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derramó lágrimas en señal de arrepentimiento de lo hecho: en tanto grado el fingir y disımular es fácil á los hombres. Don Alvaro se fué á Ayllon lugar suyo, acompañado de grande nobleza, que le siguieron para honralle y en ocasion amparalle. Entre los demas iban Garci Alvarez de Toledo señor de Oropesa, y Juan de Mendoza señor de Almazan, por estar ambos obligados á don Alvaro, del cual tiraban acostamiento cada un año.

Siguióse contienda entre los grandes, que con diferentes mañas pretendian alcanzar la familiaridad del rey, con quien podia tanto la privanza que así y á sus cosas se entregaba al parecer del que le sabia ganar. Hernan Alonso de Robles se anteponia á los demas en autoridad; y como antes fuese en privanza del rey el mas cercano á don Alvaro, á la sazon quitado el competidor se hizo mas poderoso y fuerte, tanto que con achaque de estar él malo muchas veces el rey y los grandes venian á su casa á hacer consejo: cosa que á un hombre escuro y bajo, cual él era, acarreaba mucha envidia, como quier que muchas veces el favor demasiado de los príncipes se convierte en contrario, si no se pone templanza. Estaba el rey ofendido contra él porque apresuradamente pronunció sentencia de destierro contra don Alvaro, al cual estaba obligado en muchas maneras. Como entendieron esta ofension y desgustos, y que le podrian atropellar aquellos que con diligencia buscaban ocasion para hacello, procuraron que el rey de Navarra le acusase delante del rey de Castilla de muchos delitos. Cargóle que era hombre revoltoso, y que comunicaba con forasteros y con los grandes cosas en deservicio del rey: que muchas veces hablaba palabras osadas y contra la magestad real. Consultado el negocio, se proveyó que le echasen mano y le guardasen en Segovia; hizose así, y finalmente murió en la cárcel en Uceda (1) donde le pasaron: ejemplo no pequeño, y aviso de que no hay cosa mas incierta que el favor de palacio, que con ligera ocasion se desliza y muda en contrario.

El rey de Granada (2) este año por conjuracion de sus ciudadanos fué echado del reino y de la patria pasó á Africa desterrado y miserable á pedir socorro al rey de Tunez. Mahomad llamado el Chico luego que fué puesto en su lugar y se encargó del reino, comenzó á perseguir la parcialidad contraria de los que eran aficionados al rey pasado: condenábalos en muertes, destierros y confiscacion de bienes, que pródigamente daba á otros. En particular Juzeph uno de los Abencerrages, linage muy noble entre los Moros, y que á la sazon tenia el gobierno de la ciudad, perdida la esperanza de prevalecer, se fué á Murcia para ponerse en seguro, y mover las armas de Castilla contra el nuevo rey para derriballe antes que se afirmase en el reino. Por el mismo tiempo sucedieron en Castilla dos cosas memorables: la primera que el rey por medio de don Alvaro de Isorna obispo de Cuenca que envió á Roma, pidió al santo padre le perpetuase las tercias, y aun parece salió con ello porque en adelante los reyes comenzaron á hacer dellas mercedes como de cosa propia para siempre jamás; la otra que la órden de San Gerónimo se dividió en dos partes, como arriba se apuntó. Fué así que fray Lope de Olmedo por la amistad que alcanzaba con el pontífice Martino Quinto trabada en París (3) al tiempo de los estudios, en que tuvieron una misma habitacion y morada, con su autoridad fué autor desta division. Fundó cerca de Sevilla un monasterio con nombre de San Isidro, que fué cabeza de la nueva reformacion. Deste convento todos los que se llegaron á esta manera de vida, se llamaron Isidros. Duró esta division hasta tanto que en nuestra edad se han tornado á unir y sujetar á la órden antigua de Gerónimos, de donde salieron, por diligencia de don Philipe Segundo rey de España, Volvamos con nuestro cuento á las alteraciones de Castilla.

PARECER

CAPITULO XVI.

Como don Alvaro de Luna volvió á palacio.

