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tugueses llamaron Non por estar antiguamente persuadidos que el que le pasaba, no volvia. Luego el cabo del Boyador en altura de veinte y ocho grados enfrente de la isla de Palma, que es una de las Canarias. Son todos estos tres cabos puntas del ya dicho monte Atlas. Síguese en la misma costa el cabo Blanco, en altura de veinte y un grado ́s: tras él está la isla pequeña de Argin que da nombre á todo aquel golfo, ca le llaman golfo de Argin. Desde allí se pasa á cabo Verde y á sus islas, que son diez en número, la principal tiene nombre de Santiago: los antiguos las llamaron Hespérides, si bien algunos pretenden que debaxo deste nombre antiguamente se comprehendian todas las islas que se han nuevamente descubierto y están á la banda de Poniente. Está cabo Verde en altura de diez y seis grados, y antes dél entra en el mar el rio Sanaga, y pasado el cabo, otro al qual por sus muchas aguas llamaron el rio Grande. Sospechan (lo cierto no se sabe) que son dos brazos de un mismo rio, y añaden que es el rio Nigir; cele brado de los antiguos porque nace de las mismas fuentes del Nilo. Por lo menos tienen estos rios sus crecientes al mismo tiempo que el Nilo, y como él crian crocodilos y caballos marinos. Pasado el rio Grande, que tiene de altura once grados se empina en ocho grados la sierra Leona, asi dicha por los muchos truenos, relámpagos y fuegos que en ella se veen, por su altura ; y porque los naturales salén á sus labores de noche con luces (como se toca en otra parte) parece que todo arde en vivas llamas. Quieren que este monte sea el que Ptolemeo llamó Carro de los Dioses, dado que él le demarca en elevacion de cinco grados solamente. Debaxo de la equinoccial está la isla de Santo Thomé no lexos de la ribera de tierra Firme, y de Portugal algo mas de mil leguas : los ayres son mal sanos, el provecho por los azúcares que en ella se dan, mucho. A seis grados de la otra parte de la línea cae la Mina, asi dicha por el oro muy acendrado que della se saca. Mas adelante está el rio de Santiago, y el golfo de Santa Elena donde Gama abordó para hacer agua. Otros particulares rios y cabos, y islas hay, como es forzoso en tan grande distancia ; pero los susodichos son los de mas cuenta y mas nombre. El cabo de Buena Esperanza, que es la postrera punta de Africa, y está distante de Portugal como dos mil leguas, se mete ácia el otro polo por

espacio de treinta y cinco grados. Este cabo doblado, corren aquellas riberas muy estendidas, con cabos que hacen, y rios diferentes que tienen. El de San Blas y el de Navidad, y el rio de Buenas Señales, son los principales hasta dar en Zofala, que es una de las mas notables poblaciones de aquellas marinas por las minas de oro que tiene. Algunos se persuaden que Zofala sea Tharsis (1), donde como lo dice la divina Escritura Salomon por el mar Roxo enviaba sus flotas para traer oro y otras riquezas; y aun los naturales afirman que asi lo tienen en sus libros y memorias: otros quieren que sea el promontorio Prasio de Ptolemeo, que él pone quince grados pasada la Jínea; Zofala está mas de veinte. Adelante de Zosala á mano derecha cae la gran isla de San Lorenzo, que los naturales llaman Madagascar, y á mano izquierda está Mozambique, puerto de gran trato, en quince grados de altura; el qual pasado, casi en iguales distancias están Quiloa y Mombaza con la isla de Zanzibar y Melinde casi debaxo la línea. Magadaxo está desta parte cinco grados, y en diez grados el cabo postrero de Africa ácia la boca del mar Roxo, al qual hoy llaman Guardafuy, y Ptolemeo le llama Aromata ; junto al qual está la isla de Zocotora que se halló poblada de Christianos, aunque muy estéril y falta de toda comodidad. Algunos piensan que es la que Ptolemeo llama Dioscórides. Poco distante está la boca del mar Roxo, ó sino Arábico: dentro della por la parte de Africa cae el puerto de Ercoco del reyno de Barnagaso, y sugeto al Preste Juan. Fuera en la costa de Arabia está Aden, fuerza muy grande, y casi la llave de aquel golfo. Entre el seno Ará bico y Pérsico Arabia la feliz, y en medio del lomo por donde Ja baña el mar Océano tiene el promontorio Siagro, que hoy llaman el cabo de Escafallar, ó Fartaque ; y la postrera punta ácia la boca del sino Pérsico, es el cabo Rosalgate, que fué antiguamente el promontorio Corodamo. A la boca del sino Pérsico por la parte de dentro está la isla de Ormuz, pequeña y de suyo estéril, pero por el trato que es grande, mny rica: tiene veinte y seis grados de altura. Casi en la misma elevacion mas ácia el Lavante á la boca del rio Indo está la isla y fortaleza de Diu, muy conocida por el valor con que los Portugueses

(1) 3 Reg. 10 2 Par. 9.

