma. Jesucristo, dice el P. San Gerónimo, eligió por cabeza á uno de los doce apóstoles para preservar á su iglesia de una division: Inter duodecim unus eligitur, ut capite constituto, schismatis tollatur occasio. La silla de Pedro es el centro de la unidad, de la fraternidad, de la religion y de la fe..

,, Si preguntamos á los padres de los primeros siglos de la iglesia y á los que les sucedieron, nos responderán con la misma doctrina y verdad. ¡Qué peso de autoridad pudiera yo traer, si fuera necesario, de los Orígenes, Ireneos, Basilios, Epifanios, Crisóstomos, Ambrosios, Agustinos....! Este dice que,, Pedro es el primero en el órden de los apóstoles, que tiene la primacía en el apostolado: Petrus in ordine apostolorum primus.... apostolatus principatum tenens." Aquel (San Basilio) se explica así:,,El bienaventurado Pedro fué preferido á todos los discípulos, pues se le concedieron mayores privilegios que á los otros: Beatus ille Petrus omnibus discipulis prælatus, cui soli majora data sunt quam aliis." Uno dice (San Crisóstono) que',, Pedro lavó de tal manera su pecado, que fué constituido el primero entre los apóstoles, y le fué encomendada la inspección sobre todo el mundo. Petrus.... suum peccatum sic abluit.... ut primus apostolorum: fuerit factus, eique totus terrarum orbis commissus fuerit." Otro escribe (San Leen) que,, en todo el mundo fué elegido San Pedro para presidir á todos los apóstoles y padres de la iglesia: De toto mundo unus Petrus eligitur, qui.... omnibus apostolis, cunctisque ccclesiæ patribus præponatur." El mismo San Cipriano, que fue el mas acérrimo defensor de los derechos legítimos del obispado, confiesa abiertamente en varias partes de sus obras la prima cía de la iglesia romana.,, La cátedra de Pedro, dice, es la iglesia princi pal: Cathedra Petri ecclesia principalis."

Y qué diré de los santos concilios, así generales como nacionales? No hay uno solo que no haya abrazado esta doctrina, comenzando por el primer concilio de Jerusalen, en que San Pedro, ocupando un lugar eminente, tomó el primero la palabra. Yo oygo la voz unánime de los padres de Nicea, proclamando la primacía de la iglesia romana: Ecclesia romana semper primatum habuit. El primero general de Constantinopla concede á su obispo el Primado de honor despues del obispo de Roma: Constantinopolitanus episcopus habeat honoris primatum post romanum episcopum. ¿Y qué nos enseña el famoso de Calcedonia?,, Que todo el Primado se conserve segun los cánones al arzobispo de la antigua Roma: Omnem.... primatum secundum canones antique Rome archiepiscopo servari." Lo mismo nos enseñaron los de Letran, de Lyon, el de Constancia, el de Florencia.... Quando Juan Paleólogo trató sinceramente de la union de la iglesia de Oriente, que se habia separado de la de Occidente por el cisma del pérfido y turbulento Focio, se presenta en Ferrara José, Patriarca de Constantinopla, con varios prelados de su patriarcado. Eugenio iv tuvo con José todas las consideraciones debidas al patriarca del Oriente; pero este reconoció y confesó la primacía del obispo de Roma sobre toda la iglesia. Si los griegos volviefon pronto al cisma, fué por la inconstancia de su caracter, y por instiga cion de Marco, obispo de Efeso, genio altivo, indomable y feroz. Siguiendo escrupulosamente las huellas de los antiguos padres, nuestros célebres concilios de Toledo sostuvieron siempre con firmeza esta misma doctrina.

» Por otra parte la iglesia universal ha reconocido siempre al obispo de Roma como á su Primado. El tuvo privativamente la inspeccion sobre todas las iglesias particulates, sostiene la unidad contra los cismas, conserva ilesa la fe contra los errores, y vigila contra la corrupción de la disciplina y costumbres. San Pedro exerció siempre en toda la iglesia especial jurisdiccion. En todos los asuntos habla y obra en primer lugar, y dispo

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