ARECER Y tema de los Stoicos, secta de filósofos por lo demas muy severa y muy grave, fué que por eterna constitucion y trabazon de causas secretas (que llaman hado) cada cual de los hombres pasa su carrera y vida, y que nuestro albedrio no es parte para huir lo que por destino, ley invariable del cielo, está determinado. Dirás que necia y vanamente sintieron esto, ¿quién lo niega? ¿quién no lo vé? ¿ por ventura puede haber mayor locura que quitar al hombre lo que le hace hombre, que es ser señor de sus consejos y de su vida? Pero

(1) El 5 de agosto de 1430.

(2) Mahomad Aben-Azar el Izquierdo, que fué destronado tres veces. (3) En Perosa.

necesario es confesar hobo alguna causa secreta que de tal suerte trabó entre sí al rey de Castilla y a don Alvaro de Luna, asi aficionó sus corazones y ató sus voluntades que apenas se podian apartar, dado que por aquella razon estuviese encendido un grande ódio contra ambos, bien que mayor contra don Alvaro, tanto que en esto sobrepujaba los Seyanos, Patrobios, Asiaticos, libertos que fueron de los emperadores romanos, y sus nombres muy aborrecidos antiguamente ¿Cuál fué la causa que ni el rey se moviese por la infamia que resultaba de aquella familiaridad, ni don Alvaro echase de ver su perdicion donde á grandes jornadas se apresuraba? Es así sin duda que las cosas templadas duran, las violentas presto se acaban; y cuanto el humano favor mas se ensalza, tanto los hombres deben mas humillarse y temer los varios sucesos y desastres con la memoria contínua de la humana inconstancia y fragilidad. Sin duda tienen algun poder las estrellas, y es de algun momento el nacimiento de cada uno: de alli resultan muchas veces las aficiones de los principes y sus aversiones, ó quita el entendimiento el cuchillo de la divina venganza, 'cuando no quiere que sus filos se emboten como sucedió en el presente negocio.

Ningun dia amaneció alegre para el rey', nunca le vieron sino con rostro torcido y ánimo desgraciado despues que le quitaron a don Alvaro : dél hablaba entre dia y dél pensaba de noche, y ordinariamente traia delante su entendimiento y se le representaba la imagen del que ausente tenia. Los que andaban en la casa del rey y le acompañaban, entendiendo que era treta forzosa que don Alvaro fuese en breve restituido, y sospechando que tenia mayor cabida en lo de adelante, como quien dejaba sobrepujados y puestos debajo de sus pies á sus enemigos y á la fortuna, con mayor diligencia procuraban su amistad: el mismo rey de Navarra por envidia que tenia á don Enrique su hermano, de quien no llevaba bien tuviese mayor privanza con el rey de Castilla y el primer lugar en autoridad, comenzó á favorecer á don Alvaro y tratar que volviese á la corte. Ofrecíase buena ocasion para esto por la muerte de don Ruy Lopez Dávalos: á seis de enero año de 1428 falleció en Valencia, do á la sazon se hallaba el rey de Aragon. Fué este caballero mas dichoso en sucesion que en la privanza de palacio. De tres mugeres que tuvo, engendró siete hijos y dos hijas: de quien en Italia proceden los condes de Potencia y de Bovino, los marqueses del Vasto y de Pescara, y muchas otras familias y casas en España. Su cuerpo depositaron en Valencia, de allí le trasladaron los años adelante á Toledo y enterraron en el monasterio de San Agustin. Tenia costumbre de dar oidos y crédito á los pronósticos de los astrólogos, por ser (como otros muchos) aficionado á aquella vanidad; mas no pudo pronosticar ni conocer su caida: cuando murió aun no tenia del todo perdida la esperanza de recobrar sus honras antiguas y su estado.

Don Enrique de Aragon comenzó á poner en esto gran diligencia; pero por su desgracia y por desamparalle sus amigos no tuvo efecto, como ordinariamente á los miserables todos les faltan. Solo Alvar Nuñez de Herrera natural de Córdova guardó grande y perpetua lealtad con don Ruy Lopez: fué mayordomo suyo en el tiempo de su prosperidad, y despues puesto en prision como consorte en el delito que le achacaban. Libre que se vió de la prision, no reposó antes de convencer á Juan Garcia, inventor de aquella mentira, de haber levantado falso testimonio, y hacerle ejecutar como á falsario y traidor. Para ayudar tambien à la pobreza de su señor vendió los bienes que dél recibiera en cantidad, y juntó ocho mil florines de oro, los cuales metidos en los maderos de un telar para que el negocio fuese mas secreto, cargados en un jumento, y su hijo á pie en hábito disfrazado, se los envió á donde estaba: lealtad señalada y excelente, digna de ser celebrada con mayor elocuencia y abundancia de palabras.

