Tesoro de la lengua y literatura castellana ó colección de piezas escogidas de autores clásicos de los mejores siglos: con notas críticas y literariasFrederico Fleischer, 1840 - 302 páginas |
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Resultados 6-10 de 31
Página 110
... suelo , y se volvieran en torcidas raices , como se volvieron los de la hija de Peneo , cuan- do el ligero corredor Apolo la seguia . Arnaldo que vió á Pe- riandro le conoció , y sin esperar que los suyos le sacasen en hombros á tierra ...
... suelo , y se volvieran en torcidas raices , como se volvieron los de la hija de Peneo , cuan- do el ligero corredor Apolo la seguia . Arnaldo que vió á Pe- riandro le conoció , y sin esperar que los suyos le sacasen en hombros á tierra ...
Página 117
... suelo una agradable alfombra , quizá mas vistosa que las que suelen adornar los palacios de los reyes . Luego tendieron sobre ella diversidad de frutas , así verdes , como secas , y pan tan reciente , que no se semejase á bizcocho ...
... suelo una agradable alfombra , quizá mas vistosa que las que suelen adornar los palacios de los reyes . Luego tendieron sobre ella diversidad de frutas , así verdes , como secas , y pan tan reciente , que no se semejase á bizcocho ...
Página 119
... suelo , y la punta de la espada de mi enemigo puesta sobre mis ojos , amenazándome de presta é inevitable muerte . Aprie- ta , dije yo entónces , o mas venturoso que valiente vencedor mio , esta punta de espada , y sácame el alma , pues ...
... suelo , y la punta de la espada de mi enemigo puesta sobre mis ojos , amenazándome de presta é inevitable muerte . Aprie- ta , dije yo entónces , o mas venturoso que valiente vencedor mio , esta punta de espada , y sácame el alma , pues ...
Página 123
... suelo y la mano en la mejilla , y al cabo de un buen espacio que así estuvo , quitó los ojos de la tierra , y poniéndolos en el cielo , exclamando , en voz alta dijo : ,, ¡ O amor , o honra , o compasion paterna , y cómo me apretais el ...
... suelo y la mano en la mejilla , y al cabo de un buen espacio que así estuvo , quitó los ojos de la tierra , y poniéndolos en el cielo , exclamando , en voz alta dijo : ,, ¡ O amor , o honra , o compasion paterna , y cómo me apretais el ...
Página 132
... suelo junto casi á los piés de Perian- dro , la cual figura era de una muger hermosísima , que habiendo sido arrojada desde lo alto de la torre , sirviéndole de campana y de alas sus mismos vestidos , la puso de piés y en el suelo sin ...
... suelo junto casi á los piés de Perian- dro , la cual figura era de una muger hermosísima , que habiendo sido arrojada desde lo alto de la torre , sirviéndole de campana y de alas sus mismos vestidos , la puso de piés y en el suelo sin ...
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Términos y frases comunes
Abenabó Abenhumeya adonde África Albaicin Alhambra Alpujarra aposento Argel armas Arnaldo Auristela bárbaros Boabdil buena caballero caballo Cadiar calle camino capitan cena cielo ciudad Cleofas cofrecillo Cojuelo comenzó compañía Constanza criados Cristianos daba debia decia decir dejó dellos demas despues desto diablo Diablo Cojuelo diciendo Diego dijo dinero dió dióle duque enemigos entender eran espada España esperanza esposa estaba fuese fullero gana gente gitanos gusto habia hablar hallé hermano hicieron hijos hizo huésped isla Jeniz lengua levantar llaman llegó llevaba macho mandó manos marques mirando Moros mozo mozuelo muerte muger mugeres mula mundo Nápoles noche ojos padre palabras parece pasado Periandro poco podia Poncio Pilatos Portugal preguntó priesa príncipe pude puerta puso quedó queria quiso quitar reino respondió Ricla rostro sacó salir Sigismunda soldados tambien tenia tierra traductor aleman traia Transila tuvo Venecia venia ventura vestido viendo vino visto volver Witiza
Pasajes populares
Página 261 - No lo puedo decir sin lágrimas" — lloraba como un niño el buen viejo acordándose de las veces que le habían bataneado las costillas — ; "porque no querrían que adonde están hubiese otros ladrones sino ellos y sus ministros; mas de todo nos libra la buena astucia.
Página 269 - Quede esto para los criados, que también han de comer: no lo queramos todo." ¡Mal te haga Dios y lo que has comido, lacerado, decía yo, que tal amenaza has hecho a mis tripas.
Página 291 - ... -¡Que no son aves! -dijo volviéndose a mí-. Mire V. Md. lo que es no saber. Déme los asadores, que no los quiero sino para esgrimir; que quizá le valdrá más lo que me viere hacer hoy que todo lo que ha ganado en su vida. En fin, los asadores estaban ocupados y hubimos de tomar dos cucharones. No se ha visto cosa tan digna de risa en el mundo. Daba un salto y decía: -Con este compás alcanzo más y gano los grados del perfil. Ahora me aprovecho del movimiento remiso para matar el natural....
Página 269 - ¡Mal te haga Dios y lo que has comido, lacerado, decía yo; que tal amenaza has hecho a mis tripas! Echó la bendición, y dijo: «Ea, demos lugar a los criados, y vayanse hasta las dos a hacer ejercicio, no les haga mal lo que han comido.
Página 269 - Cierto que no hay tal cosa como la olla, digan lo que dijeren; todo lo demás es vicio y gula." Acabando de decirlo echóse su escudilla a pechos, diciendo: "Todo esto es salud y otro tanto ingenio.
Página 265 - Llegó el día, y salí en un caballo ético y mustio, el cual, más de manco que de bien criado, iba haciendo reverencias. Las ancas eran de mona, muy sin cola; el pescuezo, de camello y más largo...
Página 273 - Mil veces topé yo sabandijas, palos y estopa de la que hilaba, en la olla, y todo lo metía para que hiciese presencia en las tripas y abultase.
Página 6 - ... adelante y estos reinos quedasen asegurados mientras fuese su voluntad. Siguiéronse luego ofensas en su ley, en las haciendas y en el uso de la vida, así cuanto...
Página 267 - ... desterrado; el gaznate, largo como avestruz, con una nuez tan salida, que parecía se iba a buscar de comer, forzada de la necesidad; los brazos, secos; las manos, como un manojo de sarmientos cada una.
Página 118 - Cuando los trabajos pasados se cuentan en prosperidades presentes, suele ser mayor el gusto que se recibe en contarlos, que fué el pesar que se recibió en sufrirlos; esto no podré decir de los mios, pues no los cuento fuera de la borrasca, sino en mitad de la tormenta.