tantas juntas y coloquios y vistas de reyes , tantos gas- él no lo quiso aceptar. Demás desto por negociacion tos y trabajos. España á esta sazon sosegaba , si bien del infante don Juan, que ya era del bando del infante parecia que la amenazaba alguna cruel tempestad, á don Sancho, su hermano, los grandes de Castilla y de causa de estar todas las voluntades, así bien de los gran- Leon, que muy de atrás andaban desabridos por la sedes como de los pequeños, muy alteradas y desabridas, veridad del Rey y su aspereza, se declararon por su y la pretension que andaba sobre la sucesion del reino. hijo. La memoria fresca del triste suceso del señor de los Cameros y del infante don Fadrique atizaba mas CAPITULO V. estos desabrimientos. Tratábanse estas cosas al princiCómo don Sancho se rebeló contra su padre. pio del año 1282 del nacimiento de Cristo nuestro Se ñor. En el mismo año por el mes de agosto en la villa Las vehementes sospechas que entre don Sancho y de Troncoso se celebraron las bodas entre Dionisio, rey su padre el rey don Alonso se despertaron de peque- de Portugal, y doña Isabel, bija mayor del rey de Araños principios poco a poco, como acontece, vinieron á gon. Esta es aquella reina doña Isabel que por sus granparar en discordia manifiesta y en guerra. Llevaba mal des virtudes y notable piedad es contada entre los el rey don Alonso verse á causa de su vejez poco esti- santos del cielo, y su memoria se celebra en aquel reino mado de muchos ; dábale pena el deseo que sentia en con fiesta particular. Este Rey, sin tener respeto á su sus vasallos de cosas nuevas. Para acudir á este daño abuelo, atraido con la destreza y mañas de don Santan grande y ganar reputacion entre los suyos, con cho, se juntó con él y se declaró por su amigo y aliado, genle de guerra que juntó se delerminó hacer una nueva sea por algun enojo que tenia con su abuelo, sea por entrada en tierra de moros, con que les robó y taló la tener por esta via esperanza de mejor partido y remucampaña y les hizo otros daños, dado que su edad era neracion. El rey don Alonso miraba poco las cosas por mucha y el cuerpo tenia quebrantado por los muchos y venir, así por su larga edad como por la comun tacha trabajos y pesadumbres. Ninguna cosa mas le aqueja- de nuestra naturaleza, que en sus proprios negocios ba que la falta del dinero, cosa que desbarata los gran- cada cual es menos prudente que en los ajenos; estordes intentos de los principes. Trataba de hallar algun ba el miedo, la codicia y el amor proprio, y ciega para medio para recogello. Parecióle que el camino mas fá- que no se vea la verdad. Hizo llamar á Cortes para la cil seria batir un nuevo género de moneda, así de co- ciudad de Toledo, por ver si en alguna manera se pubre como de plata , de menor peso que lo ordinario y dieran sosegar las voluntades de su hijo y de la gente mas baja de ley y que tuviese el mismo valor que la principal sin poner mano á las armas. Por seguir el cade antes , mal arbitrio, y que no se sufre hacer sino mino mas blando, que era apaciguallos amigablemente, en tiempos muy apretados y en necesidad extrema. Re- ni se apercibió como fuera menester, ni usó de bastante sulló pues desta traza un nuevo daño, es á saber, que recato. Don Sancho por otra parte, confiado en el fase encendió mas el odio que públicamente los pueblos vor y ayuda de la nobleza y por estorbar la traza y tenian concebido contra el Rey, mayormente que se ardid de su padre, llamó asimismo á Cortes para Valladecia por cosa cierta que en las causas civiles y crimi- | dolid; acudió a su llamado mucha mas gente que á Tonales y en castigar los delitos no tenia tanta cuenta ledo. Tenia deseo de dejar sucesion; casó con doña con la justicia, como con las riquezas que las partes María, hija de Alonso, señor de Molina, que era su tenian, y que á muchos despojaba de sus haciendas pariente en tercero grado. Deste matrimonio le naciepor cargos y acusaciones fingidas que les imponian, ron don Fernando, su primogénito, y otros hijos. En cosa que no se puede excusar con ningun género de aquellas Cortes todo lo que se hizo fué conforme al panecesidad, y con ninguna cosa se ganan mas las vo- recer