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La descendencia de Huayna Cápac

CONCLUSION DEL CAPITULO "PAULLU INCA"

Después de la batalla de las Salinas, los Pizarro-como es sabido organizaron muchas expediciones, entre ellas la de Pedro de Candia a los Andes. No faltan algunos testimonios aislados, los cuales sostienen que Paullu avanzó con Hernando Pizarro al encuentro de Pedro de Candia, Mesa y Villagrán, para castigarlos por su intento de motín. Es necesario descartar categóricamente la intervención del Inca en esta ocasión. Ningún cronista de los que se ocupan de esta expedición entre ellos Pedro Pizarro, el Anónimo y Herrera, mencionan ni aun incidentalmente a Paullu; no existe ningún documento de la época que permita sostener, ni aun hi. potéticamente, la actuación de Paullu en compañía de Hernando Pizarro contra Pedro de Candia.

Luego de organizadas varias expediciones, Hernando y Gonzalo Pizarro tomaron por su cuenta la jornada del Desaguadero y las Charcas, en la cual intervino Paullu prestando valiosísimos servicios, como siempre que se iniciaba en un nue

vo bando, del cual tenía que hacerse perdonar sus pasadas felonías.

Según Pedro Pizarro (129), estando Francisco Pizarro en el Cusco, supo que el Desaguadero y Charcas se habían alzado y envió a su hermano Gonzalo con doscientos hombres a pacificar esa región. Gonzalo Pizarro halló mucha gente de guerra en el Desaguadero que guardaba el paso y había quebrado el puente. Diez o doce españoles se echaron a nado con los caballos, ahogándose en el limo del fondo. Visto este desastre, Gonzalo Pizarro trató de construir balsas y una vez construídas, pasaron el río de noche algunos españoles, cayendo súbitamente sobre los indios, haciéndolos huir y amarrando de nuevo el puente con la ayuda de los "indios amigos". De allí pasó Gonzalo Pizarro-según este cronista a Cochabamba, donde los indios lo cercaron, poniéndolo en gran aprieto. Sabido esto por el Marqués, mandó a Hernando Pizarro en auxilio de su hermano; con su llegada, los indios alzaron el cerco. Hernando y Gonzalo conquistaron a continuación el Collao y Charcas, descubriendo Hernando la mina de Porco y volviendo luego al Cuzco. Una vez en la capital incaica, Francisco Pizarro decidió que Hernando fuera a España, y Gonzalo contra el Inca que estaba en los Andes.

Herrera (130), en cambio, dice que cuando llegó Francisco Pizarro al Cuzco no encontró a sus hermanos Hernando y Gonzalo, porque estaban en el Collao. Relatando la jornada del Collao, cuenta que los indios, sabiendo que Hernando Pizarro había pasado por Ayaviri, se pusieron en el Desaguadero. Llegado Hernando a Chucuito supo que le aguardaban los indios y que habían roto el puente. Venidos los castellanos a vista de los indios, quienes estaban al otro lado del río, se echaron al agua algunos de a caballo, ahogándose cuatro a uno que logró pasar el río, lo prendieron los indios y lo sacrificaron. El capitán Gabriel de Rojas se fué al pue

(129) Pedro Pizarro, ob. cit., págs. 134 y sgtes.

(130) Herrera, ob. cit., Década Sexta, Libro VI, Cap. VIII, págs. 138-39.

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blo de Zepita trayendo madera para hacer balsas. Embarcados en ellas, pasaron el Desaguadero, obligando a huir a los indios. Cuenta el mismo cronista que en el Collao los españoies tuvieron algunas refriegas con los indios y que procuraron recoger todo el oro que pudieron. Hernando Pizarro regresó al Cuzco a encontrarse con su hermano, dejando en el Coliao a Gonzalo con los capitanes Diego de Rojas y Garcilaso para que allanasen esas provincias y las Charcas. Una vez solo, Gonzalo Pizarro se fué al valle de Cochabamba con su reducido pero escogido número de castellanos, entre los cuales se contaban Gabriel de Rojas, Pedro Portocarrero, Diego de Rojas, Garcilaso de la Vega, Lope de Mendoza, Pedro de Castro, Diego López de Zúñiga y otros. Los indios, en número de treinta mil y con ánimo muy belicoso, fueron contra los castellanos; pero como era tarde, pasaron la noche en jolgorios y sacrificios a sus dioses. Llegado el día, Gonzalo Pizarro dividió su gente en tres partes: "la una, encomendó a Garcilaso; la otra, al capitán Oñate con el cual iba Paullu Topa Inga; y él tuvo la tercera".

Los indios rodearon a los castellanos. A costa de grandes dificultades, Gonzalo logró esta victoria de las Charcas, y, como dice el cronista, el Inca Paullu se portó valientemente: "haciéndolo muy bien el Inga Paullo con su gente". Los indios huyeron y Pizarro mandó a Garcilaso a Pocona, donde había otros muchos, que fueron desbaratados. La nueva de estos triunfos llegó hasta Hernando Pizarro, el cual fué a juntarse con su hermano, mandando después Francisco Pizarro mayor socorro. Estando reunidos de nuevo Hernando y Gonzalo, y viendo que los indios no se movían, regresó el primero al Cuzco para embarcarse a España. Gonzalo Pizarro pasó a Andamarca y fué pacificando la tierra del Collao y Charcas y descubriendo minas; después de lo cual dejó allí a Diego de Rojas y se fué al Cuzco.