Con la muerte del competidor el poder de don Alvaro de Luna se arraigó mas. El rey de Castilla se entretenia en Segovia, ocupado en procurar deshacer las confederaciones y ligas que los grandes tenian hechas entre si. Publicó una provision, en que mandaba que se alzasen los homenages con que entre si se obligaran: otorgó otrosi un perdon general y perpetuo de los delitos pasados y desacatos; demas desto á la infanta doña Catalina muger de don Enrique en trueco de Villena dió las ciudades de Trujillo y Alcaráz, fuera de algunos otros lugares de menor cuantia en el reino de Toledo cerca de Guadalajara : añadióle asimismo docientos mil florines, que fué dote muy grande y verdaderamente real. A instancia del mismo don Enrique de Aragon don Ruy Lopez Dávalos fué dado por libre de lo que le acusaban; pero lo que fuera razon, se hiciese sus honras y bienes no fueron restituidos á sus hijos así lo quiso el rey, así convenia á los que se veian ricos y grandes con sus despojos.

Concluidas estas cosas, el rey de Castilla se fué á Turuégano: allí vino don 'Alvaro á su llamado con muy grande y lucido acompañamiento, como quien ganara de sus contrarios un nobilísimo triunfo, alegre y soberbio. Crecia de cada dia en privanza, y tenia mayor autoridad en todas las cosas; solo en particular podia mas que los demas grandes y toda la nobleza. Doña Leonor hermana del rey de Aragon estaba concertada con don Duarte príncipe de Portugal, heredero futuro del reino, y que era de edad de treinta y seis años: los desposorios se celebraron, presente el rey de Aragon, en tierra de Daroca en una aldea llamada Ojos Negros. Hallóse presente don Pedro prelado de Lisboa como embajador de Portugal, hijo que era de don Alonso conde de Gijon. El dote de la doncella fueron docientos mil florines. Señalaronle por camarera mayor á doña Costanza de Tovar viuda del condestable don Ruy Lopez Dávalos. De Valencia partió esta señora por tierras de Castilla. En Valladolid el rey de Castilla y sus hermanos la festejaron mucho : hiciéronse algunos dias justas y torneos. Desde alli con grandes dones y joyas que le dieron, pasó á Portugal á verse con su esposo las bodas se hicieron con tanto mayores regocijos del pueblo cuanto se dilataron por mas tiempo, que casi tenian perdida la esperanza que el infante don Duarte se hobiese de casar por habello hasta aquella edad dilatado.

Sucedió por el mismo tiempo que don Pedro hermano de don Duarte despues de una larga peregrinacion, en que visitó al emperador Sigismudo y al mesmo Tamorlan Scytha (el vulgo dice que anduvo las siete partidas del mundo) volvió en España. Llegó á Valencia por el mes de junio; por el de setiembre se casó con doña Isabel hija mayor del conde de Urgel que tenian preso. Deste matrimonio nacieron doña Isabel que vino à ser reina de Portugal, doña Philipa que fué monja, don Pedro condestable de Portugal, don Diego cardenal y obispo de Lisboa que falleció en Florencia de Toscana, don Juan rey de Chipre, y doña Beatriz muger que fué de Adolfo duque de Cleves. Don Pedro hechas las bodas partió de Valencia y visitó al rey de Castilla en Aranda, últimamente llegó á Portugal; salíanle al encuentro los pueblos enteros; mirábanle como si fuera venido del cielo y mas que hombre, pues habia peregrinado por provincias tan extrañas: maravillábanse demasiadamente como hombres que eran de groseros y rudos ingenios.