de los grandes que allí se juntaron, porque don luntades de los vasallos para con su príncipe que con Sancho les otorgó todo aquello que se atrevieron á peuna entereza y igualdad en hacer á todos justicia. En- dir, así en pro de cada cual dellos como para el público, vió por embajador á Francia á Fredulo, obispo de además de muy mayores mercedes que les prometió Oviedo , francés que era de nacion. Echaron fama que para adelante, camino que le pareció el mejor de todos para visitar al rey Filipo y por su medio alcanzar del para ganar las voluntades de grandes y pequeños. ProSumo Pontifice la indulgencia de la cruzada para los veyéronse nuevos oficios y cargos, biciéronse nuevas que fuesen á la guerra de los moros. El principal in- leyes; cuanto cada uno lenia de fuerza y autoridad, y tento era comunicar y tratar con él la manera cómo tanta mano metia en el gobierno del reino. Cundió el , pondrian en libertad á sus nietos, fuese por la compa- deseo de cosas nuevas y de levantarse contra su rey, y sion que tenia de aquella inocente edad y por la aficion llegó hasta la gente vulgar. Tal era la disposicion de los que tenia á los infantes como á sus nietos, ó lo que yo corazones en aquella sazon, que hazaña tan grande mas creo, por el aborrecimiento que habia cobrado á como quitar el ceptro á su Rey unos se atreviesen á indon Sancho, su hijo, por cuyo miedo los años pasados, tentalla, muchos la deseasen y casi todos la sufriesen, mas que por su voluntad, los privó de la sucesion del sin faltar quien en medio del aplauso y vocería llamase reino. No se le encubrieron á don Sancho las preten- rey á don Sancho y le diese nombre de padre de la pasiones de su padre, como quiera que no pueda haber tria con todos los demás títulos de principe. Mas el secreto en semejantes discordias domésticas. Acordó constantemente lo desechó con decir que mientras su de prevenirse; en particular para ayudarse del socorro padre fuese vivo no susriria le quitasen el nombre y de los moros se partió para Córdoba; allí asentó con- honra de Rey, ora fuese por mostrarse modesto y dessederacion con el rey de Granada , y para ganalle mas preciar un vano apellido , pues en efecto todo lo manle soltó las dos partes del tributo que pagaba , partido daba, ó por encender mas las voluntades del pueblo que poco antes pretendió el Moro del rey don Alonso y con entretenellos. Pasó el negocio tan adelante, que sin embargo el infante don Manuel, tio de don Sancho, guerra que allí pudo ayuntar. Córdoba se defendió vaen nombre suyo y de los grandes, por sentencia públi- lerosamente por el esfuerzo de los ciudadanos y la bueca que se pronunció en las Cories, privó al rey don na diligencia de don Sancho, que se previno con presAlonso de la corona. Castigo del cielo sin duda , me- teza contra la venida de los enemigos. Así el rey Moro recido por otras causas y por haberse atrevido con len- á los veinte dias que puso el cerco le alzó; para la gua desmandada y suelta , confiado en su ingenio y priesa que traia, cualquier dilacion le era pesada. Tohabilidad á reprehender y poner lacha en las obras de davía con voluntad del rey don Alonso pasó por Sierrala divina Providencia y en la fábrica y compostura del morena y llegó hasta Montiel; hizo gran daño en toda cuerpo humano; tal es la fama y voz del vulgo desde tiem- aquella tierra y grandes despojos con que se volvió á po antiguo continuada de padres á hijos. Este atrevi- Ecija. Este fué el fruto de la discordia civil y no otro. miento castigó Dios con Tratalle desta manera, revés Acudió allí el rey don Alonso, pero luego se retiró seque dicen él habia alcanzado por el arte de astrología, en cretamente y se fué á Sevilla, de donde era venido, por que era muy ejercitado, si arte se puede llamar, y no aviso que le dieron que el rey Moro trataba de le pren. antes engaño y burla, que siempre será reprehendida y der; si fué verdad ó mentira no se sabe. Lo que conssiempre tendrá valedores. Añaden que deste conoci- ta es que el Moro mostró gran sentimiento y pesar de miento procedieron sospechas y que con el miedo se que en su lealtad se pusiese duda, en lanto grado que, hizo cruel , de que resultó el odio