Cieza de León (131) cuenta también que en Cochabamba sufrió Gonzalo Pizarro un penoso cerco y que al día si

(131) Cieza de León, ob. cit., Cap. LXXXIX, págs. 435-36.

guiente dividió su gente en tres partes, encomendando una a Garcilaso, otra a su propio mando y la tercera al capitán Oñate "con el cual iba Paulo el Inga". Luego de describir la batalla en que murieron ochocientos indios, agrega: "Paulo el Inga, con los suyos, también hizo harto daño en los enemigos"

Según Pedro Pizarro, pues, Gonzalo salió solo por orden del Marqués, estuvo en el Desaguadero, efectuó el penoso paso del río y avanzó a Cochabamba, donde estuvo en gran aprieto, por lo cual vino en su ayuda Hernando, y ambos siguieron conquistando el Collao, regresando juntos al Cuzco. Según Herrera, tanto Hernando como Gonzalo salieron antes de la llegada del Marqués y estuvieron juntos en el paso del Desaguadero. De allí regresó Hernando al Cuzco y quedó Gonzalo, el cual avanzó ya solo a Cochabamba, peleando con los indios, terminando el encuentro con un triunfo para los españoles, y no en derrota como cuenta Pedro Pizarro. Esto 10 impidió la nueva venida de Hernando Pizarro, quien otra vez regresó solo al Cuzco. Entre ambos relatos, que tienen pequeñas variaciones, aunque en el fondo son semejantes, es mucho más auténtico el de Herrera-quien sigue a Cieza-, confirmado en muchos puntos por el del Soldado Anónimo, y por documentos de la época, entre ellos, la misma Probanza de Servicios de Paullu. Consta en esta probanza que en el paso del Desaguadero estuvo Hernando Pizarro y no sólo Gonzalo.

El Soldado Anónimo (132) es muy meticuloso al describir esta expedición, aunque da una razón muy diferente de la causa que movió a Hernando Pizarro a emprender la jornada, y, además, agrega algunos datos manifiestamente falSos y que se deben a la excesiva devoción del cronista por Hernando. Según el Anónimo, llegaron donde Hernando Pizarro indios de Atun-collao, provincia que estaba de paz, pidiéndole socorro porque Cariapaxa-o Catari Apassa- que se decía casado con una hija de Huáscar y que era señor de

(132) Relación del Sitio del Cuzco, ob. cit., págs. 121 y sgts.

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la provincia de Lupaca, situada a cincuenta leguas de Atuncollao, los atacaba porque eran amigos de los cristianos. Hernando Pizarro avanzó, siguiendo a los indios enemigos por dos días, y enviando después a Gonzalo en su seguimiento por largas jornadas. Esto los obligó a huir, pero los indios cogieron a un español que se había desbandado. Reunidos Gonzalo y Hernando Pizarro, echaron de menos al soldado y mandaron a Pedro de Rojas en persecución de los indios. Este los halló más allá del Desaguadero y los desbarató, aunque no pudo rescatar al soldado, quien ya había sido sacrificado. Cuando llegaron Hernando y Gonzalo Pizarro al Desaguadero, encontraron rotas las amarras del puente, por lo cual Hernando crdenó hacer balsas con la madera que había hecho traer Huayna Cápac de más de trescientas (sic) leguas. Hechas las balsas, Hernando entró en ellas con quince o veinte hombres, permaneciendo el resto de la gente a caballo, en la orilla, en compañía de indios amigos. Desde la orilla opuesta, los indios a flechazos hicieron perder el rumbo a los barqueros, siendo las barcas arrastradas sin gobierno río abajo. Los españoles que permanecían en la orilla, viendo el peligro que corría Hernando Pizarro, se echaron al agua, ahogándose ocho, Hernando logró salir a tierra, y, deseoso de venganza, mandó traer más madera para construir balsas nuevas. Al día siguiente cchó al agua dos barcas, entrando él en una con cuarenta españoles; y en la otra, Gonzalo Pizarro y Alonso de Toro con los caballos. Hernando ordenó a los indios auxiliares que se echasen al río en sus balsas. Cargaron los enemigos contra Hernando, pero éste logró desembarcar siguiéndolo Gonzalo, y colaborando los indios auxiliares. Derrotados los indios enemigos, los españoles los persiguieron hasta tres leguas, pacificándose parte de la comarca. Pero la gente de guerra se juntó en las Charcas, en un paso fuerte situado a la entrada de dicha provincia. Hernando continuó la pacificación hasta el Collasuyo y la provincia de los Carangas y Suras, pasando luego al valle de Cotabamba. Allí defendían el paso indios de guerra. Durante cinco días seguidos lucharon los españoles

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