El rey de Castilla, asentadas las cosas de Castilla la Vieja, y puesto en libertad á Garci Fernandez Manrique, de quien dijimos fué preso con don Enrique de Aragon, y restituidole en sus antiguos estados, dió la vuelta al reino de Toledo al fin deste año, y despues que algun tiempo se detuvo en Alcalá, pasó á Illescas. Llegó allí á la sazon Juzeph Abencerrage, huido de Granada, sobre negocios del rey moro despojado. Fué recebido y tratado benignamente por el rey: envióle con Alonso de Lorca que desde Murcia le hizo compañia, al rey de Tunez con cartas en que le exhortaba y pedia tuviese compasion de aquel rey desterrado, y le restituyese en el reino con sus fuerzas y gente: que haciendo ellos el deber, no dejaria de ayudallos con dineros, armas, soldados y provisiones. El de Tunez movido por esta embajada tornó á enviar al rey Mahomad en España con una armada y trecientos de á caballo; y como desembarcasen en Vera, causó grande mudanza y alteracion en los corazones de los que por ser hombres de ingenio mudable se tornaban á aficionar al gobierno antiguo, y aborrecer al nuevo señorío y mando del nuevo rey. Las ciudades y lugares de aquel reino á porfia se lo entregaban: la misma ciudad de Granada vino en su poder al principio del año de 1429. El tirano se retiró al castillo del Alhambra, en que en breve fué preso y muerto; y con tanto dejó con ayuda del cielo y grande aplauso de toda la provincia el cetro de que injustamente y á tuerto se apoderara, al rey legitimo que procedia de padres y abuelos reyes. Esto en España.

Las cosas de Francia no podian hallarse en peor estado que el que tenian, apoderados los Ingleses, perpetuos enemigos de Francia, de Paris y de otra muy grande parte de aquella provincia. Carlos séptimo deste nombre, rey de Francia, en aquella apretura y peligro envió á pedir socorro con grande sumision así a los otros príncipes como al rey de Aragon. Matias Rexaque enviado por esta causa de Francia llegó a Barcelona por el mes de abril. Hallábase el rey de Aragon embarazado con dos guerras, en especial la de Nápoles le aquejaba, de donde casi perdida la esperanza don Pedro su hermano en una armada habia venido á España: en su lugar y en el gobierno quedó Dalmacio Sarsera para que entretuviese lo que quedaba en pie. Demas desto pensaba el dicho rey hacer guerra á Castilla, y para ella se apercebia á la sazon con grande cuidado. Por esta causa la embajada de Francia no fué de efecto alguno; mas las cosas de aquel reino sin fuerzas, sin ayuda, 51

TOMO II.

sin gobierno, fueron por favor del cielo ayudadas, y se mejoraron con esta ocasion. Ya siete meses los Ingleses tenian sitiada à Orliens ciudad nobilísima, puesta sobre el rio Loire. Los cercados padecian falta de todo lo necesario, y á penas con los muros se defendian del enemigo. Una doncella llamada Juana, de no mas de diez Y ocho años, salvó aquella ciudad. Era natural de S. Remí, aldea en la comarca de los Leucos, parte de lo que al presente llamamos Lorena. Su padre se llamó Jaques Durcio y su madre Isabel. Desde su primera edad se ejercitó en pastorear las ovejas de su padre. Esta doncella vino á los reales de los Franceses, dijoles que por divina revelacion era enviada para librar á Orliens de aquel peligro y á Francia del señorío de los Ingleses. Hiciéronle muchas preguntas, y como de todas saliese bien, quedaron persuadidos el rey y sus capitanes que decia verdad. Luego con gentes que le dieron, por medio de los enemigos metió dentro de Orliens socorro y vituallas. Los de dentro con la esperanza de poderse defender cobraron ánimo, y con diversas salidas y rebates al fin hicieron tanto que el cerco se alzó á veinte siete de mayo.

Recobraron fuera desto los lugares en contorno y sacaronlos de poder de los contrarios; tuvieron solamente diversas escaramuzas sin que se llegase á batalla. Pretendian con la costumbre de vencer en aquellos encuentros y rebates, que los Franceses cobrasen ánimo y se alentasen del miedo que tenian cobrado. El rey de Francia otrosi por medio de sus enemimigos pasó á Rems por consejo de aquella doncella á coronarse y ungirse, lo que hasta entonces no se habia hecho: con esto á los suyos se hizo mas venerable, á los enemigos espantoso. Recobradas muchas ciudades, acometieron los Franceses à Paris: no la pudieron entrar, antes á la puerta de S. Honoré la doncella ó poncella de Francia fué herida. Pasaron con la guerra á otra parte. Tenian los Ingleses cercada la ciudad de Compieñe: la doncella animada por las cosas pasadas con un escuadron apretado y cogido de los suyos se metió en la ciudad. De allí hizo una salida y dió una arma á los Ingleses en que por secretos juicios de Dios fué presa por los enemigos y llevada á Ruan. Acusáronla de hechicera, y por ello fué quemada. El principal acusador y atizador fué Pedro Chauchonio obispo de Beauvais, sin que tuviese alguno de su parte que osase abrir la boca en su defensa, dado que muchos se persuadian, y hoy lo sienten asi, que aquella doncella fué condenada injustamente: honra perpetua de Francia, famosa en todos los siglos, y noble, como lo pronunciaron los jueces á quien cometió los años adelante esta causa el pontifice Calixto: proceso y sentencia que hasta hoy se guardan y están en los archivos de la iglesia mayor de París. Una estátua suya de metal se vee en medio de la puerta de Orliens, puesta en memoria del beneficio que della recibieron; pero esto pasó algun tiempo adelante.