que le tenian, y del dejada España, se pasó en Africa; restituyó empero á odio procedió su perdicion y caida. Las bodas del in- don Alonso mil caballos escogidos que con su licencia fante don Sancho se celebraron en Toledo; el aparato tiraban sueldo del rey Moro, que fué señal de no ir de no fue muy grande, por estar en víspera de la guerra todo punto desabrido. Era caudillo desta gente Hernan civil todo revuelto. El rey don Alonso, reducido á es- Ponce; cuéntase que como junto á Córdoba se encontos términos por verse desamparado de los suyos, acu- trasen con diez mil caballos de los enemigos, fué lan dió á pedir socorro y dineros prestados al rey de brava la carga que les dieron, que los rompieron y puMarruecos. Envióle en prendas su real corona, que era sieron en huida: tan grande era su valor y esfuerzo, de gran valor. Alonso de Guzman, señor de Sanlúcar, tan señalada su destreza , conocida y probada en mupor desabrimientos que tuvo con el rey don Alonso, chas guerras. En Sevilla el rey don Alonso en una soresidia á la sazon en Marruecos; la causa en particu- lemne junta que tuvo privó a su hijo don Sancho de la Jar no se sabe; lo cierto es que era estimado en mucho sucesion del reino con palabras muy sentidas y graves de aquel rey Moro y que le hizo capitan de sus gentes. у mil denuestos y maldiciones que descargó sobre su Hoy dia se muestra una carta del rey don Alonso, para cabeza , como se puede pensar de padre tan ofendido. él muy bumilde por el aprieto en que se hallaba, que Pasó esto á 8 dias del mes de noviembre. El infante sué la mayor miseria estar forzado á rogar y humillar- don Sancho hacia poco caso de aquellas maldiciones y se á su mismo vasallo que le tenia ofendido. Por la saña; renovó la confederacion con el rey de Granada, carta le ruega se acuerde de la amistad antigua que y en la comarca de Córdoba, donde estaba, se aperceentre ellos habia y de su nobleza ; ponga en olvido los bia para todo lo que pudiese suceder; la gente de guerdesgustos y cosas pasadas y le favorezca en aquel aprie- ra para que invernasen repartió por aquellos lugares. to; sea parte para que se le envien dineros y gente de CAPITULO VI. guerra, pues puede y alcanza tanto con el rey Moro. Prométele que tendrá perpetua memoria deste benefi De la conjuracion que hizo Juan Prochita contra los franceses en Sicilia. cio y servicio, y que en efecto podrá esperar de su benignidad cualquier cosa, por grande y dificultosa que Este año fué notable, no solamente por el desafuero sea, que corresponderá en todo á su deseo. El rey que hicieron al rey don Alonso y las discordias de Case Bárbaro lleno de esperanzas y por parecelle se le ofre- lilla, sino mucho mas por la conjuracion muy famosa cia buena ocasion de mejorar su partido á causa de las de Juan Prochita. Este fué señor de la isla de Prochita, discordias de Castilla , hizo aun mas de lo que se le que cae junto á Sicilia, varon de grande ingenio , y que pedia. Con acuerdo del rey don Alonso pasó en Alge- fué muy estimado y grande amigo del rey Manfredo; cira; y en Zahara, villa del reino de Granada, se vió los años pasados por no ser maltratado de los francecon él. Usaron entre los dos de grandes comedimien- ses, que entonces tenian el mando y buscaban todas tos y cortesías. Diósele al rey don Alonso mas alto lu- las ocasiones de descomponer la gente poderosa, se regar y silla , honra que se le hizo por ser huésped y cogió á Aragon. Los reyes de Aragon don Jaime y don porque el de Marruecos ganó el reino que tenia ; don Pedro bolgaron de su venida por ser persona de tanto Alonso procedia de casta de reyes y desde su niñez fué valor, por medio del cual podrian cobrar los reinos de criado como quien habia de ser Rey, por tanto era ma- Sicilia y Nápoles, que pretendian contra derecho les yor en dignidad, que fueron todas razones del mismo quitaron. No solo le recogieron con mucha alegria Bárbaro. Tratose en esta habla de la forma que se de- muestras de amor, sino le heredaron de grandes pose. bia tener en hacer la guerra, pues la esperanza de ha- siones con que pudiese sustentar su vida, particularcer y asentar paces con su hijo era ninguna, aunque mente le dió