la han defendido primero de los Soldanes de Egypto, y despues de las fuerzas del gran Turco. Pasado Diu, y (Bazain que cae allí cerca, las riberas revuelven muy ácia Mediodía hasta que se rematan en el cabo de Comorin, ó promontorio de Cori, en cuyo lado, occidental están la ciudad de Goa en altura de diez y seis grados, y en doce Calicut. Entre las dos cae lá ciudad de Cananor, y junto al cabo Cochin y Coulan, ciudades todas del Malabar, y do está el trato mas principal de toda la especería. Desde el cabo de Buena Esperanza hasta Goa cuentan los que navegan mil y docientas y quarenta leguas. Enfrente del Malabar están las islas de Maldivar, asi dichas del nombre de la principal dellas que asi se llama: son en número pasadas de mil, pequeñas, y á las veces tan pegadas entre sí que apenas se puede navegar por aquellas estrechuras. La cosa mas principal que tienen, es la palma que lleva los cocos, árbol tan provechoso que dél se sustentan y visten. Por el lado de Levante tiene el cabo de Comorin casi pegada la rica isla de Zeylan, de do viene el golpe mayor de la canela. Síguense los reynos de Narsingo y del Pegú, y en medio dellos el de Bengala, que da nombre á aquella ensenada de mar y golfo, que es muy grande. Remátase en la ciudad de Malaca, que tiene muy cerca la isla de Somatra puesta debaxo la equinoccial. Los mas entre gente docta tienen que Sumatra es la Trapobaná de Pto> lemeo, y Malaca la Aurea Chê rsoneso del mismo (1), sin faltar quien tenga por cierto que Malaca es la antigua Ophir, donde Salomon enviaba sus armadas para traer oro y plata, y aun los del reyno del Pegú, que cae por aquellas partes, se tienen por descendientes de los Judíos que Salomon euvió condenados para beneficiar las minas de Ophir ; que si' hoy allí no se hallan estos metales, hallábanse antiguamente, como lo dan á entender el nombre de Aurea Chersonesus. Gastaban tres años las naves de Salomon en ida y vuelta, como lo dice la Escritura (2) en particular de la navegacion de Tharsis, á causa de ir tierra á tierra sin engolfarse por no estar aun descubierto el uso del aguja del marear, con que los navegantes se alargan mucho al mar y las navegaciones se han facilitado mucho.

(1) 3 Reg. 9 2 Par. 8 y 9 Maffco. I. 16 de su hist.

(2) 3 Reg. 10 vers. 22.

Desde Malaca á man derecha, la vuelta de Levante, se navega á las islas Malucas, que las principales son cinco, y dellas se traen los clavos, cosa de grande ganancia; en lo demas son es tériles y faltas de todo lo necesario para la vida: asi repartió sus bienes la naturaleza. A mano izquierda ácia nuestro poló van al grande y rico reyno de la China, y á la isla de Macan, estancia que tienen los Portngueses á la entrada de aquel reyno por no dexallos entrar: dentro de la China. Ponen desde Goa á la China mil y trecientas leguas, las ochocientas hasta Malaca, , y desde allí á Macan otras quinientas. Desde Macan ácia el Norte llegan á To postrero de lo que los Portugueses tienen descubierto, que es Japon, distante del puerto de la China como trecientas leguas. Divídese Japon en tres islas principales; sin otras muchas pequeñas que tiene junto á las tres: corre entre Poniente y Norte de los treinta grados de altura á los quarenta de largo docientas leguas, y por lo mas ancho no pasa de ochenta. Tiene muchos Reyes y reynos, y es gente de valor en las armas, y de ingenio asaz para las letras. La navegacion de Portugal á la India se hace desta manera. Parten de Lisboa por el mes de marzo, ó á principio de abril; Hegan á la isla de la Madera que está distante ciento y cinqüenta leguas, y dende á las Canarias que están trecientas. Pasan de allí al cabo Blanco, y á las islas de cabo Verde. Desde allí dexan la costa de Africa, y por los continuos vientos que á la sazon corren de Mediodía siguen á orza la derrota entre Poniente y Mediodía hasta llegar á las veces á vista del Brasil, donde si los vientos no les dan lugar á tomar el cabo de San Agustin, que está diez grados de la otra parte de la línea, se vuelven sin poder por aquel año continuar su navegacion. Si le pasan, dan la vuelta para doblar el cabo de Buena Esperanza, y siguen la derrota entre Mediodía y Levante. Para escusar las tormentas ordinarias que en aquel cabo se levantan, suben hasta quarenta grados ácia el otro Polo. Con esto doblan el cabo, y tocan en Zofala ó Mozambique, do si la navegacion no es muy próspera, se quedan á invernar; de otra manera pasan aquel golfo y la línea hasta llegar en pocos dias á Goa. Tiénese por muy próspera la navegacion que se acaba en cinco ó seis meses, ca de ordinario pasa de año entero. De Goa para Malaca Ꭹ las demas partes mas orientales navegan á sus tiempos

determinados. Para volver á España esperan las mociones del fin del mes de diciembre quando de ordinario corren lestes ó solanos, muy á propósito para la vuelta. Doblan el cabo por el mes de marzo ó abril. Pasan por la isla de Santa Elena, que parece proveyó la naturaleza como una venta en mares tan anchos para refresco de los que navegan, por las frutas, caza y pescado que hallan, sin que haya en ella quien more, ni la cultive, por ser tan estrecha que de traviesa no tiene mas de quatro leguas; y estar tan adentro en el mar. Desde allí por las islas Terceras llegan finalmente las naves á Lisboa de ordinario por los meses de agosto y de setiembre.

FIN DEL TOMO QUINTO.

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