En Tarragona ciudad en Cataluña los obispos de la provincia Tarraconense se juntaron, llamados á concilio por don Pedro cardenal de Fox, legado que á la sazon era del pontifice Martino quinto. Lo que en aquel concilio se decretó, no se sabe (1); solo lo que era de mayor importancia y mas se pretendia, el canónigo Gil Muñoz renunció las insignias y nombre de pontifice, los cardenales que consigo tenia, fueron depuestos, y quitádoles la dignidad y nombre que sin propósito usurpaban, lo uno y lo otro por órden del rey de Aragon en gracia del pontifice Martino, al cual como antes tuvo enfrenado con el miedo, así bien ahora le pretendia ganar y traelle á su partido con este servicio tan señalado. Peñíscola, que fué de la órden de S. Juan de tiempo antiguo, quedó en lo de adelante por el rey: á Gil Muñoz para alguna manera de recompensa hicieron obispo de Mallorca. Alonso de Borgia fué otrosi nombrado por obispo de Valencia en premio del tra– bajo que tomó en reducir á buen seso al dicho Gil y á sus consortes, principio y escalon para subir á las mas altas dignidades que hay. Sucedió todo esto en Tortosa por el mes de agosto desta manera se puso fin al scisma mas reñido y de mas tiempo que jamás la iglesia padeció. En accion de gracias por beneficio tan señalado se hicieron procesiones por todas partes, y grandes plegarias para aplacar á los santos y suplicalles con gozo envuelto en lágrimas conservasen lo comenzado y diesen perpetuidad á mercedes tan señaladas. Esto en Aragon y en Francia. Razon será que volvamos á las cosas de Castilla que se han quedado atrás y á declarar las causas de una nueva guerra que se emprendió muy brava entre los reyes de España.

(1) Sus actas se hallan hoy en la Coleccion general de concilios, y en las del Cardenal Aguirre.

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N sosiego estuvo España los años pasados á causa de hallarse cansada de las muchas guerras que mucho la trabajaron y porque los reyes estaban emparentados entre si, y trabados en muchas maneras con deudo y afinidad: con los Moros de Granada tenian treguas, ó guerras y encuentros de poca consideracion y importancia, dado que no faltaba á los nuestros deseo de desarraigar y deshacer del todo aquella nacion malvada, para lo cual se ofrecia buena ocasion por estar á la sazon los Moros divididos entre sí en parcialidades y bandos, y por el consiguiente alborotados y á punto de perderse; pero desbarató estos intentos una nueva guerra que por este tiempo se emprendió entre los tres reyes de España, el de Aragon y el de Navarra de una parte, y de otra el de Castilla, de mayor ruido y porfia que de notable y señalado remate. Lo que aqui pretendemos, es poner por escrito las causas y motivo desta guerra, el fin y suceso que tuvo, los juegos de la fortuna variable, y la caida con que don Alvaro de Luna de la cumbre de prosperidad en que estaba, comenzó la segunda vez à despeñarse sin saberse reparar, que fué justo castigo de Dios por ser el principal atizador y causa de todos estos males y discordias; porque pretendiendo él conservarse por cualquier camino en el poder y grandeza que con buenas ó malas mañas alcanzara, luego que volvió á la corte y fué restituido en su primer lugar y privanza, persuadió al rey que á los grandes, que debiera antes grangear con servicios y cortesia los hiciese salir de su casa real y de su corte, y los mandase retirar á sus casas y estados: consejo muy errado y perjudicial, principalmente al que le daba.

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