el rey don Pedro en tierra de Valencia á desto tambien se movió plática. De las ciudades de la Lujen y á Benizan y á Palma. Los gibelinos, oprimidos Andalucía, Sevilla se tenia por el rey don Alonso, Cór- por el mando que los franceses tenian en toda ltalia, gen. doba por don Sancho, su hijo. Los moros tomaron á su ie seroz y soberbia, así lo publicaban ellos, comenzacargo de cercar aquella ciudad, como lo hicieron des- ron á volver los ojos á los aragoneses, ca tenian espepues de talar y robar los campos comarcanos. Acudió ranza que con su ayuda podrian desechar aquel pesie el rey don Alonso desde Sevilla al cerco con la gente de disimo yugo y imperio. Vió Italia en aquella sazon lo que ܝ que en el mas mísero cautiverio se puede esperar, que ña, os oprimirá con su peso; mejor seria que á vuesles vedasen el poder hablar libremente; señorío ipsu- tros enemigos les diésedes en qué entender en sus ca-, frible y que se extendia hasta Roma, donde el rey de sas, porque los sicilianos con la memoria del antiguo Nápoles, puesto allí un su vicario ó teniente, tenia el gobierno y por el aborrecimiento que tienen al nuevo gobierno de todo con nombre de senador. Nicolao , pon- están desgustados de suerte, que mas les falta cabeza lisice romano, procuraba con todas veras librará Ro- á quien seguir que deseo de rebelarse. No cesan de ma de aquella sujecion. Para esto lo primero que hizo importunar á los reyes de Aragon que les dén socorro y fue declarar por un edicto ó bula que ninguno en Ro- se apoderen de toda la isla. Fuera desto, el Pontifice ma pudiese ser senador mas que por un año; quitó romano está muy desgustado con los franceses; si ayuotrosí la facultad á los reyes y á sus parientes de poder dáredes sus pretensiones, sin duda con poco trabajo y tener y ejercitar aquel gobierno ó magistrado. A Cár- costa ahorraréis de grandes tempestades y revolveréis los, rey de Sicilia , le privó del nombre y autoridad de sobre ellos el daño que contra vos procuran. Finalmenvicario, nombre de que usaba en Italia, como lugarte- te, os persuadid que los franceses jamás os serán aminiente de los emperadores, con color que esta era la gos. El poder y fuerzas que alcanzan ¿quién no lo savoluntad del emperador Rodulfo. Todo esto aunque iba be ? » El Emperador tenia por cierto era verdad todo lo encaminado á enflaquecer las fuerzas del rey Cárlos, que Prochita le decia; mas no queria empeñarse mupero como era conforme á razon lo que se ordenaba, cho en el negocio ni del todo declararse. Prometió que aun no se movian las armas ni se llegaba á rompimien- él ayudaria las pretensiones del rey de Aragon con dito. Lo que algunos autores defienden ó porsian, que el neres de secreto, porque estas práticas no se entenpapa Nicolao tenia determinado hacer de la familia y diesen. Concertado esto, el Prochita se volvió a Italia ; casa Ursina, de que él descendia , dos reyes en Italia, el fuése á ver con el Papa , que estaba en Roca Soriana uno en Lombardía, y el otro en Toscana , para estorbar junto á Viterbo. Avisóle de todo lo que pasaba, y co? á los tramontanos la entrada de Italia , la mas frecuen- tanto dió la vuelta á Sicilia á tratarcon los principales de te fama y casi el comun consentimiento de todos lo la isla que se rebelasen. Fué el descuido ó seguridad de condena como falso. De cualquier manera que esto sea, los franceses tal y el silencio de los conjurados, que Cárlos, viudo de la primera mujer, casó con hija del jamás se entendió cosa alguna. Falleció en esta sazon emperador Balduino desposcido; con esto trataba de el papa Nicolao; por su muerte fué puesto en su lugar volver á aquella pretension y ayudar con sus fuerzas á Martin IV, natural de Turon de Francia, favorecia Filipo, su cuñado, para recobrar el imperio de Cons- el partido del rey Cárlos de tal manera , que á contemtantinopla. Procuraha para salir con este intento de placion suya declaró por descomulgado al Emperador hacerse amigo de don Alonso, rey de Castilla. Para griego, como á scismático y que no queria obedecer á mas prendalle procuró que le diese su hija doña Vio- la Iglesia romana. El rey de Aragon envió al nuevo suJante para casalla con el emperador Filipo. Estas pre- mo Pontifice por su embajador un varon en aquel tiemtensiones se deshicieron con las artes de los aragone- po muy señalado y de gran prudencia, llamado Hugo ses, y aun expresamente se estableció en el Campillo, Metaplana, para que procurase entender sus intentos, donde, como dicho es, los reyes se hablaron, que el dado que la voz era para hacer canonizar á fray Rairey de Castilla no emparentase con franceses. A doña mundo de Peñafuerte. El Pontífice no quiso otorgar Beatriz, hija del rey Manfredo, hermana de doña Cons- con esta demanda; decia que no se debia conceder cotanza , reina de Aragon, la tenia el rey Cárlos presa sin sa alguna á quien rehusa ba de pagar el tributo que dequerella en manera alguna poner en su libertad, aun- bia á la Iglesia romana; antes revocó la concesion que que sobre ello habia sido importunado. Esto se juntalne de los diezmos eclesiásticos hicieron sus antecesores al con otras causas y razones de discordias y enojos. Juan rey don Jaime, su padre. Lo que pudiera atemorizar al Prochita con la ocasion destas disensiones y disgustos tos | Aragonés le encendió mas para aprestar la jornada, intento de cobrar su patria y estado; fué uva y segun- porque si se detenia no sucediese alguna cosa que la da vez á Constantinopla en bábito desconocido. Puso estorbase; apercibió una grande armada en las costas de alemperador Paleólogo, que ya antes tenia recelo de Aragon con voz de pasar en Africa, en que dos hijos sus cosas, en mayor sospecha y cuidado. Avisóle que el del rey de Túnez, despojado por Conrado Lanza, como rey Cárlos de Nápoles, juntadas sus fuerzas con las de arriba se tocó, de aquel reino, competian entre sí sobre Francia, tenia una poderosa armada puesta en órden el señorío de Constanti y Bugía , ciudades que quepara ir contra él; que los franceses tenian sus fuerzas daron en poder de su padre. Esla era la farna; el mayor enteras; á los griegos enflaquecian los bandos que en- y mas verdadero cuidado de acudir á lo de Sicilia. El tre ellos andaban, demás de otras desgracias, de tal Pontífice envió á saber por sus embajadores la causa de manera, que no podrian resistir al poder de aquellos dos aquel aparato, y como no cesasen de preguntar lo que reyes. «Los sucesos de las guerras pasadas, dice, les era mandado, el Rey encendido en cólera les respueden servir de aviso. Séame lícito decir la verdad; pondió: «Quemaria yo mi camisa si pensase era saen vos no cabe soberbia , y es cosa muy loable y mag- bidora de mis puridades. » La misma respuesta dió al nifica saberse el hombre gobernar en el enojo y peli- rey de Francia, que á entrambos tenian puestos en cuigro. Por ventura con estaros en vuestra casa entorpe- dado las cosas del rey Cárlos , tanto mas que sabian muy cido é esperaréis que os acometan con la guerra y que bien la enemiga que los aragoneses tenian contra él. acrecentados con sus fuerzas y las de vuestros vasallos, El Emperador griego, segun que lo tenia prometido, que andan desgustados y revueltos, lo que me pone acudió con buena suma de dinero. La conjuracion de temor decillo, os echen de vuestro estado? Gran carga los sicilianos se vino á ejecutar en el mas santo tiempo teneis sobre los hombros, tal, que si no la regis con ma de todo el año, que parecia gran maldad, es á saber, el tercero dia de la Pascua de Resurreccion,que fué á 31 dias danos y amigos muertos; los cercados, por entender del mes de marzo, cuando por todas partes se hacian esto, se defendian valerosamente con tanto coraje, que, juegos y alegrías, muestras mas de seguridad y con- hasta las mujeres, niños y viejos acudian á todas partento que de temor y matanza. Al mismo tiempo y ho- tes, no esquivaban ni trabajo ni peligro. A esta sazon ra que al son de las campanas despues de comer llama- llegó el rey de Aragon á Palermo; en aquella ciudad se ban los pueblos á vísperas se ejecutó la matanza de los coronó, y fué de todos saludado por rey, que era mefranceses, que bien descuidados estaban, en toda la is- ter nuevas prendas; acrecentó su armada con las naves la en un momento; de que vino el proverbio de las Vís- que los sicilianos tomaron al principio deste alboroto, peras Sicilianas. Apoderáronse otrosi los sicilianos de y las tenian apercebidas para ir contra los griegos. Los toda la armada que en los puertos de Sicilia tenian cercados, con la esperanza del socorro que les venia á aprestada contra el Emperador griego, ya declarado por buen tiempo, cobraron mayor ánimo, tanto, que el rey enemigo por el papa Nicolao IV. Desta manera pasó es- Cárlos fué forzado de alzar el cerco de Mecina, y con te hecho, segun que lo divulgó la fama y lo dejaron tristeza y vergüenza, pasado el Faro, dar la vuelta á escrito muchos autores. Otros afirman que este estrago Italia. Fué este para los aragoneses un principio de gran. tuvo principio en Palermo, donde como la gente en aquel des desabrimientos, y de gloria y honra no menor. Endia señalado fuese á visitar la iglesia de Sancti Spiritus, viáronse los reyes cartas llenas de saña y depuestos, У que está en Monreal, una legua distante, un cierto fran- con que mas se irritaron las voluntades hasta llegar á decés, llamado Droqueto, quiso con soltura catár á una mu- clararse la guerra por ambas las partes. El Aragonés jer para ver si llevaba armas. Aquel desaguisado tomó esperaba nuevo ejército de España, el rey Carlos de la por ocasion el pueblo para levantarse. En el campo, en Proenza y de Marsella ; todo les era á los aragoneses la ciudad y en el castillo se hizo gran matanza de france- Mano en Sicilia , á los franceses dificultoso. Los reales ses, sin tener respelo á mujeres, niñosni viejos, con tan destos, puestos junto al estrecho de Mecina a la vista grande furia y deseo de salissacer su saña, que aun las de Sicilia, los soldados aragoneses repartidos en mumujeres que entendian'estar preñadas de los franceses, chas partes y enviados á las ciudades para mas aseguporque dellos no quedase rastro alguno las pasaban á rallas y defendellas; el rey don Pedro, con recelo de cuchillo. La misma ciudad de Palermo fué saqueada co- perder lo adquirido por ser el enemigo tan poderosa ma si fuera de enemigos; que el pueblo alborotado no У los socorros que él esperaba muy léjos, acordó de valiene término ni órden, y cualquier grande hazaña casi lerse de ardid y maña. Era el rey Cárlos muy valienes forzoso vaya mezclada con muchos agrarios y sinra- te por su persona, de grandes fuerzas y destreza, у de zones. Las demás ciudades y pueblos en muchas partes У que él mucho se preciaba. Envióle el de Aragon á decon el ejemplo de los panormitanos acudieron asimismo safiar con un rey de armas; que si confiaba en sus á las armas; solo Mecina por algun tiempo estuvo sose- fuerzas y valor, saliese á hacer cainpo con él; perdogada á causa de hallarse presente Herberio, aurelianen- nasen á tantos inocentes como de fuerza moririan en se, gobernador de toda la isla por los franceses; miedo aquella demanda; que por quien quedase el campo fuey respeto que no fué bastante ni duró mucho tiempo, se señor de todo lo demás, y cesaria la causa de la guerantes en breve los inecineses, á ejemplo de las otras ciu- ra que tenian entre manos. Así lo cuentan los historiadades, tomadas las armas, echaron fuera la guarnicion dores franceses. Los aragoneses, al contrario, afirman de los soldados y al mismo Gobernador. Solo Guillen que primero fué desafiado el rey don Pedro del Francés, Porceleto, provenzal de nacion y que tenia el gobierno y que el mensajero fué Simon Leontino, de la orden de de Calatafimia, en lo mas recio del asboroto le dejaron jos Predicadores ; lo que se sabe de cierto es que acepir libremente, porque la opinion de su bondad y mo- tado el riepto, se concertaron que peleasen los dos redestia le amparó para que no se le hiciese algun agra- yes con cada cien caballeros. Altercóse sobre señalar la vio. Este fué el suceso y la manera de la conjuracion de parte en que se haria el campo. Al fin se escogió BorJuan Prochita , mas famosa que loable. Los sicilianos, deaux, cabeza de la provincia de Guiena en Francia, amansado aquel primer impetu, puesto que entendian que pareció á propósito por estar entonces en poder de el peligro en que quedaban y que algunos se comenza- Eduardo, rey de Ingalaterra; señalóse el dia de la pelea ban á arrepentir de lo hecho, todavía determinados de y juraron las condiciones de una parte y otra. El Padre antes morir que tornar á poder de los franceses, acor- Santo, como supiese todas estas cosas y lo que en Sicidaron de acudir de nuevo al rey de Aragon para pedi- lia pasaba, amonestó al rey de Aragon dejase aquella lle los ayudase. A la sazon que esto pasaba en Sicilia empresa; que no perturbase la paz pública con desenestaba él en Tortosa con su armada aprestada. Pensa- frenada ambicion. Finalmente, porque no quiso obedeba antes que llegase la nueva de Sicilia de pasar en cer, á los 9 dias del mes de noviembre le declaró por Africa. Hizolo asi. Dende robadas y destruidas todas descomulgado; en Montefiascon se pronunció la sentenaquellas marinas, volvió repentinamente las velas, y cia. Al rey de Ingalaterra le envió á mandar con palamudado el camino, llegó á Córcega. Alli tuvo aviso de bras muy graves que no diese campo á los reyes ni lutodo lo sucedido en Sicilia y que el rey Cárlos á gran gar para pelear en su tierra. No aprovechó esta diligenpriesa era partido de Toscana, y con gente de guerra cia. La reina doña Constanza por mandado de su marido que juntara de todas partes tenia puesto sitio sobre se fué á Sicilia por ser la señora natural y porque con Mecina, tan apretado, que de muchos años á aquella la ausencia del Rey no se mudasen los sicilianos. Llegó parte no se dió á ciudad ninguna batería mas recia ni á Mecina á 22 dias del mes de abril del año del Señor mas brava. Todos hacian el postrer essuerzo; los fran- de 1283. Acompañóla don Jaime, su hijo, a quien el paceses ardian en deseo de vengarse, y con la sangre de dre pensaba dar el reino de Sicilia. Los reyes se apreslos sicilianos pretendian hacer las exequias de sus ciuda- taban para su desafío. El rey Carlos pasó en Francia, do tenia cierta la ayuda y favor de su gente, y las volun- chos pareció demasiado, y que no era bastante causa tades aficionadas. El rey don Pedro con su armada pa- para esto haberse apoderado de Sicilia, pues los mismos só en España. A 1.° de junio, que era el dia aplazado sicilianos puestos en aquel a prieto le llamaron y convipara la batalla, el rey don Carlos con el escuadron de daron con aquel reino para que los ayudase; demás que sus caballeros se presentó en Bordeaux. El rey don Pe- le pertenecia el derecho del rey Manfredo, ultra de la dro no pareció. Los escritores franceses atribuyen este voluntad y consentimiento que tenia por su parte del liecho á cobardía, y que quisieron engañar los únimos pontifice Nicolao II, que se allegaba á lo demás. Si sencillos de los franceses con aquella muestra hopra los negocios de Aragon andaban apretados , en Castilla que les ofrecieron, como quier que el rey de Aragon en no tenian mejor lérmino por las alteraciones que prevaaquel medio tiempo pretendiese fortalecerse, juntar ar- lecian entre el rey don Alonso y su hijo. La mayor parmas y gente. Nuestros historiadores le excusan; dicen te seguia á don Sancho; don Alonso por verse desainque fué avisado el rey don Pedro del gobernador de parado de los suyos acudia á socorros extraños; seBordeaux se guardase de las asechanzas de los france-, gunda vez hizo venir al rey de Marruecos en España, ses, que le tenian armada una zalagarda, y que el rey si bien porque la sonada no fuese tan inala, dió á entende Francia venia con grande ejército. Por ende hiciese der que era contra el rey de Granada, que favorecia á cuenta que los cien caballeros aragoneses habian de sus contrarios y tenia liecha liga con don Sancho. Esta combatir contra todo el poder de Francia. A la verdad empresa no fué deefecto memorable á causa que los afrilos franceses mas cercano tenian el socorro que los ara- canos hallaron á los contrarios mas apercebidos de lo goneses. Con este aviso dicen que el rey de Aragon en- que pensaban; y el rey de Granada, con tener puesta tregó al gobernador de Bordeaux el yelmo, el escudo, guarnicion en sus ciudades y plazas, huia de encontrarla lanza y la espada de su mano á la suya en señal que У se con el enemigo, y no queria ponello todo al trance era venido al tiempo señalado; y por la posta se libró de una batalla. Con tanto el de Marruecos dió la vuelta de aquel peligro, y se pasó á Vizcaya , que cae cerca. para Africa. El rey don Alouso, ya que esta traza no le Dejó por lo menos materia á muchos discursos, opi- salió como pensaba, acudió á olra diferente, solicitó al niones y dichos; ocasion y aparejo para nuevas guerras Francés para que le acudicse contra su hijo; demás deslo, y largas. procuró ayudarse de la sombra de religion y cristian dad. Fué así, que por sus embajadores acusó á don SanCAPITULO VII. cho, delante el pontifice Martino IV, de impio, desobe diente y ingrato, y que ea vida de su padre le usurpaba De la muerte de doo Alonso, rey de Castilla. toda la autoridad real sin querer esperar los pocos años Luego que el rey de Aragon volvió a su tierra tra. que le podian quedar de vida, por su mucha ambicion tó en un mismo tiempo de efectuar dos cosas : la una y deseo de reinar. Dió oidos el Pontifice á estas queera echar á don Juan Nuñez de Lara de Albarracin, á jas. Expidió su bula en que descomulgó todos aquecausa que por la fortaleza de aquella ciudad muchas ve- llos que contra el rey don Alonso siguiesen á su hijo ces corria libremente las fronteras de Aragon; la otra don Sancho. Nombró jueces sobre el caso, los cuales apaciguar los señores aragoneses y catalanes, que en todas las ciudades y villas que le seguian, pusieen tiempo tan trabajoso, en que tenian entre manos ron entredicho, como se acostumbra entre los cristiatantas guerras con los forasteros y tan fuera de sazon, nos; de suerte que en un mismo tiempo, aunque no andaban alborotados. Quejábanse que eran maltratados por una misma causa, en Aragon y Castilla estuvo puesdel Rey, casi como si fueran esclavos; que no se tenia lo entredicho y tuvieron los templos cerrados, cosa cuenta con las leyes, antes les quebrantaban todos sus que dió gran pesadumbre á los naturales, y todavía fueros y libertad, finalmente, que los desaforaba. No fal- se pasó en esto adelante, sin embargo que don Santaban eutre ellos lenguas suellas para alborotar los pue cho amenazaba de dar la muerte á los jueces y coblos so color de defender la libertad de la patria. Para misarios del Papa, si los hobiese á las manos. Tudo esto acudir á estas revueltas se juntaron Cortes, primero en y el escrúpulo y miedo de las censuras sué causa que Tarazona , despues en Zaragoza, y últimamente en Bar- muchos se apartaron de don Sancho. Entre los primecelona; ofreció el Rey de emendar los daños y desór- ros sus hermanos los infantes don Pedro y don Juan, denes pasados y expedir en esta razon nuevas provi- conforme á la inclinacion natural, comenzaron á condosiones, con que la gente se apaciguó. Fuéronles muy lerse de su padre. Entendió esto don Sancho, entretuagradables aquellos halagos y blandura , si bien sos- vo á don Pedro con promesa de dalle el reino de Murpechaban que otro tenia en el pecho, y que no proce- cia. Don Juan, dado que dió muestras de estar mudado dian tanto de voluntad cuanto del aprieto en que el Rey de voluntad, de secreto se parlió, y por el reino de Porse hallaba. La guerra con los franceses, que era de tan- tugal se fué á Sevilla, do su padre estaba. Muchos pueta importancia, le tenia puesto en cuidado; y el recelo blos, arrepentidos de la poca lealtad que á su Rey tuvieque si se ocupaba en las cosas de Italia y Sicilia no se ron, buscaban manera para alcanzar perdon y salir de alborolasen en Aragon sus vasallos le hizo ablandar. la descomunion en que los enlazaron; y luego que lo Demás desto, la descomunion que contra el fulminó el alcanzaron, se le rindieron con todas sus haciendas. En Papa, como poco antes se dijo, le tenia muy congojado, este número fueron Agreda y Treviño, y muchos cabay mas del lleros principales, como Juan Nuñez de Lara y don nes de marzo pronunció en Civitavieja, en que como ito Juan Alonso Paleta con el dorable on oie ajudam obediente á sus mandamientos le privaba de los reinos de su padre, y daba la conquista dellos á Cárlos de Valoes, hijo menor del rey de Francia. Rigor que á mu ron con el campo de Filipo, rey de Francia, que venia en ayuda del rey don Alonso, y con él entraron por tierras de Castilla, robaron y talaron los campos hasla To |